Los metrodelegados anunciaron este jueves los resultados de los estudios realizados por la Universidad del Sur. Hay un compromiso del Gobierno porteño para licitar nuevos vagones, pero sin plazo a la vista.
La Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (AGTSyP) denunció este jueves que hay 18 vagones de la Línea C del subte que contienen asbesto. Las formaciones fueron adquiridas a Japón en 2013 sin licitación previa, cuando ya era ilegal comprar trenes con ese componente cancerígeno.
Un estudio realizado por la Universidad Nacional del Sur permitió confirmar que en la Línea C hay tres trenes Mitsubishi modelo Nagoya 5000 que «contienen asbesto en la cabina de conducción y en el salón debajo de los asientos», informaron los metrodelegados sobre los trenes que llegaron al país en 2015.
El modelo «funcionó durante años en el metro de Nagoya y acá se compraron como trenes usados unas 30 formaciones porque tenían aire acondicionado, para llevarlos a la Línea C», explicó Roberto Pianelli, secretario general de AGTSyP.
«Hubo que hacerles una serie de adaptaciones, sobre todo en la alimentación, porque venían para el tercer riel y hubo que ponerle catenarias. Pero fueron adquiridos sin licitación previa en un momento donde estaba prohibida la comercialización de amianto, no solamente en Argentina sino también en Japón», señaló el líder de AGTSyP.
Pianelli anticipó en la conferencia de prensa que desde el gremio elevarán el estudio a Metrovías, Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) y la Secretaría de Trabajo para que «cumplan con la ley» y garanticen «formaciones libres de asbesto», pero mientras tanto los trenes contaminados siguen en funcionamiento.
«Si vas a la línea C hay tres formaciones de seis vagones que están funcionando. Si sacamos los trenes de la línea B o E que tienen amianto, tenemos que cerrarlas», enumeró sobre las formaciones actuales y las que fueron adquiridas en los ochentas.
En vez, los trabajadores del subte limitaron la exposición al material que puede provocar desde lesiones respiratorias graves hasta cáncer.
«Nuestra exigencia es que se licite la compra de nuevos trenes para saber cuándo va a dejar de haber amianto. Mientras tanto, las piezas que se pueden cambiar se cambian, sobre todo las que hay que tocar para hacer mantenimiento. Las otras se ocluyen o encapsulan con pintura hasta que se puedan cambiar», sintetizó Pianelli.
«En ese tren encontramos placas con amianto en la cabina del conductor y debajo de los asientos. Se pueden cambiar por otras. Hay que mandar a desarrollar placas de las mismas características pero con otro material», explicó.
En el caso de la línea B hubo muchas formaciones que tuvieron o tendrían que salir de circulación porque hasta el techo contiene asbesto, también llamado amianto.
«Antes de las elecciones el Gobierno de la Ciudad firmó un acta con nosotros donde hay una serie de reclamos, uno de ellos es que va a cambiar los trenes de la línea C la B. Van a llamar a licitación, lo que no ponen es fecha. Estamos preocupados», expresó el líder de AGTSyP.
Pianelli señaló que «es importante que el Gobierno porteño haya mostrado la voluntad», pero que la preocupación de los trabajadores persiste porque el proceso «es muy largo, demora entre dos y tres años, cuatro hasta que lleguen los vagones nuevos», sin contar con las adaptaciones necesarias para que funcionen.
Mientras tanto, Pianelli y los suyos siguen con la confección del Registro de Riesgo por Asbesto para los trabajadores que ya podrían tener su salud comprometida por el material.
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