Pese a tener buenos números en pandemia, la industria farmacéutica acumula conflictos laborales
Varios laboratorios fueron denunciados en los últimos tiempos por no cumplir acuerdos salariales o realizar despidos encubiertos. Además, se niegan a cumplir con la revisión de la paritaria con los visitadores médicos. El endurecimiento de sus políticas laborales se da cuando los números del sector crecen, y se perfila para ser una de las actividades menos perjudicada por la crisis del coronavirus.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
Según los últimos informes, pese a las restricciones impuestas por la pandemia, la producción de medicamentos en el país es una de las pocas actividades que creció en el último tiempo. En septiembre, por ejemplo, creció 6,9 por ciento, bastante por encima del promedio del índice de producción industrial manufacturero (IPI), que en ese mes exhibió una suba de 3,4 por ciento respecto a igual mes de 2019. Incluso en abril, el primer mes de la cuarentena, los laboratorios subieron 1,5 por ciento, mostrando que los medicamentos se siguen dispensando. Pese a esto, en los últimos meses las empresas del sector fueron denunciadas por distintos incumplimientos laborales, que incluyen desconocimientos de las condiciones de teletrabajo e incluso despidos. Además, desde el gremio de los visitadores médicos recuerdan que los laboratorios no cumplen con los acuerdos salariales firmados, que incluyen una revisión del impacto de la inflación, que no lograr realizar.
El sector espera ver cómo avanza las negociaciones respecto a las vacunas, y podría tener un nuevo repunte económico de la mano de los operativos de aplicación de las dosis, previstos para el 2021.
Los conflictos en el sector farmacéuticos vienen creciendo de la mano de varios incumplimientos de las empresas. El principal incluye la paritaria de los visitadores médicos, que en septiembre debían revisar el impacto de la inflación para actualizar los ingresos, pero hasta el momento no se logró que las cámaras patronales se sienten en la mesa de negociación. Según le dijeron a Gestión Sindical desde la Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM), la semana pasada “se pidió otra vez que se realice la audiencia de revisión, pero los laboratorios no dan ninguna respuesta”.
Para colmo, el gremio asegura que “sin la posibilidad de realizar medidas de acción directa, quedamos sin chances de presionar para que se cumpla lo que está firmado”. El acuerdo salarial establece que en marzo y julio se debía negociar una mejora salarial, algo que no aceptan las empresas de medicamentos, en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC). Pero hasta el momento no se pudo lograr el acuerdo.
Además, en varios laboratorios hay cuestiones propias que están denunciando los visitadores médicos y otros gremios, respecto de las condiciones laborales. Es que pese a los acuerdos alcanzados al inicio de la pandemia, muchas empresas quieren que se abandone el teletrabajo y la modalidad a distancia y se vuelvan a las visitas presenciales. Uno de los casos denunciados por la AAPM se da en el laboratorio Eli Lilly, donde además se intenta violar las leyes de profesionalidad, que son las normas que rigen el accionar de los visitadores médicos.
Según el gremio, en esa firma el personal jerárquico “se mete” en las entrevistas con los profesionales de salud, algo que no está permitido. “Ratificamos que la promoción de los medicamentos y el contacto con los profesionales de la salud, según las leyes vigentes, solo puede ser llevado a cabo por agentes de propaganda médica debidamente matriculados”, afirmaron desde la entidad. Además, la AAPM denunció que el Laboratorio Takeda Pharma, anunció un plan de retiros voluntarios, que no es más que “intentos de despidos encubiertos”, prohibidos por el actual decreto presidencial.
Por último, la empresa MSD definió “de forma arbitraria el establecimiento de premios en función de las comunicaciones electrónicas a los médicos, lo cual vulnera lo establecido por la ley 20.744 y lo acordado en los contratos de trabajadores de cada uno de los agentes de propaganda médica”.
Este contexto de conflictividad se contrapone con los números que se ven en el sector productor de los medicamentos. Es que los datos hablan de una industria que se mantiene en alza pese a la pandemia. La industria farmacéutica mantuvo sus índices positivos aún en los peores momentos de la cuarentena y, por ejemplo, en abril había crecido 1,5 por ciento interanual, según los datos del INDEC.
“La recuperación se hizo extensiva al resto de la industria pues en septiembre, el índice de producción industrial manufacturero (IPI) exhibió una suba de 3,4 por ciento respecto a igual mes de 2019”, mientras que los laboratorios duplicaron esta mejora, con una suba del 6,9 por ciento, según el trabajo del organismo, al que tuvo acceso Gestión Sindical.
A nivel general, la industria acumula entre enero-septiembre de 2020 una disminución de 10,8 por ciento respecto a igual período de 2019, a causa de los índices negativos de los primeros meses de la cuarentena, mientras que los laboratorios se mantuvieron con datos positivos, con una mejora en esos meses del 3,2 por ciento.
Por último, en la pandemia hay datos alarmantes respecto de la suba del precio de medicamentos, que experimenta un incremento en pandemia por encima de la inflación, pese a que en volumen la dispensa en farmacias sigue cayendo comparado a los datos del 2019. Además, algunas drogas, sobre todo las más usadas en pacientes críticos con Covid-19, tuvieron incrementos superiores al mil por ciento.
Se trata de los fármacos con los que se hace la sedación de personas en terapia intensiva o intubados, junto con relajantes musculares y otros analgésicos. Según la Unión Argentina de Entidades de Salud (UAS), que reúne a clínicas y sanatorios privados de todo el país, los aumentos en los precios de medicamentos vinculados al coronavirus subieron en promedio un 500 por ciento, “llegando en algunos casos a superar el 1.100 por ciento de aumento desde el inicio de la pandemia a hoy”.
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