Los trabajadores de la plata Llavallol de Canale resisten los despidos: “No nos quieren pagar nada”
Desde el acampe frente a la fábrica afirman que la empresa no quiere pagarle ni la indemnización ni los tres meses de salario adeudados, y que permanecerán en el lugar hasta lograr la continuidad laboral, como sucedió en las plantas de Mendoza. No dejan que se lleven las máquinas del lugar. Con apoyo de distintos sectores, hay críticas al accionar de la UOM local, gremio de los empleados.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
El lunes pasado, los casi 100 operarios de la planta Llavallol de la firma Canale recibieron los telegramas de despidos, poniendo fin a un largo conflicto iniciado en abril, cuando se comenzó a pagar los salarios en cuotas. Luego de la quiebra de la empresa que gestiona las tres plantas en Mendoza, se esperaban novedades sobre las otras dos razones sociales que manejan el resto de las fábricas: una ubicada en la provincia de Catamarca y la del sur del conurbano bonaerense. Pero antes de cualquier decisión judicial, la empresa decidió enviar las notificaciones, clausurando cualquier diálogo.
Ante esto, los trabajadores establecieron un acampe en el lugar, con el objetivo fundamental de que no saquen las máquinas, y así tener una mínima esperanza de una posible reactivación. Desde el lugar, los empelados aseguran que no se trata de una ocupación, y esperan respuestas de la justicia.
Bronca e incertidumbre
“No nos quieren pagar nada, ni un peso”, se quejaron. Además de la indemnización, a algunos operarios le adeudas hasta tres meses de sueldos, más cargas sociales. Antes de esta decisión, existía una posibilidad de que la planta fuera vendida a un grupo empresario, pero no se llegó a concretar.
El acampe en la puerta de la planta de Canale, ubicada en la esquina de Libres del Sur y Santa Catalina del distrito de Lomas de Zamora, busca evitar que se retiren las máquinas del lugar. El delegado Nicolás Macchi le confirmó a Gestión Sindical que la totalidad de los operarios recibieron el telegrama, y que desde una reunión con uno de los dueños no tuvieron más contacto con la patronal.
“No nos quieren pagar nada, ni la indemnización ni los salarios caídos. Dicen que no tienen más plata, que no pueden hacer nada”, explicó el dirigente. En el lugar se estableció una guardia pacífica para evitar que se lleven maquinaria y otros elementos, pensando en una eventual reactivación, o como activos de donde sacar los fondos para el pago de lo adeudado.
“Vamos a seguir peleando por nuestros puestos laborales, había una leve esperanza porque se habló de un posible comprador, pero en lugar de eso recibimos telegramas. No lo esperábamos”, sostuvo Macchi.
Contexto
A comienzos de mes, la justicia de Mendoza decretó la quiebra de Alimenticias Mendocinas (IAMSA), la firma que operaba las tres plantas en esa provincia de Canale. Esto generó incertidumbre, ya que las otras dos razones sociales (Catamarca y Llavallol) también están en concurso preventivo de acreedores.
“Nosotros esperábamos la quiebra, y que se dicte como en Mendoza la continuidad laboral. Pero la empresa se adelantó y mandó los telegramas”, subrayó Macchi. En estas horas, los asesores legales de los trabajadores analizan los pasos a seguir, pero uno de los puntos es objetar los telegramas. En total, son 95 los empelados cesanteados, que reclaman por su situación.
Macchi aclaró que no van a ocupar la planta, sino que van a estar en una “permanencia pacífica fuera del lugar”. Sobre un posible desalojo, los trabajadores aseguran que no pueden sacarlos de la vereda.
La crisis de Canale, que supo tener en su momento de esplendor 2.500 empleados en media docena de plantas en todo el país, comenzó en abril de este año, cuando en Llavallol comenzaron a pagarse en cuotas los salarios.
El medio aguinaldo de junio se fraccionó, y a partir de allí cada pago fue parcial y con retraso. En los últimos tres meses no se pagaron haberes, y además se dejaron de pagar los aportes patronales, como obra social y jubilaciones. Además, ninguno de los empleados cuenta con cobertura de ART.
En esta situación crítica, los empleados de Llavallol se entusiasmaron con el fallo de Mendoza, ya que el juez de la causa Alberto Alemán priorizó a los empleados a la hora de atender las obligaciones futuras.
Cómo sigue
“El principal objetivo es el mantenimiento del trabajo de los empleados, lo que lejos de contrariar el interés de los acreedores, se ve identificado con el mismo. Los trabajadores constituyen un valor inconmensurable dentro de la empresa”, sostuvo el magistrado en su fallo.
En el acampe iniciado el lunes estuvieron distintos referentes sindicales y sociales de la región, que se solidarizaron con los trabajadores. Sin embargo, los empelados deslizaron críticas para la conducción de la UOM, que aseguran “no nos acompañó en este tiempo”.
“Fueron a una reunión, pero nunca estuvieron en el lugar, bancando las decisiones. No nos acompañan en este proceso”, admitió ante Gestión Sindical uno de los trabajadores cesanteados, que prefirió no identificarse.
Las críticas apuntan a la falta de respaldo, ya que en las marchas organizadas y los eventos para juntar fondos “ni aparecieron, vinieron cuando el cierre estaba definido”. En tanto, una comitiva estuvo en el Concejo Deliberante de Lomas de Zamora, donde recibió la solidaridad de los concejales.
Por el momento, el acampe se mantendrá, y no permitirán la salida de las máquinas.
La posibilidad de una cooperativa o la compra por otro grupo son alternativas que están dando vueltas, pero por el momento no hay precisiones.
Mientras esperan novedades, prometen mantenerse en el lugar, y de una pelea que se repite en toda la provincia de Buenos Aires y el país, porque es la industria la más golpeada por la actual crisis económica.
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