Miguel Siciliano, secretario de Gobierno de Córdoba: «Tenemos que tener un presidente productivista e industrialista»

Cercano al gobernador electo de Córdoba, Martín Llaryora, de cara a las elecciones nacionales insiste en la idea de «un país normal» donde «la producción y el trabajo» sean el eje.

Miguel Ángel Siciliano es, en la ciudad de Córdoba, secretario de Gobierno y Gestión General de Gabinete de Martín Llaryora, el gobernador electo de la Provincia. Hombre de confianza absoluta del futuro gobernador, en las mismas elecciones que consagraron a Llaryora, Siciliano obtuvo una banca en la Legislatura cordobesa y tiene el aval suficiente como para ser, llegado el caso, presidente del bloque de Hacemos Unidos por Córdoba -el Schiarettismo– o presidente provisorio de la Legislatura a partir del 10 de diciembre.

Al ritmo de los tiempos, con la elección provincial ya resuelta y la nacional a la vuelta de la esquina, Siciliano habla “de la problemática que tiene la Argentina, no Córdoba. Y es ser un país normal’”.

“Para ser un país normal tenemos que tener un presidente productivista, industrialista, que venga de un lugar donde la producción, el trabajo, es el eje. Basándose en esto creo que la Argentina puede tener el presidente que nos saque del fango en el que estamos”, apunta.

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También, sin necesidad de hacer nombres, dispara contra los candidatos más votados en las PASO: “La Argentina tiene mucho grito, mucho insulto, mucho político gritando por la tele, acusando. Y tiene poca idea. Poca propuesta y poca discusión”.

Córdoba, al frente del federalismo

Las primarias presidenciales del 13 de agosto dejaron números que las huestes de Juan Schiaretti leen con total optimismo: el binomio Schiaretti-Randazzo superó tanto en la provincia como en la capital cordobesa los porcentajes sumados por los dos candidatos de Juntos por el Cambio y, por mucho, los de Union por la Patria. 

Además consiguió el objetivo principal de superar el piso para ir a las generales, el caudillo cordobés sostuvo su validación local: el 60% de los votos que consiguió en todo el país estuvieron en Córdoba (el asterisco, no menor, pero en absoluto exclusivo del oficialismo cordobés, fue haber quedado debajo de Javier Milei en la Capital y en la Provincia), y se ubicó como una suerte de representante del Interior en la compulsa presidencial.

Enrolado en el proyecto político del único de los cinco candidatos a presidente que no proviene del AMBA, Siciliano reclama federalismo. “Me parece que hay una discusión que hay que dar -remarca- porque, la verdad, nosotros no queremos quitarle nada a Buenos Aires. Al contrario, queremos que le vaya bien. Lo que queremos es que el reparto sea equitativo, que se nos dé a todos lo mismo”.

Los costos del Interior

El costo industrial es, según su mirada, lo que inclina la cancha injustamente para el lado del puerto. “Por ejemplo -dice, si yo quiero poner una industria que haga aceite de oliva, necesito consumir energía, luz, gas… ¿Dónde la voy a poner? ¿En una provincia como Córdoba donde la luz, el gas, el transporte, son más caros, y no tengo puerto, o en Buenos Aires donde todo eso es más barato?”.

“Por eso -continúa-, vos vas a Buenos Aires y ves tantos argentinos del interior viviendo ahí. Porque hay más radicacion industrial, porque es más beneficioso, pero con la plata de todos los argentinos. Acá, el desafío que tenemos es hacer una Argentina más igualitaria”.

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La cuestión del “país normal” como reto autoimpuesto y la industrializacion productiva como meta. “No puede ser, en un país normal -insiste Siciliano-, que teniendo la reserva de petróleo, de agua, la costa pesquera más rica del mundo… y Argentina es pobre. Tenemos un país maravilloso que no puede ser normal porque quienes han gobernado la Argentina hasta ahora no son normales”.

Y sobre el productivismo, subraya: “La Argentina necesita dirigentes políticos que de una vez por todas se dejen de joder y pongan a la Argentina en la producción. Y el diálogo en la oportunidad, la redistribución de la riqueza, la construcción de un país federal. En definitiva, como dice el Che, es fácil: hay que ser normales. Con eso alcanza”.