Los gremios ya desafían la «meta salarial» oficial de 16% para 2018: los pedidos están por encima del 24%
Arrancaron las negociaciones paritarias. Algunas ya apuntan al próximo año, mientras que otras tienen pendiente la posible aplicación de claúsulas gatillo, dado que la inflación será mayor a la prevista. Los dirigentes sindicales dejaron en claro que no se contentarán con la pauta oficial.
Un clima de entusiasmo envuelve al Gobierno. Por estas horas, los funcionarios festejan los datos oficiales que muestran una supuesta mejora de la economía. Las paritarias de este año, además, cerraron en un promedio del 21%, un número cercano a la inflación anual que prevé la mayoría de los analistas.
Pero de cara al 2018 hay menos certezas. Si bien el Ejecutivo mantiene oficialmente su fe en la meta del Banco Central -12% como máximo en todo el año-, hay cifras en el proyecto de presupuesto que permiten suponer que se trabaja sobre una hipótesis más cercana al 16%.
Por lo pronto, esa es la pauta salarial a la que se apunta para los trabajadores estatales. Y se busca que en el sector privado no se cierren acuerdos que se alejen demasiado de ese número.
Sin embargo, con las primeras negociaciones en marcha -y cuyos acuerdos regirán durante todo el año que viene- ya está quedando en claro que las aspiraciones gremiales desafían las expectativas oficiales.
Se trata de los convenios que alcanzan a más de 360.000 trabajadores, quienes se desempeñan en áreas como campo, el sector aeronáutico, bancos e industria farmacéutica y azucarera.
En plena discusión, los gremios de esas actividades ya elevaron pedidos de aumento de entre el 24% y el 35%.
Las autoridades también siguen con atención los acuerdos que incluyeron cláusulas gatillo y que podrían dispararse a fin de año.
Comercio, Estatales (UPCN) y Construcción convinieron que si la inflación supera las subas acordadas, del 22%, los salarios deberán ajustarse en línea con el costo de vida. El problema es que en la Rosada ya admiten que la evolución de los precios podría superar ese registro.
Las miradas están puestas en el gremio bancario, liderado por Sergio Palazzo, que también incorporó una cláusula de reapertura y cuyo acuerdo vence en diciembre.
Luego de un fuerte conflicto, en el que intervino el Ministerio de Trabajo y la Justicia, el bancario cercano a Cristina Kirchner cerró una suba del 24,3%.
No son pocos los sindicatos, a su vez, que se quejan por no haber recuperado aún el poder adquisitivo perdido en 2016, que oscila entre los 7 y 13 puntos, según el caso.
En este marco, suma presión extra la liberación de los precios de los combustibles, anunciada por el Ministerio de Energía y que se espera para después de las elecciones.
«Esa medida genera un nuevo impulso inflacionario y cambia el escenario de las paritarias», advirtió en un comunicado la CTA Autónoma.
La primera prueba de fuego, sin embargo, tendrá lugar con los peones rurales de paga mensual, que se disponen a cerrar su paritaria la semana próxima.
Se trata de un caso testigo ya que fija la categoría de referencia para la actividad y alcanza a 350.000 de los cerca de 800.000 trabajadores comprendidos en las 150 ramas del campo.
«Por la cantidad de actividades que cubrimos, vivimos de paritarias todo el año, pero esta es la más importante y pedimos una recomposición salarial del 35%», afirmó el secretario de prensa de la Unión de Trabajadores Rurales (Uatre), Alberto Ibarra.
Hacé tu comentario