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de 2024
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El gobierno autorizó el cierre de siete ramales de la Línea 60 y los choferes lanzaron un plan de lucha

01. 11. 2019

Iniciaron este jueves un paro de actividades contra la decisión de permitir la readecuación de recorridos, reduciendo 12 de los 19 ramales actuales. Los trabajadores afirman que el plan perjudica a miles de usuarios y traerá “inevitablemente reducción de personal”. Creen que el gobierno esperó “que pasen las elecciones” para dar el visto bueno al plan empresarial.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

Con una resolución publicada este jueves en el Boletín Oficial, el gobierno nacional autorizó el plan de la empresa Monsa para reducir los ramales de la tradicional Línea 60, una medida resistida por los choferes. Ante la confirmación de la iniciativa, una multitudinaria asamblea votó un paro de actividades, que comenzó por la tarde y paralizó todos los servicios de la empresa, que transporta miles de usuarios desde el norte y oeste del conurbano a Capital Federal. Además, se anunció un plan de lucha para evitar esta reducción, que según los delegados afecta a miles de pasajeros y pone en peligro miles de fuentes de trabajo.

La propuesta incluye la fusión de varios tramos, y la desaparición de otros, lo que hará que muchas personas deban pagar dos y tres boletos cuando hoy pagan uno sólo. “Este gobierno no se puede ir haciendo este desastre”, se quejaron los choferes, que en septiembre junto al gremio UTA impugnaron la propuesta realizada por la firma del grupo DOTA. El reclamo de los empleados es apoyado por otros gremios de la zona y por organizaciones sociales.

La resolución 152/2019 del Ministerio de Transporte de la Nación permite a Monsa, que opera la Línea 60, reducir 12 de los 19 ramales actuales, como lo pidió en septiembre pasado la empresa ante las autoridades de transporte. Pese al rechazo que generó este plan de reducción en organizaciones vecinales y en los trabajadores, la cartera que comanda Guillermo Dietrich le dio el visto bueno a la baja de los recorridos, y abrió un período de 15 días para su implementación final.

Según el documento de la cartera de transporte, al que tuvo acceso Gestión Sindical, luego de haberse realizado “un análisis de dicha presentación, se ha reelaborado la propuesta de la empresa, a fin de adecuarla al diseño y necesidades actuales del sistema de transporte público por automotor de la región metropolitana de Buenos Aires”. En consecuencia, el Ministerio de Trabajo autorizó “las siguientes modificaciones de parámetros operativos para la Línea 60: supresión total de los recorridos G, N y P; fusión de los recorridos F, H e I; fusión de los recorridos J y M; fusión de los recorridos K y L; fusión de los Recorridos Q, R y S; fusión de los recorridos Ñ y O; fusión de los recorridos T y U; y fusión de los Recorridos V y W”.

Apenas conocida la resolución, los delegados de la empresa convocaron a una asamblea en la cabecera Barracas, que analizó la situación y llamó a un plan de lucha, con un paro de actividades que comenzó en horas de la tarde del jueves. “El paro responde a la autorización que hizo el gobierno de la reestructuración de recorridos que hizo el gobierno, que no puede a pocos días de irse dejar ‘en llamas’ la Línea 60, recortarla y desguazarla”, sostuvo Esteban Simonetta, delegado de los trabajadores. En diálogo con Gestión Sindical Simonetta recordó que antes de que salga la resolución la empresa “amenazó con cerrar la cabecera de Barracas, pero fue una extorsión para que le aprueben este plan”.

Con los nuevos recorridos, los ramales quedarían divididos en dos grandes tramos, “como si fueran de dos empresas distintas”, lo que haría que muchos pasajeros “deban tomar dos colectivos cuando hasta ahora tomaba uno. “Además, esto va a terminar con reducción de personal, indudablemente vamos a terminar con despidos”, criticó el delegado.

La autorización del Ministerio de Transporte llegó con algunos cambios, por sugerencias que hicieron, por ejemplo, desde el Concejo Deliberante de San Isidro, que presentaron un pedido para que no se levante un tramo que iba a dejar sin transporte a un grupo de vecinos. “Nosotros hicimos ya las impugnaciones, ahora hay 15 días para volver a presentar quejas. Pese a que nuestra protesta estuvo apoyada por el gremio y por vecinos, se autorizó.

Creo que estaban esperando que pasen las elecciones para darle el visto bueno”, remarcó Simonetta. Las críticas al oficialismo, a menos de 50 días de abandonar el poder, fueron un común denominador en la asamblea que decidió el paro de actividades de este jueves, en el marco del plan de lucha lanzado para frenar la reducción.

“A este gobierno que se va no le alcanzó con destruir la industria nacional y endeudarnos, ahora quieren partir la Línea 60 en dos, cambiarle los colores y condenar a los pasajeros a pagar dos boletos. Todas estas medidas son en contra del público usuario y en favor del grupo empresario DOTA, el monopolio más poderoso del transporte”, expresaron los choferes mediante un documento difundido luego de la decisión de paralizar el servicio.

Durante la asamblea, se responsabilizó a la secretaria de Gestión de Transporte, a cargo de Guillermo Krantzer, y al ministro Dietrich “por la falta de responsabilidad al tomar una medida en perjuicio de las y los usuarios”. En septiembre, cuando se conoció el plan, DOTA defendió la iniciativa.

En este sentido, Marcelo Pasciuto, titular de Monsa, sostuvo en su momento que estos cambios “beneficiarán á a los choferes, que ya no manejarán más de tres horas, y a los pasajeros con mayor frecuencia en el servicio”. Pero la asamblea de choferes viene rechazando esta idea, por lo cual se presentaron ante la cartera de transporte para que no se ponga en marcha la reforma, algo que no se tuvo en cuenta a la hora de dar el visto bueno.

El plan de lucha de los choferes de la Línea 60 cuenta con el apoyo de organizaciones sociales, de vecinos y otros sindicatos. En este sentido, en la previa de la resolución que disparó el paro, se formó la llamada Coordinadora Obrera de la Ciudad de Buenos Aires, un espacio donde grupo de trabajadores buscarán apoyarse ante conflicto en territorio porteño. El espacio aprobó una agenda común, donde incluyen “acompañar la vigilia de los choferes de la Línea 60 frente al intento del grupo DOTA de cerrar la cabecera Barracas”. La medida iba a comenzar a las 20 horas de este jueves, pero como la autorización al plan de reducción desactivo el cierre de la cabecera, se optó por el paro. “Entendemos que, para enfrentar el ajuste y luchar por nuestras reivindicaciones, necesitamos estar organizados. Por estos motivos, y sumando a las experiencias de coordinaciones obreras de las zonas norte y sur del conurbano, pusimos en pie la Coordinadora Obrera de Capital Federal”, expresó el documento fundacional de este espacio. Otra de las medidas decididas es participar del plenario de los trabajadores de la multinacional Kimberly-Clark, mañana viernes desde las 17. Allí unos 200 empleados resisten el cierre de la planta de la firma ubicada en la localidad de Bernal.

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