Los gremios dejan de lado diferencias y endurece su discurso: “Somos la última barrera”
Pese a las disputas internas, esta semana los distintos grupos acercaron posturas respecto al gobierno. En Mar del Plata, un Hugo Moyano en ton opositor lideró una cumbre que dejó un duro documento y una marcha contra la “política anti sindical”. Diversos sectores insisten con que los sindicatos son “el único bastión opositor”. La búsqueda de un secretario general consensuado, el gran desafío.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
De cara a la concurrencia, Hugo Moyano se paró ante la invitación del animador, que cantaba una canción patria. A su lado, Luis Barrionuevo, el anfitrión, sonreía ante la iniciativa. Todos se pararon, y en una especie de homenaje no pactado, aplaudieron a los dirigentes, que encabezaba una cumbre de la CGT, la primera luego del diciembre tumultuoso, que dejó a la central obrera al borde de la ruptura, tanto interna como con el gobierno. Antes, los principales referentes de la conducción habían tenido un encuentro reservado, donde consensuaron un duro documento donde de alguna manera se pudieron a la cabeza de la oposición al macrismo, que días atrás había marcado postura con una serie de proyectos e iniciativas que, dicen, buscan transparentar los gremios. Pero para la dirigencia cegetista, es un “ataque ainti sindical”. De esta forma, la central endurece su discurso, se prepara para la primera marcha contra el gobierno y se suma al discurso opositor. “Somos la última barrera”, aseguraron algunos en Mar del Plata.
El texto difundido el jueves por la CGT marca un endurecimiento en la postura, en especial con respecto a la reforma previsional y laboral. El documento hace una fuerte caracterización del momento actual, y afirma que este es “un gobierno de ceos, accionistas, dueños de empresas nacionales y multinacionales, que no afrontan la ley de ética pública, asumiendo sus cargos con total desparpajo, conservando acciones e injerencias en sus empresas y beneficiando claramente su propio interés”. En el texto se hace referencia “a la construcción de un relato”, donde se buscó un enemigo. “Todo aquello que se opusiera era el pasado, era el peronismo, eran los sindicatos, mezclando en la comunicación situaciones de funcionarios, sindicalistas y algunos empresarios investigados por delitos de corrupción. El diálogo pasó a ser un monólogo”, se quejó la CGT. En Mar del Plata, el texto sorprendió, ya que muchos esperaban que durante el verano se intentaran tender puentes. Pero la avanzada contra los gremios rompió esa posibilidad. “Vimos un Moyano muy enojado, como hace tiempo no se lo ve”, le dijo a Gestión Sindical un dirigente que estuvo en la cumbre en la costa atlántica. Según sus dichos, el enojo viene “primero por la persecución hacia su familia, y después porque el gobierno está adoptando medidas anti sindicales. Moyano puede negociar, pero nunca va a dejar que ataquen así a las organizaciones”.
El enojo radica no sólo en la causa que investiga al dirigente y su hijo Pablo en el Club Independiente, sino por los intentos de debilitar las los gremios, con propuestas como limitar las reelecciones o las versiones de auditorías para conocer el estado de sus cuentas. La gota que rebalsó el vaso fue el auspicio del gobierno provincial a la desafiliación de maestros y trabajadores de la educación, que en la CGT cayó muy mal. “No es posible creer que se busca transparentar la defensa de los trabajadores, cuando se alienta la desafiliación sindical desde el propio Estado, incurriendo en una práctica desleal. Tampoco es posible creer que arreglando por decreto la paritaria docente, se busca un mayor equilibrio entre los actores”, afirma el texto consensuado el jueves. Además, la central agregó que “es imposible creer que haciendo denuncias mediáticas, judiciales, tributarias, y a través de un aparato comunicacional afín, con amenazas de auditorías, etcétera, se logra una mayor eficacia en la defensa de los derechos de los trabajadores. En todo caso, este tipo de estrategia gubernamental solo busca la deslegitimación de las organizaciones sindicales ante la sociedad, para avanzar con mayor rapidez sobre el salario y las condiciones de trabajo”.
Durante la cumbre, una idea comenzó a tomar cuerpo, y parece cristalizarse en el texto difundido. “Somos la última barrera, si no derrota el gobierno puede hacer lo que quera con los trabajadores y el país”, remarcó otro dirigente. Según le dijo a Gestión Sindical, los gremios ven en estas medidas “un intento de disciplinar a la dirigencia. No es casual que vayan por el debilitamiento de las organizaciones, quedó demostrado en diciembre que vamos a presentar batalla al avance del oficialismo”. En este sentido, la dirigencia espera que en los próximos meses haya encuentros para acercar las posturas internas en la central. De la cumbre de Mar del Plata participaron integrantes de la Corriente Federal, uno de los espacios más opositores. Además, hubo dirigentes enfrentados al gobierno como Facundo Moyano, lo que confirma el perfil más duro que tendrá el movimiento obrero si sus caras más visibles vuelven a ser Moyano y Barrionuevo. Pero se espera que gordos e independientes, los más dialoguistas de la CGT, se suman y no rompan la estructura. Lo mismo con los grupos que están por fuera de la estructura cegetista, como el MASA y las 62 Organizaciones Peronistas. Este último ya muestras signos de fractura, ya que un grupo de sindicatos se sumaron al paro nacional luego de la aprobación de la reforma previsional. Este jueves estuvieron en la cumbre, y pusieron su sello a una de las banderas que adornó el saló del hotel Sasso. “Fue un grupo que son minoría en las 62, pero es un paso importante. Confiamos que el resto se irá sumando, sobre todo cuando discutamos la futura conducción. Vamos a estar todos”, analizó el mismo dirigente consultado.
En cuanto a las medidas concretas, el mes que viene podría haber una movilización “contra las medidas anti sindicales” del gobierno. En este sentido, uno de los puntos del documento expresa el rechazo al DNU 27/18, “particularmente la atinente a las deudas laborales; inembargabilidad del sueldo, prohibición de la disposición de los fondos de la ANSES para la timba financiera, desfinanciamiento del sistema de seguridad social; por ser altamente inconstitucional”. Además, la CGT opositora apoya “activamente a las organizaciones que se declaran en conflicto, en razón de los fundamentos expresados en este documento”.
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