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Por la pelea entre el gobierno y la CGT, quedó paralizado el lanzamiento del nuevo sistema de salud

06. 09. 2017

La denominada Cobertura Universal de Salud (CUS) debía presentarse en estos días, pero el desplazamiento del superintendente de Salud y la puja por los fondos que financiarán la iniciativa pararon su puesta en marcha. Además, el gobierno no destino los fondos para su financiación. En la primera reunión de la unidad ejecutora, no hubo acuerdo y el lanzamiento “está paralizado”.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

Con los cambios anunciados hace unos días, la pelea entre el gobierno nacional y la CGT se centró en el manejo de los fondos de las obras sociales. El desplazamiento de Luis Scervino de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) fue un claro mensaje del presidente Mauricio Macri, y en Azopardo lo recibieron. “Vienen por la seguridad social”, le admitió a Gestión Sindical un dirigente luego de la maniobra. La disputa de los 30 mil millones de pesos que maneja el sistema de asistencia en el país fue siempre motivo de tensión, y ahora la mira está puesta en cómo se manejará el nuevo enviado del oficialismo a esta área, Sandro Taricco. Pero además de enojar a la dirigencia sindical, esta decisión trajo otra consecuencia menos conocida: la paralización del lanzamiento del nuevo sistema de salud. Se trata de la Cobertura Universal de Salud (CUS), una iniciativa que busca dar asistencia a los 15 millones de argentinos que están fuera de la seguridad social. Anunciada hace más de un año, su formalización debía hacerse en estos días, pero la falta de acuerdo entre los funcionarios y los referentes gremiales tienen parado el anuncio. Además, hay malestar por el nombramiento de la mujer de Jorge Triaca en el organismo de control del sistema.

El CUS debía presentarse formalmente la semana que la CGT realizó su marcha a Plaza de Mayo, y que el gobierno descabezó la SSS y removió funcionarios vinculados a los gremios. En ese clima de tensión, se constituyó la unidad ejecutora, que debe instrumentar el nuevo sistema, a partir de unos 8 mil millones de pesos que salen del denominado Fondo Solidario de Redistribución (FSRD), que maneja fondos de las obras sociales sindicales. Esta unidad está integrada por miembros del gobierno y los sindicatos, que en la primera reunión no lograron ponerse de acuerdo en su instrumentación. Por el gobierno forman parte de esa mesa el titular de la Superintendencia y un representante del Ministerio de Salud, mientras que por los gremios se ungió a José Luis Lingeri. Según pudo saber Gestión Sindical, en la única reunión realizada “se pudrió todo”. “Scervino se estaba yendo del gobierno, y estaba sin poder, Lingeri era apuntado como un ‘contra’, y encima Salud nombró a la mujer de Jorge Triaca, María Cecilia Loccisano. No hubo forma de ponerse de acuerdo, y quedó todo en la nada”, explicó una fuente cercana a esa cumbre.

Según la información suministrada por el Ministerio de Salud nacional, a través de la CUS “las personas que no tengan una cobertura formal de salud contarán con un carnet válido para todo el país, historia clínica digitalizada y el acceso gratuito a los medicamentos esenciales”. Las provincias que ya adhirieron son Mendoza, Córdoba, Salta, Entre Ríos, Jujuy, San Juan, Río Negro, Tucumán, Chaco, Catamarca, Corrientes y Santiago del Estero. “Por el momento el CUS está paralizado”, afirman distintos sectores, en especial luego de la pelea con los gremios. Una de las cuestiones que no logran zanjar las partes es cómo se financiará esta cobertura. Los 8 mil millones iniciales son para la ejecución del plan, pero no para su funcionamiento. “Los fondos no están en el presupuesto nacional, los ministros dicen ‘ya vamos a ver’, pero la verdad que no tienen ese dinero. 8 mil millones de pesos es el 1 por ciento del gasto nacional de salud, imposible que se financie un sistema eficaz con eso”, remarcan desde “No al CUS”, un espacio creado por diversas organizaciones médicas y sociales que rechazan el sistema, que se constituyó este año. “La CUS es una estrategia de seguro y no de salud pública”, le dijeron a Gestión Sindical desde ese espacio.

Desde este espacio confirmaron que el gobierno tenía previsto un acto oficial con los gremios, pero que la pelea suspendió. Según su mirada, este sistema de reaseguros “le abre la puerta a los privados a la salud pública, es una vuelta de rosca a la privatización”. En países como Colombia, su implementación generó brechas enormes entre quienes la utilizan y los que poseen seguros privados, de mayos cobertura y eficacia. En la Argentina, fue recomendado por el Banco Mundial, y cuenta con el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Uno de los problemas que existe en la Argentina es la asimetría entre la seguridad social y el sistema sanitario. En la actualidad, las cifras ubican al gasto en salud en el 10 por ciento del PBI, del cual solo un 2,4 por ciento corresponde al sistema público.

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