Piden un “aumento de emergencia” antes de avanzar en un acuerdo de precios y salarios
En su habitual informe mensual, la junta interna de ATE-INDEC reclamó que antes de cualquier convenio se dé una suba del 35 por ciento para recuperar lo perdido hasta el momento, tanto en el sector público como el privado. La espiral inflacionaria sigue preocupando, en especial en alimentos y bebidas, y podría llevar la tasa anual del IPC al 50 por ciento, lejos del 29 por ciento que proyecta el presupuesto 2021.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
La semana pasada, el gobierno nacional realizó la primera ronda de encuentros con sindicalistas y empresarios para avanzar en un acuerdo de precios y salarios, una nueva versión del pacto social que fue una idea primaria de Alberto Fernández al inicio de su presidencia. En la misma, la dirigencia gremial anunció que utilizará la medio del 29 por ciento para las paritarias del año, pero alertaron que no aceptarán techos respecto de la discusión. Pero la espiral inflacionaria de los últimos dos meses, en especial en rubros esenciales como bebidas y alimentos, se volvió un obstáculo para esta meta. Incluso las proyecciones de algunos especialistas hablan de un IPC para el 2021 cercano al 50 por ciento, lo que puede terminar por hacer colapsar cualquier intento de acuerdo. Ante esto, en su habitual informe mensual, la junta interna de ATE-INDEC pidió un “aumento de emergencia” previo a cualquier convenio, que recupere lo perdido por los salarios en los últimos años.
Según los datos oficiales, hace cuatro años que los ingresos de los trabajadores pierden ante la inflación, y las perspectivas respecto de este no son las mejores. “Con estos niveles de inflación no hay pacto social posible”, alertan en este contexto.
La idea de un pacto social fue abordada con representantes de todos los sectores del movimiento obrero, y según las versiones recogidas luego de la reunión realizada en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada hubo una suerte de “cauto optimismo” respecto a su implementación.
La idea de lograr un acuerdo entre precios y salarios es una de las apuestas del gobierno, pero la espiral inflacionaria pone en riesgo su concreción. En este sentido, el informe de ATE-INDEC recuerda que especialistas e incluso el Banco Central proyectan con estos niveles “una inflación general del 50 por cierto”. De concretarse, sería difícil mantener la propuesta de subas de un 29 por ciento, que es la tasa de inflación que proyecta el presupuesto actual.
“El gobierno está planteándole a las centrales y al empresariado un pacto social como salida a la crisis económico-social que viene sufriendo nuestro país. Cualquier acuerdo debe sustentarse sobre la base de reglas claras que permitan que los trabajadores salgamos de la situación de empobrecimiento actual”, destacó el trabajo, al que tuvo acceso Gestión Sindical. En ese contexto, la junta interna del organismo pide que se acuerdo “un aumento de emergencia no menor al 35 por ciento para recuperar lo que hemos perdido en estos últimos años”, tanto para el sector privado como el público.
En este sentido, en el período que va entre noviembre del 2016 y enero del 2021 la inflación fue de un 581,4 por ciento, mientras el aumento de los salarios privados alcanzó el 457,1 por ciento. En cuanto a los estatales, la brecha es mucho más pronunciada: en ese tiempo recibieron sólo un aumento del 332,5 por ciento.
“Con este nivel inflacionario no hay pacto social posible”, sostuvo Raúl Llaneza, integrante de la junta interna de ATE-INDEC. En diálogo con Gestión Sindical explicó que las proyecciones de distintos especialistas “hablan de una inflación anual alrededor del 50 por ciento”, por lo cual este acuerdo que motoriza el gobierno puede quedar en la nada. Una de las cuestiones que preocupa a quienes realizan este informe, es la suba de los alimentos y bebidas, en el marco de un IPC que “mantiene una tendencia que preocupa a quienes vivimos de nuestro sueldo, que ataca sin discriminar a los trabajadores formales e informales, pasivos o aquellos que para subsistir deben recibir asistencia del Estado”.
Según el trabajo, los alimentos acumulan una suba “del 42,3 por ciento, una de las tres categorías de la canasta del IPC con aumentos más altos del último año”. Sólo en enero del 2021, este índice quedó en el 4,8 por ciento, 0,8 por ciento por encima de la media nacional. “Sin dudas el gran impulsor de los aumentos que se dieron a lo largo de 2020 en el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas fue la carne y sus derivados que alcanzo un 6,4 por ciento y que, aun habiéndose reducido el incremento respecto a la anterior variación, sigue siendo un producto de la canasta de alimentos que se mantiene por encima de la inflación general, con un acumulado interanual 57,7 por ciento”, destacó el informe de los trabajadores del INDEC.
En la cumbre en la Casa Rosada estuvieron representantes de todos los sectores sindicales, que con sus matices marcaron el apoyo a la propuesta del gobierno de lograr un acuerdo de precios. Pero la dinámica de la situación económica y política va variando las perspectivas de esta idea. Con las sanciones a las grandes empresas, la tensión sobre el pacto social sumó otro ingrediente. Además, los últimos aumentos de combustibles ponen más presión sobre la inflación.
Esto, afirman ATE-INDEC, influirá en “los precios de los productos incluidos en la canasta familiar, con lo cual se hace imprescindible establecer no solo una política de precios, sino que también se hace necesario un control para que los alimentos lleguen a las mesas familiares”. Esta política fue parte de la discusión del encuentro con los gremios, que adelantaron que como los movimientos sociales realizarán tareas de control y fiscalización, para evitar abusos. Ante esto, en los últimos días el Ministerio de Producción aclaró que los controles oficiales son facultad del Estado, y estas tareas son más “una práctica militante”.
Este año la pelea entre salarios e inflación aparece como muy desventajosa para los primeros. Es que desde hace al menos cuatro años que la carrera la ganan los aumentos. La semana pasada, casi al mismo tiempo del encuentro en la Casa Rosada, el INDEC dio datos oficiales de esta brecha. Según el organismo, los salarios crecieron 33 por ciento en el 2020 y se ubicaron 3,1 puntos porcentuales por debajo de la inflación del 36,1 por ciento. Las cifras oficiales muestran que los salarios sólo le ganaron levemente al aumento de precios en 2017 (2,1 por ciento) y luego perdieron en 2018 (-12,2 por ciento), 2019 (-8,4 por ciento) y 2020 (-2,3 por ciento). Así, en total, acumulan una pérdida de casi el 20 por ciento en estos 4 años.
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