Los gremios se preparan para resistir la idea del gobierno de eliminar la cláusula gatillo
El anuncio del ministro Dante Sica que buscarán imponer acuerdos semestrales generó alarma en los distintos sectores del movimiento obrero, que piensan más en un modelo de paritaria como el que ofreció Vidal para este año a los docentes. “No está claro cuál es la línea de la discusión”, afirmaron. El nuevo escenario se estrenará este miércoles cuando se abra la paritaria de los metalúrgicos.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
“No vemos este año movimientos tan bruscos desde el punto de vista inflacionario como para poder tener revisiones salariales más cortas”, declaró el Ministro de producción y Trabajo Dante Sica, casi admitiendo que el gobierno nacional irá por un objetivo del sector empresarial desde hace tiempo: dar de baja las cláusulas gatillo. Lo que parece un juego de palabras (revisión o gatillo) es en el fondo una postura respecto a la inflación, ya que la primera debe acordarse en una mesa de discusión, en fecha asignada en el acuerdo original, mientras que la segunda se dispara junto al índice inflacionario. Esta situación generó alarma entre los gremios, que consideran la cláusula gatillo una forma de blindar el salario ante la situación de crisis.
Mientras que a principio de año la dirigencia pensaba en “paritarias permanentes”, ahora la situación cambió, y los sindicatos reclamarán mantener la revisión automática. Lo que ofreció María Eugenia Vidal a los docentes de la provincia de Buenos Aires para este año parece un ejemplo a favor del reclamo de los gremios, pero no marcan el contexto general. La discusión es central, ya que el año pasado apenas dos gremios lograron empatar la suba general de precios.
Los dichos de Sica causaron preocupación en las sedes sindicales. “Pensamos que una revisión semestral antes de fin de año le da una garantía al trabajador de que no va a tener una pérdida de salario real y le permite al empresario planificar mejor”, declaró Sica, y adelantó que ese será el esquema paritario que impulsará el gobierno en las próximas negociaciones en el difícil contexto con caída del salario, despidos y suspensiones que afectaron de sobremanera al sector industrial.
“La paritaria metalúrgica marcará el pulso”, dijo una fuente del sector. La UOM comenzará mañana miércoles a las 15 la discusión salarial, y la idea de la dirigencia, que le confirmó a Gestión Sindical la misma fuente, es “acuerdos los más cortos posibles, trimestrales si es necesario”. Ante los dichos del ministro y la postura de la dirigencia metalúrgica, la negociación se prevé dura.
La estrategia de la Casa Rosada de cambiar la revisión inflacionaria acepta, según se sabe, la oferta de ajuste por inflación que ofreció por ejemplo Vidal a los docentes. La dirigencia gremial sigue pujando para que se reconozca los casi 15 puntos perdidos en 2018, porque hay consenso para aceptar lo propuesto para este año.
Para otros sectores, sobre todo para los empleados estatales, la idea es seductora, pero piden que “sea más prolija”. “Ayudaría este tipo de ofertas a destrabar varios conflictos, pero antes hay que acordar lo perdido el año pasado. Sin eso no hay posibilidades de aceptar cualquier revisión, gatillo o semestral”, le dijo Gestión Sindical un dirigente de la CTA de los Trabajadores, done se nuclea la dirigencia docente del país.
En esa central admiten que hay cierta tensión entre la estrategia bonaerense y lo que ofrecen en el sector público, o el propio Estado nacional. “Como parte de la crisis política y económica que está atravesando el gobierno, no está claro cuál es la línea de la discusión paritaria del propio gobierno, porque la gobernadora hace una propuesta que choca con lo que dice Sica”, agregó el mismo dirigente.
A comienzo del año, con una inflación cercana al 50 por ciento, los gremios admitieron que ante la falta una proyección confiable para el 2019, la paritaria podría ser “permanente”. “En este contexto no es fácil fijar un porcentaje de aumento salarial a reclamar, tanto para quienes no firmaron paritarias como para los que están reclamando su reajuste”, aseguró un dirigente sindical conocedor del proceso de negociación salarial.
Por eso, no era descabellado pensar en una discusión casi “mes a mes”, algo que se potencia con el pico inflacionario de febrero. En este punto, no hay gremios ni dirigentes que vayan a firmar un acuerdo de un año sin cláusula de gatillo, porque así se forjan las diferencias de 10 o 15 puntos, que luego es muy difícil de recuperar, como la sucede justamente a los docentes de la provincia de Buenos Aires.
El cambio de estrategia se da luego de un 2018 desastroso para los trabajadores asalariados. Un reciente informe de Synopsis Consultores que releva a los 13 sindicatos más importantes determinó que la gran mayoría de las paritarias se vio superada por los precios.
El estudio arroja que en el primer mes del año, sólo dos sindicatos –SMATA y Bancarios –lograron superar ligeramente a la inflación, en algo menos de 1 por ciento (0,8 y 0,6 por ciento, respectivamente). En los otros casos, los sueldos de los trabajadores vienen perdiendo contra la suba de los precios.
El mayor deterioro corresponde a los metalúrgicos, ya que al contraponer el ajuste logrado por la UOM con la inflación resulta que perdieron 24 por ciento. Ese será un punto clave en la discusión de mañana, si se puede recuperar este porcentaje.
Los vaivenes en la discusión salarial tienen además como resultado la caída abrupta de los convenios colectivos, en especial en los dos últimos años. Según un informe del Observatorio del derecho Social de la CTA Autónoma, los acuerdos “se ha mantenido relativamente estable durante el año 2018 en comparación con un año atrás.
De esta manera, se ha convalidado el fuerte retroceso con relación a los años previos”. En comparación con 2016, informó la entidad, la caída de las homologaciones se encuentra en torno al 40 por ciento. El año pasado, los primeros acuerdos “establecieron incrementos en torno al 15 por ciento, mientras que en una segunda tanda los aumentos llegaron al 25 por ciento, en todos los casos resultaron insuficientes frente a la evolución de la inflación, situación que originó sucesivas revisiones”.
“En casi la totalidad de los sectores de la actividad privada los acuerdos salariales culminaron estableciendo incrementos en torno al 40 por ciento anual, aunque ello no impidió un deterioro de la masa salarial percibida a lo largo del año, en tanto dichos aumentos se harán efectivos con un rezago significativo y han sido muy inferiores a la inflación acumulada a lo largo del año”, concluyó la entidad de la CTA Autónoma.
Hacé tu comentario