Crece el conflicto en Dánica: deudas salariales, negativa a reincorporar a los despedidos e intento unilateral de reencuadre para pagar menos
Los trabajadores están afiliados al Sindicato de Aceiteros, pero la empresa está empecinada en cambiarlos al convenio de Alimentación para ajustarles sus salarios. Para romper la huelga, la firma quiso poner personal tercerizado, pero los trabajadores damnificados lo impidieron.
Por Claudio Garibotto
Hace ya 21 días que los trabajadores de la firma Dánica permanecen en la puerta de la planta ubicada en la localidad bonaerense de Llavallol. El conflicto con el grupo Beltrán, dueño de la empresa, es por deudas salariales, por no cumplir con la orden del Ministerio de Trabajo bonaerense que exigía la reincorporación de los despedidos, y para exigir que cese el intento de reencuadre gremial.
Sobre ese punto, el delegado Javier Castillo le explicó a Gestión Sindical que “nosotros pertenecemos a Aceiteros y nos quieren pasar a Alimentación, lo que significaría una reducción salarial del 40%”. Además, agregó que “somos 110 trabajadores en total, y la empresa convenció a 30 de cambiarlos de convenio, dándoles lo que llamaron “un bono de bienvenida” al nuevo gremio”. Y contó: “Todavía estamos cobrando las paritarias del 2018. Y no nos pagaron el aguinaldo, por haber apoyado el paro de Aceiteros. Y a los compañeros de trabajo que les correspondía tampoco les pagaron las vacaciones. En cambio, a quienes aceptaron pasarse a Alimentación sí les están cumpliendo con todos los pagos”.
Castillo detalló que “en realidad estamos en conflicto hace ya dos años con Dánica, desde que el grupo Beltrán compró la empresa”. Y todo se agudizó en abril de este año, “cuando despidieron a cinco compañeros. Luego intercedió el gobernador (Axel) Kicillof y los volvieron a reincorporar. Ahí la empresa aprovechó para sacar ventajas, porque recibió subsidio de luz y un ATP, cuando no lo necesitaba porque nunca tuvo problemas de facturación. Todo lo contrario”. Sin embargo, la calma duraría poco tiempo: “En julio despidieron de nuevo a dos compañeros, Lucas Suárez y Hugo Fiorini, quienes todavía no fueron reincorporados. Y eso es una de las cosas que estamos exigiendo con nuestros reclamos”.
En los últimos días, explicado el delegado, “la empresa quiso poner personal tercerizado a trabajar para romper la huelga. Pero nosotros no los dejamos entrar. Al igual que el viernes quisieron hacer ingresar a un camión para sacar mercadería y nosotros tampoco lo permitimos. Es que tenemos que defender la huelga que estamos haciendo, porque es la herramienta que tenemos. Por eso seguiremos con este acampe pacífico hasta que se resuelvan nuestros pedidos”.
Respecto al cambio de convenio que busca lograr la empresa hay que decir que si eso se diera los trabajadores pasarían de básicos de 70 mil pesos, como los acordados por el acuerdo del Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera (SOEIA), a sueldos de 40 mil pesos. A eso, claro, hay que sumarle lo que ya ocurre desde hace tiempo, y es que Dánica lleva dos años sin pagar los aumentos dados en paritaria, lo que es una baja salarial de hecho.
Respecto a los despidos, para llevarlos cabo la empresa recurrió a causas inventadas. Suárez, uno de los trabajadores cesanteados dos veces, y quien trabajó 11 años en Dánica, le contó a este medio que “a mí, como a Fiorini, me echaron dos veces. En abril, cuando fuimos cinco en total y luego nos reincorporaron, y en julio. La primera vez pusieron en el telegrama de despido que la causa era que no queríamos horas extras. Algo que no era así. Lo único que nosotros reclamábamos, en ese momento, era que se tomaran medidas de seguridad por el hecho de estar en plena pandemia”. Y en julio, agregó Suárez, “le inventaron una causa a Fiorini y un problema a mí para echarnos de nuevo”.
Además de la indignación por estos despidos sin causas reales, a Suárez le duele el momento en el que la empresa tomó las medidas: “Es algo que hacen en plena pandemia, con todo lo que eso significa. Y ahora estamos pasando las Fiestas de fin de año en esta situación angustiante. En el caso de Hugo lo echaron con su mujer embarazada del tercer hijo. Y yo tengo dos chicos. Son cosas que no toman en cuenta. No les importa nada”. Y cerró con un pedido que es una esperanza: “Lo único que queremos es que todo se solucione y nos reincorporen. Sólo queremos poder trabajar”.
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