Tensión en la UTA: paro de sectores opositores a Roberto Fernández termina con toma de la sede sindical
Por la mañana dejaron de funcionar unas 70 líneas, todas vinculadas al grupo dota. Por la tarde, los “rebeldes” fueron a la sede de la UTA, y en medio de grupos contra el secretario general tomaron el lugar. Hubo enfrentamientos con la policía. La interna viene desde el año pasado, cuando este grupo intentó enfrentar a Fernández en las urnas, pero su lista no fue oficializada.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
De manera sorpresiva, antes del mediodía de este lunes unas 70 líneas de colectivos de Capital Federal y el Gran Buenos Aires paralizaron su actividad, en el marco de un paro llamado por los choferes. Agrupados en un espacio enfrentado a la conducción de la UTA, los trabajadores anunciaron la medida de fuerza por una serie de reclamos, que según dicen viene haciendo durante todo este año, sin mayores novedades. Las líneas de colectivos afectadas perteneces al grupo Dota, el gigante del transporte público de la Argentina, cuyos delegados no responden al líder de la UTA, Roberto Fernández. El paro generó una nueva tensión en el gremio, uno de los importantes del sector, ya que la dirigencia nacional desconoció la protesta. Los delegados “rebeldes” están encabezados por Miguel Bustinduy, un ex aliado de Fernández que intentó enfrentarlo el año pasado en las elecciones del sindicato, pero finalmente su lista un fue validada. Los choferes que protagonizaron la medida de fuerza fueron por la tarde a la sede sindical de la UTA, y tomaron el edificio, lo que aumentó aún más el clima de conflicto.
El paro de las 70 líneas de colectivos estaba anunciado para el mediodía de este lunes, pero ya desde la mañana las unidades dejaron de circular, generando malestar en los miles de pasajeros afectados, que en lugares claves como Puente la Noria hacían largas filas para intentar viajar. Desde la mañana los colectivos abandonaron su recorrido, todos pertenecientes al grupo Dota. Así, dejaron de circular las líneas Algunas de las líneas que no funcionarios fueron la 5, 6, 7, 8, 9, 20, 21, 23, 24, 25, 28, 31, 44, 50, 51, 56, 57, 74, 76, 78, 79, 84, 87, 91, 99, 100, 101, 106, 107, 108, 111, 115, 117, 127, 134, 135, 146, 150, 161, 164, 168, 177 y 188. Dentro de las líneas provinciales, estuvieron de paro las siguientes: 256, 263, 271, 299, 370, 373, 384, 385, 388, 403, 405, 421, 429 y 435. A la cabeza del reclamo se puso Miguel Bustinduy, dirigente opositor a Roberto Fernández, que el año pasado intentó enfrentarlo en las urnas. Según pudo saber Gestión Sindical, el reclamo es por mejoras salariales, y para denunciar el “abandono de la obra social”, según explicaron. “Se están solidarizando todas las líneas por la cantidad de problemas que tenemos: hay seccionales del interior a las cuales no se les reconocen las escalas salariales, y la obra social de muchos trabajadores no funciona. Estamos peleando por una recomposición salarial urgente”, dijo Bustinduy en declaraciones radiales.
La pelea en la UTA lleva un tiempo, y el año pasado se intensificó cuando Bustinduy intentó armar una lista opositora, pero la Junta Electoral del gremio, dominada por el oficialismo, decidió no avalarla. El dirigente opositor fue un aliado de Fernández, pero la pelea por los recursos provenientes de Dota –un gigante con cientos de empresas en la zona metropolitana –los enfrento. “Miguel era el encargado de las empresas del grupo, pero hubo problemas con los aportes. Allí comenzó la pelea. Dota puso recursos para que enfrente a Fernández, pero no pasó el filtro de estatuto. Desde ese momento están enfrentados”, le explicó a Gestión Sindical una fuente de la UTA. El grupo Dota reúne a unas 60 líneas de colectivos de la zona metropolitana, entre ellas Monsa, que maneja la línea 60. La relación de Bustinduy con el holding empresarial se cristalizó con el armado de este frente para enfrentar a Roberto Fernández, que si bien no era hostil el manejo de los fondos de la obra social (por la cantidad de trabajadores son muchos millones de pesos) desgastó la relación.
Luego de realizar protestas en varios puntos de la zona metropolitana, los choferes “rebeldes” se dirigieron a la sede de la UTA, en el barrio porteño de San Cristóbal. Allí, los choferes tomar el lugar, entre banderas y bengalas. “Ole le, ola la, si esta no es la UTA, la UTA donde está”, cantaron los choferes, que se subieron al primero piso de la sede sindical, y desde allí arrojaron papeles y elementos de las oficinas. Abajo, los trabajadores festejaron la decisión, que terminó con algunos enfrentamientos con efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. La tensión llegó al punto que Fernández salió a hablar en una radio, y sostuvo que estaba “arriba del techo” de la sede sindical. Antes, el gremio emitió un comunicado donde se despegó del paro y la situación general. «El consejo Directivo Nacional de la UTA, con motivo del paro sorpresivo del grupo Dota y sus empresas vinculadas en el día de la fecha, informa al público en general que la UTA no ha decidido ni avala en lo más mínimo dicha medida de fuerza», sostuvo la conducción del gremio.
A medida que los destrozos de propagaron en la sede gremial, la policía intentó dispersar con gases. Muchos choferes iniciaron cortes en apoyo en otras zonas de la Ciudad, como en el Puente Pueyrredón, donde en horas de la tarde hubo una manifestación. En la puerta de la UTA, los delegados opositores acusaron a la conducción de amenazarlos con armas de fuego, y comenzar las agresiones. La zona dejó a la vista los enfrentamientos de las fracciones, a esta hora bandos irreconciliables. “El paro es por tiempo indeterminado, hasta que Roberto Fernández deje el sindicato”, bramó uno de los delegados frente a los móviles de televisión. “hay que resistir”, dijo el propio Fernández, desde un lugar del edificio, que a esta hora de la tarde estaba entre columnas de humo y destrozos. Una postal que parecía olvidada en el país, pero que volvió de la mano de la crisis interna de uno de los gremios más importante del país.
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