Triaca frenó la reapertura de paritarias de los colectiveros y hay malestar en la UTA
El ministro de Trabajo no homologó una nueva suma al acuerdo salarial del sector, y generó bronca en la conducción del gremio. El aumento adicional fue convenido con el ministro Dietrich. Por esto, Roberto Fernández podría dejar el sector dialoguista de la CGT y sumarse a los transportistas que apoyarían la candidatura de Pablo Moyano.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
En el último paro nacional, la adhesión de los gremios del transporte fue clave para que el impacto de la medida se sintiera con fuerza. En este contexto, que hayan acompañados los colectiveros y los maquinistas de trenes fue una buena noticia para los líderes de la CGT, en especial los primeros, ya que el gremio de la UTA suele ser de los más negociadores con el gobierno, y se lo considera cercano al grupo de los “gordos”, que hoy parecen ser los conductores de la central obrera. Luego del paro, la conducción del sindicato encabezada por Roberto Fernández dio otra señal en el camino del endurecimiento de su postura: anunció que pediría la reapertura de las paritarias, firmadas hace unas semanas. El pedido de una suba adicional fue acordada con el Ministerio de Transporte, pero no fue homologado por Trabajo, lo que generó la bronca de la dirigencia sindical.
Como consecuencia de esta situación, la UTA podría dejar el grupo dialoguista, y apoyar la línea rebelde que pide enfrentar las políticas del gobierno nacional.
Tras el paro del 25 de junio, Roberto Fernández confirmó que su objetivo era reabrir las paritarias, cerradas en marzo de este año. En ese momento, los colectiveros acordaron una mejora del 15 por ciento en tres tramos: 5,5 por ciento a partir del 1º de abril, 5,5 por ciento a partir del 1º de septiembre y 4 por ciento en enero 1 de enero de 2019. Además, se acordó un bono de 1.500 pesos no remunerativo y retroactivo a enero de 2018 para compensar el desfase producto de la inflación de 2017, lo que significa un 3,6 por ciento de aumento salarial, según explicaron en su momento desde la UTA. Con la devaluación del peso y el nuevo escenario, que incluyó acuerdos como el de camionero por encima del techo salarial, esa cifra se vio atrasada.
“Hace unos días Fernández acordó de palabra una suba del 10 por ciento con el ministro (de Transporte Guillermo) Dietrich, para recomponer salarios, y de paso mejorar la relación con el gobierno”, le dijo a Gestión Sindical una fuente de la UTA. El acuerdo lleva el convenio de este año de los colectiveros a niveles del logrado por el gremio de Hugo Moyano, uno de los más altos de este año.
Pero en el Ministerio de Trabajo, que tienen la llave para formalizar estos acuerdos, decidieron no homologar la suba extra que acordaron Fernández y Dietrich. En sintonía con la baja de convenios colectivos que se dio este año, Jorge Triaca frenó la homologación. “Sin la firma del ministro, no se puede instrumentar”, confirmó la misma fuente consultada, que no ocultó el enojo del gremio por esta situación. Como consecuencia de esta decisión, la UTA, que hasta el momento se mantenía cercana al grupo que conduce la CGT y que mantiene el diálogo con el gobierno, podría dejarlo para sumarse a los más rebeldes.
“Fernández se sumó a último momento al paro, negoció siempre, pero si no le firman el aumento adicional puede romper con la conducción y acercarse a los transportistas, que quieren poner a Pablo Moyano como titular de la CGT”, agregó la fuente. Actualmente en la conducción cegetista tienen mayor influencia los grupos de “gordos” y de “independientes”, pero la dupla pablo Moyano-Sergio Palazzo suma apoyos de distintos sectores, como la Corriente Federal, camioneros y la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT). El salto de la UTA a este espacio podría cambiar el escenario actual.
En medio de las negociaciones con el gobierno y la CGT, la Uta afronta discusiones internas, que tienen que ver con el enejo de los choferes por los constantes hechos de inseguridad que deben sufrir, además de viejos cuestionamientos a la conducción de Fernández, que tiene foto en Córdoba, donde la conducción nacional intervino en 2016 la seccional provincial y ahora quiere normalizarla, pero sin los delegados que no responde a la dirigencia nacional. En el primer de los puntos, este miércoles hubo paro de una serie de líneas de la localidad bonaerense de Moreno, por el violento asalto a uno de los choferes.
El asalto ocurrió en el barrio Las Catonas, donde un chófer de la línea 501 fue apuñalado en la cara y en su brazo izquierdo. Ante esto, se paralizó el servicio de varias líneas locales en reclamo de mejores condiciones de seguridad. Delegados de base aseguran que según las cifras que ellos manejan hay 15 asaltos violentos por día, pero la UTA “no da respuesta alguna”.
En cuanto a la situación interna, desde la UAT confirmaron que buscarán normalizar la seccional cordobesa, intervenida desde el 2016. Para eso, se realizó un congreso extraordinario donde se decidieron sanciones (expulsiones y apercibimientos) para los delegados y trabajadores que protagonizaron los 10 días de paro en junio del año pasado. Este es el primer paso para lograr la normalización del gremio en las elecciones que están previstas para noviembre próximo. La intervención de la seccional Córdoba está a cargo de los santafesinos Luis Arcando y Jorge Kiener, quien a su vez es secretario del Interior de la UTA nacional.