El Sindicato de Empleados de Comercio de Lanús y Avellaneda pidió una conciliación obligatoria de 15 días para negociar la reincorporación de la totalidad de los empleados.
La cadena de supermercados Walmart despidió hoy a unos 512 trabajadores en la sucursal que opera en la localidad bonaerense de Sarandí.
Los empleados de la sucursal que fueron despedidos tenían más de cinco años de antigüedad debido a que ya trabajaban en el supermercado cuando el mismo pertenecía a la firma francesa Auchan, que se radicó allí en 2001.
Los 51 despedidos se enteraron de que ya no seguirían como empleados de Wallmart a través de la llegada de telegramas a sus respectivos domicilios y también en forma personal, cuando arribaron a la sucursal en la mañana de este martes.
Voceros del Sindicato de Empleados de Comercio de Lanús y Avellaneda (SECLA) dijeron que el gremio pidió al ministerio de Trabajo bonaerense que dicte una conciliación obligatoria por 15 días.
El secretario general del gremio, Pedro Orlando Machado, intentará en esas dos semanas negociar con la compañía de capitales estadounidenses para que retroceda con los despidos y su intento por «avanzar con la flexibilización laboral», dijeron los
voceros consultados.
Los trabajadores indicaron que si bien hasta este martes llegaron 22 telegramas, la empresa habría anticipado en forma extraoficial que despedirá en total a 51 personas, el 30 por ciento del plantel estable.
Tras confirmarse los despidos, los empleados despedidos y quienes aún no recibieron los telegramas se manifestaron en el acceso a la sucursal ubicada en el kilómetro 9 de la autopista Buenos Aires-La Plata, en la localidad bonaerense de Sarandí. Machado se presentó esta mañana en la sucursal y en una asamblea dijo que «el SECLA peleará por cada uno de los puestos de trabajo», por lo que pedirá al ministro de Trabajo bonaerense Marcelo Villegas que interceda para evitar los despidos.
Los trabajadores venían denunciando que la firma de capitales estadounidenses estaba intentando «avanzar con una flexibilización laboral que consistía en el regreso de los horarios rotativos y el congelamiento de salarios hasta mediados de 2018», dijeron fuentes sindicales.
Yamila Carballo, una de las despedidas que se desempeñaba al piso de ventas desde hace siete años, dijo que le notificaron que se había quedado sin empleo cuando llegó en la mañana de este martes, con «un telegrama que no explica el motivo» de la decisión corporativa.
«Tengo un nene y una nena de un año y ahora estoy en la lona», dijo Carballo, quien se quebró en llanto al relatar su situación familiar a partir de quedarse sin ingresos por el despido de la compañía.
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