Se trata de la primera red de creadores de contenido de toda Europa. Cuáles son los objetivos y los antecedentes.
La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT), el equivalente a la CGT en España, lanzó este lunes la primera red de creadores de contenido de ese país un nuevo proyecto sindical que integra un grupo de trabajadores del sector que no están presentes en las normativas y regulaciones.
El sindicato creó este nuevo espacio de integración en el que pretenden que se integren ‘youtubers’, instagramers’ y ‘tiktokers’ para posteriormente reivindicar una mayor negociación, diálogo y reglas justas a las redes sociales, según se explicó en un comunicado.
El sindicato destacó que, pese a su alta visibilidad, estos creadores se ven afectados por decisiones que toman las plataformas de manera unilateral.
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Entre las demandas de los integrantes de la red, se encuentra que Estado y Unión Europea deben estar presentes en esta negociación para que dé lugar a una regulación adecuada.
Además, defienden una construcción de las redes más democrática, la transparencia de los algoritmos y que los términos y condiciones de las plataformas dejen de ser textos incompresibles impuestos de forma unilateral.
Para facilitar la entrada a la red de más creadores, el sindicato organizará una serie de encuentros en diciembre para explicar la iniciativa.
España está a la vanguardia entre los países de habla hispana en lo que refiere a creadores de contenidos en plataformas digitales. La Argentina se encuentra bastante más rezagada en cuanto a cantidad de personas dedicadas y volumen de contenido en las redes, aunque no se descarta que con el paso del tiempo se pueda desarrollar una iniciativa similar de sindicalización en el sector.
Cuál es el objetivo de este espacio Sindical
La Red de Creadores de Contenido del sindicato, primera en España y en Europa, nace con el objetivo de tener una voz propia en este mundo global y ha publicado un video manifiesto en el que se exponen las principales reivindicaciones de este colectivo.
La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores inicia hoy un nuevo proyecto sindical junto con un grupo de creadores y creadoras de contenido, para dar voz a una realidad social que no estaba presente ni en la normativa, ni en las regulaciones sobre su actividad como youtubers, instagramers, tiktokers u otros espacios y redes sociales. Se trata, por tanto, de una experiencia que marcará un nuevo espacio de participación dentro del sindicato.
En tanto, la Red de Creadores de Contenido de UGT tiene la vocación de visibilizar una actividad que se consume diariamente por millones de personas, pero cuyos protagonistas no están representados, ni pueden defenderse, ante las diferentes decisiones unilaterales de las redes sociales.
En definitiva, estos trabajadores y trabajadoras digitales apuestan por conseguir unas relaciones más igualitarias entre personas creadoras y plataformas de redes sociales.
Un movimiento sindical universal
El mundo digital lleva al menos tres años hablando de los «sindicatos de influencers». Fairtube, con base en Alemania, nacía en 2019 con el apoyo 18.000 youtubers descontentos. De agosto de 2020 es la American Influencer Council (AIC), registrado tanto como ONG como lobby, busca la “defensa y promoción de los intereses de los creadores de contenido virtuales”.
The Creator Union (TCU) es un sindicato británico con 400 afiliados. Muchos de los movimientos laborales que se han visto hasta ahora no se han constituido a través de organizaciones como tal, sino como uniones espontáneas de creadores ante atropellos unidireccionales de las plataformas.
Las huelgas de Twitch
Recientemente, un grupo de streamers de Twitch llevaron adelante manifestaciones y entre los reclamos se encontraba la rebaja en las condiciones salariales para Brasil de la plataforma de retransmisión de directos y otra internacional contra el aumento de los ataques de odio.
Según TwitchTracker, en el pico de la protesta los streamers consiguieron recortar un millón de concurrentes a los 4.5 millones que, de media, venía teniendo, una cifra nada desdeñable para ser una alianza internacional y sin ningún tipo de apoyo económico colectivo detrás.
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