La cadena de vinotecas admitió tener una deuda de unos 300 millones de pesos y reconoció que tomó «medidas no deseadas, pero imprescindibles».
La cadena de vinotecas Winery reconoció este jueves que debió despedir a 45 trabajadores y tener una deuda de unos 300 millones de pesos.
No obstante, la empresa señaló que esos pasivos son «manejables, con la adecuación del negocio en curso».
En un comunicado, la empresa aseguró estar «fuertemente comprometida con la continuidad de su giro comercial», aunque admitió que debió poner en marcha «medidas no deseadas, pero imprescindibles».
Argumentó que debió «desvincular a 45 colaboradores» para poder asegurar, de esa manera, la fuente de trabajo para 130 empleados permanentes.
Señaló que los salarios correspondientes a enero último fueron «íntegramente cancelados a la totalidad del personal», aunque puntualizó que «resta integrar la retribución de un grupo de eventuales, que son contratados exclusivamente en diciembre de cada año».
«Se está diseñando una estrategia común con todos sus proveedores, las principales bodegas del país, habiendo recibido un gran respaldo para atravesar esta coyuntura», destacó.
Resaltó que «mantendrá en operación sus 22 locales, así como su cadena de comercialización minorista y corporativa con el mismo espíritu que lo han convertido en líderes del mercado».
Hacé tu comentario