El sindicalismo se apresta a atravesar una semana trascendental en la que el Presidente recibirá a los referentes de distintos sectores de las dos centrales obreras con la idea de contener las demandas salariales.
Mientras, algunos gremios aumentan la presión contra el Gobierno, como ATE, Camioneros y Bancarios, que ya preparan medidas de fuerza por despidos tanto en el sector público como en el privado, Macri se reuniría esta semana con representantes de las tres CGT.
Si bien aún no hay fecha confirmada, se estima que el próximo jueves o viernes se concretará la demorada audiencia con Macri, de la que participarán referentes de todos los sectores de la CGT, mientras que no se cursarían invitaciones para la CTA Auténtica de Pablo Micheli ni la CTA de los Trabajadores de Hugo Yasky.
En el encuentro con el Presidente se espera la presencia del líder de la CGT Azopardo, Hugo Moyano; el de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo; y posiblemente asista Antonio Caló, de la CGT más afín al kirchnerismo, mientras que de esta última central irían también representantes de los «gordos» y de los «independientes».
Moyano, quien busca desarrollar el rol de principal interlocutor gremial ante el Gobierno en medio de la resistencia de sus rivales de las demás centrales, ya mantuvo días atrás una reunión reservada y a solas con Macri en la que intercambiaron puntos de vista, de cara a la negociación salarial.
En ese encuentro, Macri ratificó el pedido central de que los aumentos salariales no llegaran al 30 por ciento y a cambio el Gobierno daría curso a reclamos de larga data del sindicalismo.
La Casa Rosada hará foco en el Impuesto a las Ganancias, que en semanas el Gobierno impulsará mediante un proyecto de ley que enviará al Congreso y que obligaría a pagar ese gravamen sólo a quienes ganan sumas de bolsillo superiores a 30 mil pesos.
Otra moneda de cambio sería la promesa de un desembolso en varias cuotas de parte de la millonaria deuda que el Estado viene acumulando desde hace años con los sindicatos a través del dinero que retuvo en concepto de obras sociales.
Consciente de que estas cuestiones atañen especialmente a los trabajadores de sindicatos de mejores convenios salariales, el Gobierno añadiría beneficios para los gremios de menores ingresos mediante la suba y ampliación de las asignaciones familiares.
La idea de la administración macrista es empezar a descomprimir las demandas salariales, en medio del rigor que empezaron a hacer sentir algunos gremios, que se vieron afectados por despidos y ya definieron concretar paros.
Es el caso de los estatales de ATE que realizarán el miércoles 24 su primera huelga nacional a la gestión de Macri, con movilizaciones en todo el país, en repudio a los despidos en el sector.
Esa marcha será también en reclamo de la «inmediata» apertura de paritarias para discutir la recomposición salarial tras los aumentos de precios de los últimos meses.
Por su parte, los Bancarios vienen realizando jornadas de protesta y ahora están a punto de llamar a un paro debido a la cesantía de 27 empleados del Banco Central que dispuso el Gobierno.
Otro gremio que sumó descontento fue el de los Camioneros que lidera Pablo Moyano, que haría un paro esta semana de camiones de caudales por una disposición que emitió el Banco Central y que afecta a 4000 puestos de trabajo del sector.
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