La marcha de camioneros abre internas en varios gremios y divide al movimiento obrero
La adhesión o no a la jornada de protesta genera enfrentamientos internos en varios sectores. Antonio Caló enfrenta una rebelión de dirigentes que se movilizarán este miércoles. En ATE, algunos cuestionan la actitud de la conducción nacional. Los sindicatos portuarios se suman a la marcha, aunque algunos integrantes ponen en discusión la figura de Hugo Moyano.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
A menos de 48 horas de la marcha que organiza Hugo Moyano, la expectativa respecto de los alcances de la medida aumenta, al punto que ya se habla de una jornada que “dividirá aguas”. La interna que abrió en el seno de la CGT ya no puede negarse, y según las declaraciones de muchos dirigentes, el escenario que deja a futuro es el de inevitable fractura. Pero no sólo la central obrera se ve afectada por la movida. Muchos gremios reavivaron viejas internas, entre quienes decidieron sumarse a la movida y quienes le dan la espalda. Un caso paradigmático es el de Antonio Caló, el dirigente metalúrgico que no sumó a la UOM a la marcha, pero que tiene un sector importante de su dirigencia “en rebeldía”, lo que hizo que decidan movilizar. El mismo caso se vive en ATE, donde sectores opositores acusan a la conducción nacional de tener un “mensaje contradictorio” respecto a la jornada, y de no “ponerle el cuerpo a la disputa. Lo que la mayoría coincide es que en el futuro próximo, el 21 de febrero dejará una CGT dividida, y un triunvirato sin mayor poder. “Estamos facturados”, admiten en Azopardo.
Las internas que abrió la marcha de este miércoles pueden resumirse en un par de casos, todos ellos complejos, donde viejas disputas se potenciaron a partir de la adhesión o no de la dirigencia. Para Caló, rechazar acompañar a Hugo Moyano y sus camioneros le abrió un frente interno, que pone en discusión de liderazgo. Al menos dos dirigentes se sumaron a la marcha moyanista, a través de sus regionales. Se trata del también diputado nacional Abel Furlán, titular de la UOM Seccional Zárate-Campana, y Carlos Costello, de la UOM Lomas de Zamora, que según se espera participarán de la movida. Ambos lo harán amparados en decisiones de las regionales locales de la CGT, pero marcha el estado de rebelión que existe en la dirigencia metalúrgica, que se completa con la aparición de una agrupación clasista que cuestiona la relación del dirigente nacional con el gobierno y las cámaras empresariales. “Hay que ponerle un freno a los despidos y el ajuste, es hora de ganar la calle”, le dijo a Gestión Sindical una fuente de la regional del conurbano bonaerense, que abarca los principales distritos del sur. Allí, pese a la negativa de marchar de las conducciones nacionales, los dirigentes locales se movilizarán, como confirmó la fuente, que recordó que Costello y su segunda, Verónica Dell’Anna (Unión Ferroviaria), “desoyeron a sus conducciones nacionales y se movilizan igual.
Otro gremio que sintió “ruidos” internos por el acto del 21 es ATE, el sindicato de los estatales. La conducción nacional recibió fuertes críticas de algunos sectores, incluyendo una campaña peculiar que le reclamaba al titular de la conducción nacional, Hugo “cachorro” Godoy, para que se sume abiertamente a la movida, que sí apoyan la CTA Autónoma de Pablo Micheli y la CTA de los Trabajadores de Hugo Yasky. Según esta campaña, lanzada por la dirigencia de ATE Capital Federal, Godoy decidió bajarse de movilización del #21F, por lo que “lo invitaron” ellos mismos. “Cachorro, los trabajadores y las trabajadoras te lo vienen pidiendo: el 21 habría que hacer un paro nacional y estar en la calle. La unidad es en la calle. Entendemos que no es necesario invitarte, pero si lo creés así: yo te invito”, sostiene un video, que critica la actitud del dirigente. Pero desde ATE desmienten la información. Fuentes cercanas a la conducción le aseguraron a Gestión Sindical que ATE “se adhiere y moviliza” este miércoles, y que la campaña es parte “de la interna, que intenta desacreditar a la conducción nacional”. Los desacuerdos intestinos del gremio estatal se vienen profundizando de la mano de la fractura de la CTA Autónoma, que hoy tiene dos expresiones: una liderada por Micheli y otra por Ricardo Peidro, que cuenta con el apoyo de Godoy y la conducción nacional de ATE. En el gremio estatal además hay varias seccionales en manos de la opositora lista Verde y Blanca, cercana al kirchnerismo. Hasta ahora no hubo acuerdo en la forma de sumarse a estos espacios de unidad, y los opositores a Godoy lo acusan de dividir el espectro sindical, al lanzar una semana antes una movida propia.
Estos dos ejemplos muestran cómo divide aguas la marcha del próximo miércoles. La decisión de Hugo Moyano de movilizarse lo enfrentó a buena parte de la CGT, que lo apoya sólo entre los referentes más cercanos, como Juan Carlos Schmid, y la Corriente Federal de Sergio Palazzo. Además, habrá movimientos sociales y las dos CTA, además de algunos gremios clasistas, que aseguran irán con “agenda propia”. Del otro lado, buena parte de la dirigencia tradicional. Incluso en dos bastiones moyanistas la adhesión está dividida. En la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), los sindicatos importantes decidieron darle la espalda a la movida. Así, los ferroviarios de La Fraternidad y los colectiveros de la UTA no se plegarán a la protesta, dejando a la confederación, otrora bastión de poder de los Moyano, en una inesperada situación.
En tanto, la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (FEMPINRA), que integran 17 sindicatos y preside el propio Schmid, adhirió formalmente a la movida, pero en su interior hay algunos integrantes que dudan en ir este miércoles, y otros que directamente se ausentarán. Un dirigente en estricto off admitió que “muchos no están conformes con el liderazgo de Moyano”, y no quieren “ser usados para evitar que avances las causas judiciales en su contra”. “la sensación que muchos tiene es que tarde o temprano Moyano caerá, y nadie quiere ser arrastrado a esa situación. Por eso muchos gremios decidieron dejar pasar la movilización”, agregó ante la consulta de Gestión Sindical. Por eso, para el futuro, muchos dirigentes en Azopardo visualizan una fractura de la CGT, con dos modelos: una estructura formal masiva, que mantenga las conversaciones con el gobierno, y una “rebelde”, que se lleve a quienes están con el camionero, y que formen un espacio propio. Ya se vaticinan incluso nombres. La CGT Dean Funes (por la sede del gremio de la Sanidad) será la oficialista, y la CGT San José (por donde está ubicada el gremio de camioneros), la nueva versión del MTA.
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