IMPSA en crisis. La UOM de Mendoza toma cartas en el problema.
Los trabajadores llevan seis meses sin cobrar los aumentos de paritarias, mientras el único interés oficial pasa por la privatización. La UOM de Mendoza inició protestas.
Los trabajadores de la metalúrgica IMPSA de Mendoza no están pasando por buenos momentos: la firma es controlada por dos estados -Nación y Provincia- que no tienen interés en que funcione y solo buscan privatizarla, mientras ellos no cobran los aumentos salariales acordados en paritarias y no saben cuando van a cobrar el aguinaldo. En este contexto, el personal nucleado en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) comenzó a llevar adelante medidas de fuerza.
La situación llevó a que los trabajadores de IMPSA nucleados bajo el convenio de la UOM iniciaran una serie de protestas en la puerta de la fábrica, exigiendo que algún representante de la firma los reciba y ofrezca certidumbre ante una situación que calificaron de “desesperante”.
De acuerdo con fuentes directas de los empleados, a la deuda salarial se les sumó el pasado viernes la notificación por parte de los directivos de la empresa de que sólo se les pagaría el 50% de la segunda quincena correspondiente a noviembre, lo que generó asambleas y la posterior respuesta de la UOM.
El sindicato trasladó lo sucedido a la Subsecretaría de Trabajo provincial, organismo que dictó la conciliación obligatoria.
Mario Reveri, uno de los delegados de la UOM que dijo presente en la metalmecánica del carril Rodríguez Peña, en donde estalló el conflicto, explicó que sucedió: «No hemos ingresado porque nos han pagado la mitad de los sueldos y estamos exigiendo un cronograma de pago porque tienen una deuda que arrastran desde abril, que tiene que ver con las actualizaciones de paritarias».
El plan de los trabajadores y la UOM
La idea que tienen las bases ante la inacción empresarial para buscarle una solución al conflicto pasa por intentar involucrar a los gobiernos nacional y provincial, políticamente alineados, para hacerlos tomar cartas en el asunto. En esa búsqueda, comenzaron a hablar con otros sectores para conseguir solidaridad y aumentar la potencia del reclamo.
Esta semana es clave, dicen, porque hay una audiencia en la Subsecretaría de Trabajo entre todas las partes. Si no hay resolución, anticipan que la situación va a escalar, ya ya tendrían definido iniciar un paro por tiempo indeterminado.
La firma IMPSA tiene un historial particular. Durante la gestión de Alberto Fernández, en 2021, pasó a de manera compartida manos del Estado nacional y del provincial, aunque el gobernador de Mendoza, el radical Alfredo Cornejo, avisó que no estaba de acuerdo porque los números no iban a cerrar.
Si bien la empresa no mostró una situación floreciente, durante los primeros dos años las cifras cerraron. Pero a partir de diciembre de 2023, con el arribo de Javier Milei a la Casa Rosada, la cosa cambió.
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Varias obras en ejecución se cayeron por falta de insumos básicos o incluso repuestos para las obsoletas maquinarias. En medio de esta crisis, el estado provincial y el nacional pusieron en marcha el plan de privatización de IMPSA.
Una sola oferta
En el proceso privatizador hubo una única oferente: la americana ARC Energy, que, con la ventaja de no tener competencia, estaría poniendo condiciones perjudiciales para las arcas públicas y que hacen que el traspaso se dificulte y se dilate.
Pero mientras tanto, ni Cornejo ni Milei quieren continuar solventando la compañía. Ni siquiera garantizaron los ajustes en las remuneraciones para el personal, que está a la espera de una respuesta para por lo menos cobrar todo el aguinaldo.
Así las cosas, en IMPSA todo está en duda menos la decisión privatizadora de Nación y Provincia. “Nosotros creemos que esta empresa, no sólo por razones ideológicas y doctrinarias, tiene que ser privada. No puede ser estatal”, dijo el gobernador Alfredo Cornejo el mes pasado cuando, junto al secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo de la Nación, Juan Pazo, dio detalles del inicio del proceso de «cesión de acciones y capitalización privada de IMPSA».
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