El sector metalúrgico atraviesa una fuerte incertidumbre, según Caló, por la fuerte caída de la demanda, el aumento en las tarifas energéticas y la apertura de las importaciones a manos del Gobierno nacional, y el caso de Acindar encendió todas las alarmas.
Al menos entre 20.000 y 30.000 trabajadores de la metalurgia perderán sus empleos este año en la Argentina si el Gobierno avanza con la apertura de importaciones, advirtió el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló.
Según Caló, los trabajadores están preocupados por cómo se desarrollarán las paritarias «en las que ningún sector puede pedir menos del 30 por ciento, porque ése es el piso», pero también atraviesan una fuerte incertidumbre por los puestos de empleo.
«Estamos preocupados por los puestos de trabajo. Si el gobierno sigue con la apertura indiscriminada de las importaciones yo voy a tener este año entre 20.000 y 30.000 compañeros despedidos», alertó Caló al ingresar a la sede de la CGT Azopardo para una reunión con Hugo Moyano y Luis Barrionuevo.
Caló se mostró molesto con algunas de las medidas que está tomando el Gobierno de Mauricio Macri, como la decisión de corregir las tarifas energéticas con una política de shock, que significará incrementos de entre 300 y 600 por ciento en las boletas.
«Estuve en Santa Fe recientemente y un empresario me dijo que pagaba 110.000 pesos de luz y ahora ya le vino una factura por 700.000 pesos. ¿Cómo hace ese empresario para sostener su actividad?», se preguntó el jefe de la Unión Obrera Metalúrgica.
En este contexto, Caló defendió la decisión de los trabajadores de ATE de salir a las calles el pasado miércoles 24 en protesta contra los miles de despidos que hay en el Estado y aclaró que los obreros del sector privado también lo harán si se empiezan a perder empleos.
«Cuando uno sale a la calle a defender su puesto de trabajo nadie se puede sentirse enojado», dijo el sindicalista al expresarse en contra del denominado «protocolo antipiquete» impuesto por el ministerio de Seguridad, Patricia Bullrich.
El sector metalúrgico atraviesa una fuerte incertidumbre, según Caló, por la fuerte caída de la demanda, el aumento en las tarifas energéticas y la apertura de las importaciones a manos del Gobierno nacional, y el caso de Acindar encendió todas las alarmas.
Ante la menor demanda de la industria automotriz y la construcción, la compañía siderúrgica Acindar decidió esta semana cerrar por diez días la planta que posee en la ciudad santafesina de Villa Constitución, según lo anunció la companía.
La compañía cerrará sus puertas del 18 al 28 de marzo próximos y obligó al personal a tomarse vacaciones en ese período o compensar francos para «no afectar» el empleo.
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