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de 2024
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Ante la inminencia de un paro, el Gobierno “opera” el confederal a través de sus aliados

22. 09. 2016

Un sector importante de los dirigentes cree que una medida de fuerza “no soluciona nada”, e intentarán evitar que la central obrera, que se reúne mañana viernes, apruebe una protesta junto a otros sectores, como las dos CTA. Llevarán la reunión con Prat-Gay como una oportunidad de conseguir respuestas. Además, triaca recibió a Venegas como forma de evitar el impacto de un hipotético paro.

Luego de la reunión que el triunvirato y el consejo directivo de la CGT tuvieron ayer miércoles, como anticipo del confederal de este viernes, la idea parece confirmada: la central irá al paro. Como le reclaman sectores duros, representados por la Corriente Federal o los hermanos Moyano, parece que hay consenso para facultar al directorio a llamar a una medida de fuerza conjunta, para reclamar por diversos temas, que van desde el fin de los despidos a una reforma del Impuesto a las Ganancias. El movimiento obrero en la calle es una postal que el gobierno nacional quiere evitar a toda costa, y por eso en estas horas comenzó a operar el encuentro de mañana, a través de dirigentes cercanos que están dentro de la CGT. Además, utilizará como forma de presión al sector de Gerónimo “Momo” Venegas, que mantiene su impugnación respecto a la unidad lograda el 22 de agosto. Por el momento, los esfuerzos del macrismo no evitarían el llamado al paro, y el objetivo debe es suavizar su impacto.

“Un paro no soluciona nada”, le dijo a Gestión Sindical un dirigente enrolado en la CGT, que cree que pese a los problemas que existen “el rumbo es el correcto”. Este y otros dirigentes son de la idea de mantener el diálogo con el gobierno, y salir de la lógica vandorista (en relación al mítico dirigente Augusto Timoteo Vandor) de “golpear primero para negociar después). Para este grupo, que tiene fuerte inserción en el sector transporte, hay que tender puentes con “la mayor cantidad de funcionarios” para lograr el principal objetivo que debería, según su mirada, el sector: crear empleo. Una de las idea de estos dirigentes es pedir que se espera a la reunión con el ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay para llamar a una medida de fuerza. “No se puede ir a una reunión así con un paro en marcha, así no tiene sentido el encuentro”, analizó el dirigente consultado.

La misma fuente confirmó “contactos informales” entre dirigentes que todavía no están convencidos con el paro y funcionarios del gobierno. En este sentido, puertas adentro, el mapa interno todavía está inclinado a favor del paro. Uno de los interlocutores del oficialismo es el secretario Adjunto Andrés Rodríguez, líder de UPCN, quien se pronunció varias veces contra la medida de fuerza. Además, los “gordos”, gremios multitudinarios de servicio, son históricamente cercanos a los gobierno. “Siempre fueron oficialistas de todo oficialismo”, se ríen en los pasillos algunos dirigentes sobre su postura.

De la vereda de enfrente, un sector duro mantiene su idea de un paro, y ya barajan fechas. Como la Corriente Federal no tiene lugares en el consejo directivo, participará pero desde un lugar más llano. Entonces, quienes buscan frenar el paro saben que la voz cantante de esta postura la llevará Pablo Moyano, referente de un sector más radicalizado. En la reunión del miércoles surgió la idea de facultar al triunvirato a llamar a un paro nacional “en fecha a consensuar”. El camionero ya tiene su fecha: segunda quincena de octubre. En algunos médicos el hijo de Hugo Moyano dijo que le gustaría un paro “el 10 de octubre”. Lo hizo al acompañar una movilización de bancarios, por pedido de reapertura de paritarias. Llama la atención que ese día es feriado nacional, por lo que el pedido del sector más duro se trasladaría al 17 o 23 de octubre. En cuanto a la reunión con Prat-Gay, Moyano directamente la desechó: “mejor que no se haga”.

Por fuera de la nueva estructura de la CGT, el gobierno también hace gestiones, para de alguna manera limite el impacto de una hipotética medida de fuerza. El principal operador en este sentido es el titular del UATRE, Gerónimo Venegas, que mantiene en pié su impugnación al Congreso del 22 de agosto, y que para eso cuenta con un grupo nutridos de gremios, reunidos en las 62 Organizaciones Peronistas. Esta semana, este sector fue recibido por el Ministro de Trabajo, Jorge Triaca, con quien hablaron de varios temas, y firmaron un documento conjunto, para formalizar la reunión. En este sentido, según pudo saber Gestión sindical, además de presentarle un proyecto para generar “mano de obra calificada”, se habló de la impugnación que lleva adelante Venegas, y la posibilidad de que la cartera laboral intervenga a su favor.

Venegas es un aliado incondicional del macrismo, a quien acompaña en el frente Cambiemos a través de su partido FE. Incluso durante la campaña electoral 2015 el líder de los trabajadores rurales aplaudió las propuestas en materia sindical, y se llegó a decir que Venegas era el encargado de formularlas. Con el inicio de la gestión, fue el encargado de evitar la unificación de la CGT, y hoy buscar presionar con su grupo para evitar el paro. “No creo que Triaca se anime a impugnar el triunvirato, como pide el ‘momo’. Sería un paso muy riesgoso, rompería el diálogo”, aseguró la misma fuente consultada. Por eso, la formalización de la nueva CGT se mantendrá “en suspenso”, algo que molesta en la dirigencia, y que seguro será tema de críticas el próximo viernes, cuando se decida el futuro inmediato de la central. La entrega de un reconocimiento provisorio –hasta que se cierre la impugnación de Venegas y el resto de los gremios –es el camino intermedio elegido hasta el momento.

Por la misma estrategia, una serie de funcionarios recibieron la semana pasada a los integrantes del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), para escuchar propuestas y reclamos. El sector quiere marcar una agenda propia y mostrarse activo, ante su negativa a integrar la CGT unificada. Además, esta semana se verá las caras con el ministro de Transporte Guillermo Dietrich, como parte de la ruta de reuniones trazadas con el oficialismo. El espacio cuenta con varios gremios de peso, como el SMATA, que acaba de formalizar su salida de varias regionales de la CGT, como la de Junín. Allí, su referente Oscar Romero –diputado nacional del bloque de Diego Bossio –criticó a la nueva conducción de la central, y dijo que cree que el triunvirato “no es unidad”.

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