Escándalo: en vez de cerrar Télam, ahora Milei quiere que haga propaganda solo del Gobierno
Así lo aseguró el periodista Eduardo Feinmann. El Presidente había justificado el cierre de Télam porque era «un medio de propaganda kirchnerista».
En lo que ya es un nuevo escándalo en torno al Gobierno nacional, se conoció que, además de continuar con su desguace, Javier Milei tiene planeada una nueva Télam, que cambiará de nombre para pasar a llamarse APESA, y que sólo se ocupará de hacer publicidad de su gestión.
Hay que recordar que cuando el Presidente de la Nación avanzó con su cierre lo hizo justificando su decisión en que la agencia de noticias era “un medio de propaganda kirchnerista”, algo que no era real. Pero, finalmente, ahora sí se encargará de hacer publicidad oficialista.
La información sobre el nuevo rol de Télam fue dada por el periodista Eduardo Feinmann, en su noticiero de La Nación+, un medio que habitualmente coincide con la línea política del Gobierno de Milei y , por ese motivo, suele estar muy al tanto de los planes del Ejecutivo nacional.
Un acto fallido letal
«Dejará de ser una agencia de noticias», señaló de manera contundente Feinmann. Y agregó: «Va a volver a ser lo que en su momento era, una agencia de publicidad del Estado donde todos los medios tendrán que ir a pautar».
En rigor, lo que dijo Feinmann es falso en cuanto al origen de Télam, ya que la agencia fue desde sus orígenes una agencia de noticias, que nació con el nombre de Telenoticiosa Americana antes de la primera presidencia de Juan Domingo Perón, cuando este estaba a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión.
También precisó que continuará la reducción de trabajadores, y que la nueva Télam funcionará con «una dotación de 80 personas».
Al difundir la noticia, Feinmann cometió un acto fallido del cual rápidamente quiso redimirse. En un primer momento dijo que la futura APESA se ocupará exclusivamente de «la publicidad del Gobierno».
Enseguida, y al darse cuenta de que su información iba a generar polémica, trató de suavizar lo que estaba contando, y se corrigió, diciendo que habrá propaganda «del Estado, no del Gobierno, del Estado».
El periodista también aseguró que en el Ejecutivo empezará a cobrar relevancia Diego Chaher, el interventor de Télam a quien premiarán por el desguace de la agencia nacional de noticias con el control de las empresas públicas para su puesta en venta.
Las mentiras de Milei sobre Télam
En la Casa Rosada valoran que Chaher cumplió en gran parte con su cometido, porque casi la mitad de los empleados de Télam ya se acogieron al retiro voluntario que se implementó y que culminó hace unos pocos días. Eso le permitió ganar espacio y reputación en las filas del oficialismo.
Por eso será designado como nuevo secretario de Empresas y Sociedades del Estado, dentro de la Jefatura de Gabinete. De esta forma reemplazará en ese cargo a Mauricio González Botto, quien todavía no presentó oficialmente su renuncia pero que pretende alejarse como muestra de lealtad a Nicolás Posse, el ex jefe de Gabinete.
Hace sólo unas semanas, y como parte del desmantelamiento de los medios públicos que encaró Milei, el Ejecutivo resolvió suspender los contenidos en las cuentas de todas las redes sociales y las páginas web de esos medios.
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En ese momento se informó, a través de un comunicado de prensa, que “los medios públicos se encuentran en un proceso de reorganización que tiene como objetivo mejorar la producción, realización y difusión de los contenidos que se generan».
El mismo espíritu, claro, era el que regía para Télam, según siempre se planteó desde la Casa Rosada. Pero ahora queda en claro que el objetivo real no era terminar con un supuesto “medio de propaganda kirchnerista” ni “mejorar sus contenidos”, sino que Milei tenga a su servicio un órgano propagandístico.
Mientras tanto, los trabajadores de Télam cumplieron el 1 de junio 90 días de permanencia tras las vallas colocadas en las puertas de dos de los edificios de la empresa en Ciudad de Buenos Aires, en resistencia a la decisión del Gobierno nacional de «silenciar la agencia, dejando sin contenido federal a todos los medios de comunicación del país».
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