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Rebelión en la UTA: choferes cordobeses se sublevan contra el acuerdo salarial firmado por la conducción

08. 06. 2017

En esa provincia hay paros y movilizaciones a la sede del gremio, para manifestarse en contra de la suba salariar firmada por la dirigencia encabezada por Roberto Fernández. Además, piden elecciones directas, ante la intervención que lleva 18 meses. En tanto, agrupaciones de base vuelven a cuestionar el manejo del gremio y la obra social.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

Desde ayer, al menos cinco líneas de colectivos de Córdoba están de paro, luego que los choferes rechazaran el acuerdo salariar firmado por la conducción del gremio UTA, que la semana pasada anunció un acuerdo con las cámaras empresariales que promedia una mejora salarial del 21 por ciento. El convenio generó malestar en la provincia mediterránea, que protestó ante la sede del sindicato que conduce Roberto Fernández, un histórico dirigente hoy cercano a la conducción de la CGT. Por las protestas, el gremio envió un delegado al lugar, que en estos momentos negocia con los manifestantes el levantamiento de las medidas. No es la primera vez que los choferes se enfrentan a Fernández y sus decisiones. A fin del año pasado, agrupaciones de base reclamaron un bono extraordinario, y dejaron a la vista las diferencias. “El cuestionamiento crece cada día”, afirman.

La rebelión de los choferes cordobeses conmocionó a la dirigencia nacional de la UTA, uno de los gremios que forma la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), y que en abril pasado fue uno de los garantes del éxito del paro nacional. Según la información que difundió la conducción del gremio, la paritaria se firmó con una suba promedio del 21 por ciento, e incluye a los choferes de corta distancia, ya que en las próximas semanas se terminará de definir el que regirá para los de media y larga distancia. Además, se acordó con el pago de tres sumas fijas no remunerativas de 1.500 pesos para los meses de enero, febrero y marzo, y otras dos cuotas fijas de 1.600 pesos para abril y mayo.

La firma del acuerdo muy cercano al techo impuesto por el gobierno generó malestar. Desde ayer martes los delegados de UTA Córdoba se manifiestan en la sede sindical, en el marco de un paro que paraliza al menos cinco líneas urbanas. La protesta se mantiene hoy, con una nueva protesta frente a la sede sindical. “El acuerdo salarial termino de explotar el descontento de los trabajadores”, le explicó a Gestión Sindical una fuente desde Córdoba, que mantuvo el anonimato. Según su relato, el aumento del 21 por ciento “es mentiroso”, ya que los tres tramos de pagos “no hacen que la suba real supere el 15 por ciento”. Ayer martes se vivieron horas de tensión en la capital cordobesa, ya que ante la protesta la policía local desplegó un enorme operativo, y por momentos los incidentes parecieron inevitables. “Estaban listos para reprimir, pero la asamblea decidió elegir delegados para negociar con el gremio, y evitar cualquier provocación”, relató la misma fuente consultada.

Además del descontento por las paritarias, en Córdoba la conducción de Roberto Fernández está cuestionada porque la sede sindical está intervenida hace 18 meses, cuando la dirigencia puso al frente a alguien proveniente de Buenos Aires. “Estamos reclamando elecciones libres en el gremio, para elegir a quienes nos representan”, aseguraron los trabajadores, que mantienen el reclamo desde hace tiempo. Como respuesta, la UTA envió otro emisario, el dirigente nacional Jorge Kiener, que ayer se reunió con los delegados elegidos en asamblea, y buscará destrabar el conflicto en el corto plazo.

Por lo pronto, en Córdoba se mantiene el mandato de Luis Arcando, el interventor enviado por UTA hace más de un año y medio, que ayer anunció que acatará la conciliación obligatoria, e incluso deslizó que si los empresarios deciden pedir al Ministerio de Trabajo provincial que se declare ilegal la huelga, no apelaría la medida. Pese a esto, el paro se mantiene, y las zonas urbanas de la capital cordobesa se encuentran sin transporte público por el momento. A Arcando le achacan que no dialoga con las bases ni los delegados, que se mueven con su propia estrategia. Por el momento, la UTA mantiene el silencio, pero en Córdoba afirman que más allá de los cuestionamientos y las peleas, no hay en el corto plazo elecciones a la vista.

La figura de Roberto Fernández quedó en el centro de la polémica en este conflicto, y no es la primera vez que las propias bases desconocen su autoridad. El año pasado en plena discusión por el bono de fin de año, la agrupación Interlíneas, que agrupa a comisiones internas combativas y de base, reclamaron un pago adicional de 6 mil pesos, y comenzaron una campaña contra el secretario general de la UTA. “El cuestionamiento a la dirigencia viene desde hace tiempo, lo más visible es el tema salarial, pero cuando hay conflictos gremiales también se nota”, remarcaron desde esta agrupación, que cobró notoriedad en conflictos como el de la línea 60. Consultados por Gestión Sindical, remarcaron que hace tiempo vienen denunciando que “la obra social tiene problemas serios, los turnos son a mucho tiempo, hay prestadores que dejan de dar atención porque la UTA paga con mucho retraso”.

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