CGT: la interna se extiende a todo el país y desde el interior llega más presión ante la quietud de la conducción
Los principales referentes del interior de la CGT están a la espera de una convocatoria para discutir un plan de lucha y un nuevo paro nacional. En la calle Azopardo prefieren esperar.
La conducción nacional de la CGT prefiere esperar antes de avanzar con nuevas medidas de acción. Internamente, los popes saben que no hay un clima para un montar un paro nacional. Pero esa sensación choca con el pensamiento de los líderes de las regionales de la central, que claman a viva voz que se instrumente una huelga ante un escenario socioeconómico que cada vez es más difícil para las bases.
En las provincias, la situación salarial está cada vez más comprometida, con paritarias que pierden contra la inflación, y el desempleo se incrementa a buen ritmo. El panorama lleva a muchos dirigentes de las regionales de la CGT a pedir que existan definiciones contundentes, alguna señal al menos que incomode a la gestión de Javier Milei.
Uno de esos dirigentes es Rubén Urbano, secretario general de la UOM Córdoba y de la CGT Regional, que ve con preocupación la falta de reuniones del consejo directivo de la calle Azopardo para debatir los próximos pasos.
El pedido: un paro
Urbano reconoció que el principal movimiento obrero “está parado”, sin futuro. “Hay poco entusiasmo en la gente por acompañar a la CGT que sigue estando parada. Tendríamos que fijar una fecha para un paro general con movilización por los jubilados y por la situación general. Esto, solo se para con un paro«, opinó.
Ciampa y la reforma laboral: «Los trabajadores que demanden ganarán fácilmente en Tribunales»
«Si no -agregó- le seguimos haciendo el caldo gordo a un gobierno que no da bola a los trabajadores y está haciendo mucho daño”. Y lanzó otra frase: “Me parece que vamos a tener que esperar que los dirigentes vuelvan del Vaticano”, en referencia a la visita al Papa pautada para el 16 de septiembre.
Otros dirigentes de los distritos también se encuentran en la misma sintonía: quieren que la conducción central tome nota de lo que pasa y convoque a un nuevo encuentro del consejo directivo para motorizar acciones. No obstante, todavía eso no sucederá porque en la calle Azopardo quieren aguardar dos cuestiones.
Qué espera la CGT
En la CGT no quieren mover antes de que se reglamente la reforma laboral de la Ley Bases. Hay un diálogo abierto con el ala menos dura del Gobierno, un sector en el que aparece Julio Cordero, el secretario de Trabajo. El resultado de esas idas y vueltas -sobre las que no cifran muchas expectativas– derivará en una reunión de la mesa chica para definir pasos.
Otro aspecto que frena las accioens, es que los principales dirigentes, tanto los duros como los más proclives a las charlas con La Libertad Avanza, reconocen que todavía no hay clima social para determinar un nuevo paro nacional, el número tres en menos de un año.
Hasta Pablo Moyano, uno de los tres secretarios generales de la CGT, referente del ala combativa, cree que la pasividad es, en primer lugar, «de la población y del peronismo» y que hace falta reunir condiciones para ir a otro paro general que no cree oportuno.
Eso sí: el dirigente piensa que alguna medida se va a producir y manifiesta todas las alas del movimiento obrero dicen que no existirá ruptura dentro del espacio porque, pese a todas las diferencias, el mejor negocio es estar unidos ante el gobierno libertario que impuso un ajuste inédito.
“A los 15 días de asumir este gobierno, la CGT movilizó a Tribunales y logró que se judicializara el DNU 70 y se frenara la reforma laboral. A partir de ahí hubo dos paros generales, movilizaciones y un montón de acciones», recordó Moyano.
«Hoy, el Consejo Directivo está facultado para tomar las medidas en el momento que sea necesario. Analizaremos esto en los próximos días. La gran mayoría de los gremios quieren medidas más concretas. No digo un paro o una marcha, pero alguna medida seguramente se va a consensuar”, expuso.
Hacé tu comentario