Después del acto del viernes, los planes de la CGT: sumar a los díscolos y preparar un posible paro
La central ya arma la agenda para el cierre del año, que incluye un intento para que los sectores más rebeldes del sindicalismo se suman a su estrategia. Quieren presionar al gobierno para evitar que se vete la posible ley de emergencia social. Algunos dirigentes no descartan un paro nacional: “La cosa está mal, y las bases lo piden”.
Diego Lanese / Especial para gestión Sindical
Apenas finalizó el acto el viernes pasado, la sensación que quedó en la mayoría de los presentes era que se había iniciado un nuevo camino en la relación de los gremios con el gobierno. Las duras palabras de Juan Carlos Schmid cerraron una jornada de protesta que recogió el espíritu de aquel 29 de abril, cuando como hacía mucho tiempo no sucedía todo el movimiento obrero confluyó en una única plaza. Si bien las palabras pueden sonar rupturistas, para la mayoría de la dirigencia no cree que a partir de ahora hará una relación más tensa con el oficialismo. Sí que el eventual veto a la emergencia social podría terminar de cortar el diálogo, y empujar un paro nacional. Esto es parte de la nueva agenda de la central obrera, que ya trabaja para incorporar a su estrategia a los sectores díscolos que por dentro y por fuera no se alinearon con su triunvirato. La discusión sobre Ganancias, una prueba para demostrar si sigue la sintonía entre las partes.
Cuando Schmid dijo que “queremos el blanqueo de la situación social, no el de los fondos fugados, porque los trabajadores no fugamos nada”, buscó diferenciarse de un oficialismo más metido en la interna económica de su propio gabinete que en los problemas de los asalariados. La crítica volvió en las últimas horas a agitar el fantasma de un posible paro, que fue desactivado luego del acuerdo para pagar un bono de fin de año. “Hay dirigentes que quieren hacer un paro antes de fin de año”, le dijo a Gestión Sindical una fuente del sector, que alertó que “diciembre es un mes complicado, sabemos que una medida de fuerza puede terminar en situaciones graves, como un estallido”.
La idea que se vuelva a pensar en un paro se apoya en la falta de respuestas del gobierno, y en la necesidad de contener a las bases, que en las últimas expresiones sindicales, incluyendo las marchas organizadas por las dos CTA, mostró que la situación le preocupa. “Hay que ser cautos, pero no podemos esperar a que la cosa e desborde. Con o sin ley, hay emergencia social en el país”, agregó la misma fuente, que reconoció que “sería un buen gesto del presidente” no vetar la norma.
Pese a esto, en la central no creen que haya un avance de quienes buscan un paro. Por ahora, el diálogo se mantiene, y si bien el gobierno nacional busca apuntalar a los gremios afines detrás de la especie de “CGT paralela”, hoy la legitimidad de la central obrera no está en discusión. Luego de que en dos actos Gerónimo Venegas se mostrara muy crítico del triunvirato, la dirigencia cegetista comenzó a pensar en la forma de incluirlo bajo el paraguas de la conducción. El titular del gremio UATRE apunta “a los trapos rojos” que hoy están en la CGT, en alusión a cierto origen de izquierda de algunos dirigentes, como el propio Schmid. “Estamos tratando de sumar al ‘Momo’. Debe entender que reglamentariamente el triunvirato el legal, y que la CGT está compuesta por una gran mayoría. Si dice defender el modelo sindical peronista, debería sumarse”, agregó en diálogo con Gestión Sindical otro dirigente del sector, que si bien acompañó a Venegas en sus actos, se mantiene dentro de la CGT.
Otra forma que busca la dirigencia es limitar el accionar de algunos de los díscolos. Para eso, busca tentar a los gremios que están en el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) para sumarse a las regionales, y limitar el poder de su líder Omar Viviani y el resto de la dirigencia, que se sabe jugará en 2017 dentro de la interna del justicialismo, y más allá del acercamiento a Venegas tuvo un encuentro con el ex ministro de Transporte del kirchnerismo, Florencio Randazzo. Este modelo se usó en Lomas de Zamora, donde se está a punto de sellar la unidad, con la inclusión de sindicatos del MASA dentro de la estructura oficial.
Así como el encargado de rearmar las regionales es Francisco “Barba” Gutiérrez, en la CGT se eligió a Andrés “Centauro” Rodríguez para manejar la relación con los movimientos sociales, que ahora se vuelve clave, no sólo por la ley de emergencia social, sino para frenar cualquier disturbio a fin de año. Su tarea es además contener a los díscolos, incluyendo al siempre vehemente Pablo Moyano, a quien de alguna manera “guardaron” luego que amenazara con irse de la central si se mantenía la postura pasiva.
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