10 de Diciembre
de 2024
Fuera de Megáfono.

Con ausencias y un posible acercamiento al PJ, la CGT ultima los detalles de su unidad

20. 08. 2016

El próximo lunes se realizará el congreso normalizador, y está todo dado para que el triunvirato Schmid-Daer-Acuña asuma la conducción. Se negocian las 35 sillas del consejo directivo, para tentar a algunos esquivos. Como era de esperarse, se bajó el MASA y Venegas. Todas las señales apuntan a un acercamiento a un peronismo despojado de kirchnerismo.

Luego de semanas de negociaciones, rosca y muchas versiones, el próximo lunes la mayoría del movimiento obrero organizado enrolado en alguna de las CGT se reunirá para poner fin a varios años de fragmentación, e iniciar un camino de unidad. El congreso normalizador buscará poner fin a este proceso, y todo indica que habrá consenso para que un triunvirato inicie esta nueva etapa de la central obrera. Incluso los nombres no son una sorpresa, por lo que el encuentro de Obras Sanitarias será, desde ese aspecto, un formalismo. En las últimas horas, se confirmaron las bajas de los sectores que lideran Omar Viviani y Gerónimo Venegas, mientras que el que referencia el bancario Sergio Palazzo llevará una postura crítica en varios aspectos. El panorama hace pensar que en los próximos meses, la nueva central tendrá algún tipo de acercamiento al peronismo, siempre y cuando el kirchnerismo no tenga centralidad en ese armado.

La unidad que se viene en la CGT tendrá una mesa de conducción de tres, más un consejo directivo que busca representar a todos los sectores. En estas horas finales, los espacios buscan impulsar a sus nombres, por lo que los teléfonos no paran de sonar. Lo claro hasta ahora es que el triunvirato tendrá tres patas: Juan Carlos Schmid por la CGt Azopardo, Héctor Daer por la Alsina y Carlos Acuña por la Azul y Blanca. De esta manera, se equilibra el poder de Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo, que más allá de las miradas políticas lograron acordar este instrumento, que muchos aseguran no se extenderá en el tiempo.

Para abajo, las posibilidades de incorporar dirigentes es hasta ahora variada. Fuentes consultadas por Gestión Sindical afirmaron que la idea es “que haya sillas para todos, para evitar fricciones”. “Como decía el general (Perón), cada chancho en su teta es la mejor forma de mamar”, dijo risueño uno de los dirigentes, para explicar los repartos de cargos. La frase se refiere a que los cargos en el futuro consejo directivo tendrán que ver con la historia y experiencia de los dirigentes. Así, se supone que José Luis Lingeri, del grupo de los independientes, estará a cargo de la secretaría dedicada a la seguridad social, por su larga experiencia y su llegada a la Superintendencia de Servicios de Salud. En ese sentido, Gerardo Martínez (UOCRA), estaría en Relaciones Internacionales, ya que es el hombre del gremialismo argentino ante la OIT.

En cuanto al encuentro, se conoció durante la semana algunos números del congreso normalizador, que tendrá la presencia de más de 200 gremios. Según la CGT Azopardo, a cargo del proceso normalizador, el próximo lunes habrá 2.122 congresales en condiciones de votar. En cuanto a lo formal, el lunes habrá dos congresos, uno extraordinario –encargado de aprobar el triunvirato –y otro ordinario, que elegirá el consejo directivo. Reglamentariamente, el estatuto de la CGT dice que los 35 miembros de este cuerpo deben elegir un secretario general, y nada dice de una conducción de tres. Por eso el primer congreso, para salvar el bache legal.

Las ausencias

Si el triunvirato y su integración parecen fuera de discusión, es porque los sectores que lo rechazan decidieron no participar del encuentro. Así, los gremios que postulan al titular del UATRE Gerónimo Venegas se bajaron de la unidad, y anunciaron que no irán a Obras Sanitarias. Según informaron, son unos 66 los sindicatos que no avalan esta forma de conducir la CGT, y que quieren que sea Venegas su secretario general. Incluso, ya se habla de hacer una impugnación formal ante el Ministerio de Trabajo. El espacio se nuclea detrás de la figura de las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas, y es el sector más cercano al gobierno nacional. Cuando se autopostuló hace unos días, un dirigente moyanista le confesó a Gestión Sindical: “poner a es ‘momo’ es poner a (Mauricio) Macri al frente de la CGT”.

