Nuevo paro en la línea 60: “No podemos arriesgarnos a que muera otro compañero”
Los choferes paralizan por tiempo indeterminado desde ayer jueves la actividad de la popular línea, luego que una inspección detectara fallas de seguridad en dos cabeceras. Aseguran que lo vienen denunciando desde la muerte de un operario en septiembre de 2016. Recién un día después fueron convocados por el Ministerio de Trabajo a una mesa de diálogo.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
La línea 60 de colectivos está otra vez paralizada por un paro, una situación que en los últimos años se repitió varias veces. Esta vez, los choferes decidieron la medida “por tiempo indeterminado”, luego que una inspección oficial constatara fallas en la seguridad en dos cabeceras, la de Ingeniero Maschwitz y Escobar. Las mismas se realizaron luego que los propios trabajadores realizaran las denuncias por irregularidades e incumplimientos en materia de protocolos. En septiembre del 2016, un empleado del taller de la cabecera Barracas murió aplastado por una unidad, lo que disparó las quejas por las condiciones laborales. Más de un día después de tomar la medida de fuerza, ni la empresa y el Ministerio de Trabajo se comunicaron con los delegados, ni se abrió un canal de diálogo. “No podemos arriesgarnos a que muera otro compañero”, afirmaron desde la comisión interna. Una asamblea decidió continuar con la medida hasta que no se logre un compromiso de garantizar la seguridad en los lugares de trabajo.
El paro de la línea 60 se cumple desde ayer jueves, cuando una inspección de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) y el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires constatara “serias irregularidades” en materia de seguridad en las cabeceras bonaerenses de la empresa. Esto motivó una asamblea de trabajadores, que decidió lanzar un paro “por tiempo indeterminado” hasta que se garantice la seguridad de choferes, mecánicos y pasajeros. “No podemos arriesgarnos a que muera otra trabajador, viajar en la línea 60 es una bomba de tiempo”, le dijo a Gestión Sindical Santiago Menconi, delegado de la comisión interna. Un día después de anunciar la protesta, no se abrió ningún canal de diálogo. “Ni la empresa ni el Ministerio de Trabajo se comunicaron con nosotros, esperamos que nos convoquen a dialogar, pero en estas condiciones no podemos trabajar”, agregó Merconi.
La seguridad en la línea 60 es especialmente sensible, desde que en septiembre de 2016 murió David Ramallo, un trabajador del taller Barracas que falleció cuan un elevador sin habilitación cedió y el micro al que sostenía se desplomó mientras estaba debajo, reparándolo. La comisión interna de la empresa venía denunciando estas situaciones, y la muerte de Ramallo determino un nuevo foco de conflicto, todavía no resuelto. Además, recordó Merconi, la empresa sancionó a trabajadores que se plegaron a las protestas por la muerte del operario. En concreto, despidieron a 10 choferes y suspendieron a otros 19, una medida cautelar los reincorporó, pero esta caducó, lo que hizo que la firma concretara las sanciones. “La empresa despide y suspende trabajadores para quitarse responsabilidad en el asesinato de nuestro compañero”, sostuvo el delegado.
En la asamblea de este viernes, ante la falta de diálogo, se decidió mantener la medida de fuerza. Una vez ratificada la decisión, los delegados fueron convocados por la cartera laboral para establecer una mesa de negociación. “esto viene para rato”, adelantó Merconi, respecto al diálogo que se abrió la tarde del viernes. Mientras tanto, la medida de fuerza se mantiene efectiva, y los choferes esperan una respuesta a sus pedidos.
La línea 60 de colectivos traslada en forma diaria en sus 19 ramales a unos 250 mil pasajeros, y une la Capital Federal con Tigre y Escobar. Desde la empresa, si bien no hablaron con los empleados en conflicto, hablaron con los medios, y como en anteriores conflictos, atacaron a los delegados. “Yo diría que este paro es una extorsión clara. Los delegados presionan para la reincorporación de diez despedidos, que fueron desplazados con justa causa”, señaló el presidente de la firma, Marcelo Pasciuto. La relación de la empresa con los representantes de los trabajadores es tirante y provocó varios conflictos. Luego de la muerte de Ramallo, la firma difundió videos donde se ven que empleados rompen una puerta, y los acusó de destrozos. Con eso justificó los despidos posteriores. En tanto, desde la comisión interna denuncian que MONSA “se queda con los subsidios y no invierte”, con las sanciones busca “disciplinar a los trabajadores”.
Según el directivo, las razones que argumentan los delegados para llevar adelante la medida de fuerza “no tienen veracidad. Inspectores del Ministerio de Trabajo estuvieron en nuestras terminales de Barracas e Ingeniero Maschwitz y no encontraron irregularidades”.
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