Lo cierto que Venegas insistirá con la vía legal. “La convocatoria realizada y la propia naturaleza del congreso de la CGT son absolutamente nulos. Este espacio, por lo mismo, no participará y, de forma inmediata, lo impugnará ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, la autoridad de aplicación”, aseguró el dirigente en declaraciones periodísticas. El siguiente paso, además de la impugnación, es crear un propio sello, una “CGT paralela” que tenga cierta legalidad ante la cartera laboral. La idea no sólo es boicotear la unidad, sino darle un instrumento al gobierno nacional para no reconocer a la central que salga el lunes del congreso normalizador.

Además de Venegas, no irán al congreso del lunes los integrantes del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), el espacio de lidera Omar Viviani. En la previa, el taxista cuestionó la idea de un triunvirato, al que le dio corta vida, y utilizó la escusa política. Según este espacio, hay unidad “pero no se sabe para qué”. “Se decidió no participar en los Congresos Ordinario y Extraordinario de la CGT, convocados para el lunes próximo, porque no se debatió de forma previa un proyecto nacional que contemple una agenda programática y objetivos concretos e inmediatos a corto, mediano y largo plazo, propuesta que desde un principio impulsó el MASA y que nunca se materializó”, informó el espacio mediante un comunicado.

En rigor de verdad, el MASA se sumó tarde al proceso de unidad, y el enfrentamiento de Viviani con Moyano condicionó el acercamiento, como el acompañamiento de la dirigencia a la candidatura de Daniel Scioli. La derrota del candidato terminó dejando fuera de foco al espacio, que en este contexto se sumó con una propuesta que de por sí parecía inviable: un único secretario general, encarnado en el titular de la Unión Ferroviaria Sergio Sasia.

Por su parte, la Corriente Sindical Federal, donde confluyen Sergio Palazzo (bancarios), Héctor Amichetti (gráficos), Pablo Biró (pilotos), Horacio Ghillini (Sadop); Víctor Carricarte (farmacia) y Walter Correa (curtidores), tampoco apoya abiertamente el triunvirato, pero a diferencia de Venegas y Viviani sí irán al congreso. Lo harán con un programa que buscarán impulsar junto a la futura conducción, que entre otras cosas reclama la declaración de la “emergencia social”. El plan, al que tuvo acceso Gestión Sindical, incluye un programa de varios puntos a corto y largo plazo, y asegura que como están las cosas “así no va más”. “Proponemos al conjunto del movimiento obrero la unidad sindical en torno a una sola CGT y un nuevo programa para enfrentar los desafíos que nos plantea la restauración conservadora. Lo proponemos con el espíritu más fraterno, convocando a todas las organizaciones sin olvidar a las del interior, tantas veces marginadas, porque la única esperanza del pueblo argentino radica en muestra unidad. Los trabajadores somos la esperanza”, asegura este espacio. Para contener a este espacio, las versiones indican que habrá lugar en el consejo directivo asegurados para Palazzo, Ghillini y Correa, como mínimo.

El futuro, cerca del PJ

Con el triunvirato en puerta, y las ausencias –por derecha y por izquierda, si se quiere –la central deberá reacomodarse al escenario político del país. Los últimos signos muestran una CGT más combativa, que no llegaría a una acción directa contra el gobierno en el corto plazo, pero que podría aumentar la pirotecnia verbal, cuanto menos. Esto terminaría generando lo que muchos dirigentes creen es un paso natural: el acercamiento al peronismo. “Estoy convencido de que unir a la CGT es un faro que va a ayudar mucho al reordenamiento del peronismo. Hoy es indispensable que logremos eso y hay que dejar de lado egos y personalismo y trabajar sobre esta base del triunvirato”, adelantó Omar Plaini, hombre de confianza de Moyano, que hoy busca juntar a la dirigencia en torno del futuro PJ. Durante la campaña 2015 trabajó con Scioli, y hoy es el nexo entre un sector del movimiento obrero y el nuevo titular nacional del justicialismo, José Luis Gioja.

Muchos comparten la mirada de Plaini, Otros, como Venegas, sostienen que el triunvirato será un acercamiento implícito a Sergio Massa, hoy coqueteando con el PJ, ya que dos dirigentes de tres en el triunvirato responden políticamente a su liderazgo. Lo cierto que pocos ven a una futura CGT lejos de la estrategia peronista, y aceptan que es casi un paso natural. Si el MASA no participa, se pierde la influencia del bloque Justicialista, que comanda Diego Bossio y que tienen al SMATA como punta de lanza. Si bien un sector está todavía enrolado en cierta “resistencia” kirchnerista, la idea de muchos dirigentes es licuar la influencia K, casi al mismo tiempo que las negociaciones puertas adentro introducen al PJ a sectores hasta ahora alejados. Si el peronismo queda en manos de gobernadores y dirigentes dialoguistas, allí tendrán mucho que decir los gremios, que esperan pasar de la palabra a la acción, cuando el escenario sea el adecuado.

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