La fracción Perón avanza sobre Micheli y le quieta el control de la CTA Autónoma
A través de un Congreso extraordinario el espacio logró que la mayoría de los gremios y las organizaciones aprueben el cronograma para normalizar autoridades y quedarse con la estructura de la central obrera. “Está solo”, dicen sobre el actual secretario general, que tampoco logra que el espacio de Hugo Yasky acepte ir a elecciones en conjunto.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
Con un Congreso extraordinario realizado el pasado fin de semana en la Federación de Box de la Ciudad de Buenos Aires, la denominada fracción Perón de la CTA Autónoma avanza en el control de la central obrera, que hoy formalmente está en manos de su secretario general, Pablo Micheli. El espacio, que comenzó a enfrentarse con el dirigente estatal luego de las elecciones de ATE en 2015 y que se fracturó definitivamente hace poco más de un año, irá a elecciones en agosto, con el aval de la mayoría de los gremios y organizaciones sociales que forman el movimiento. De esta manera, aislaron a Micheli, que hoy solo tiene la lealtad de un puñado de dirigentes, y que perdió el respaldo de los gremios de pesos que forman –y financian –la CTA Autónoma. Su acercamiento a Hugo Yasky, que se profundizó durante el gobierno de Mauricio Macri, abrió la posibilidad de una unificación, pero desde el entorno del docente por el momento la descartan. El nuevo espacio, que conduce Ricardo Peidro y Hugo “cachorro” Godoy, no participó activamente de la jornada del 21 de febrero, y tiene su mirada puesta en una alianza con sectores sociales, clasistas y de izquierda.
El Congreso impulsado por la fracción Perón (por la sede que utilizan, en la calle Juan Domingo Perón en el barrio de Almagro) definió el futuro institucional de la CTA Autónoma, que quedaría en manos de este espacio, que se encolumna detrás del gremio ATE y el partido Unidad Popular de Víctor de Gennaro, y que cuenta con el apoyo de los principales referentes sindicales de la central, como los de CONADU Histórica, FESPROSA y otros. Además, contó con el apoyo de las principales seccionales, como la de provincia de Buenos Aires y Capital federal. En total, unos 410 congresales de todo el país aprobaron la realización de un nuevo congreso extraordinario y ordinario en abril, para finalmente votar el 8 de agosto, para definir las nuevas autoridades. Una vez cumplido este proceso, la estructura formal pasará a este espacio, y dejará afuera de la central a Micheli y sus aliados. Bajo el lema “Unidad en la lucha, autonomía, libertad y democracia sindica”, el Congreso fue acompañado por representantes del triunvirato social que forman la CCC, la CTEP y Barrios de Pie, y gremios que están por fuera de la organización, como SIPREBA.
“Micheli no conduce a nadie, quedó demostrado que por lo menos el 80 por ciento de los congresales estuvieron presentes, dando respaldo al cronograma electoral”, le dijo a Gestión Sindical una fuente del espacio, presente en la Federación de Box. La facción Perón no sólo tiene el control de la mayoría de los gremios, sino de la principal “caja” de la central, la del gremio ATE, que fue el desencadenante de la crisis del 2015, cuando ambos espacios fueron separados a las elecciones internas, perdiendo terreno ante la lista Blanca y Verde, que incluso les arrebató Capital Federal. En este proceso, pocos gremios eligieron mantenerse al margen, y no tomar partido por ninguna de las dos vertientes. El ejemplo de esta iniciativa fue el sindicato médico bonaerense CICOP, que informó que no se sumará a ninguno de los congresos, y aseguró que cualquier dirigente de su estructura que vaya a un cónclave, será en carácter personal. En este sentido, pidieron por la unidad.
El aislamiento de Micheli, afirmaron desde el edificio de la calle Perón, “es irreversible”, más allá que haya convocado a un congreso propio, tratando de movilizar a los sectores aliados, encabezados por uno de los secretarios adjuntos, el lucifuercista José Rigane y algunas seccionales afines, como la de Tierra del Fuego. En Mar del Plata, se autorizó al propio dirigente a las negociaciones para buscar un proceso de unidad con la CTA de los Trabajadores, pero en el espacio que lidera Yasky creen que no habrá espacio para esa idea. “Por el momento no estamos pensando en hacer ni una unificación ni una elección en conjunto. Estamos cerca porque pensamos que hay que enfrentar a este gobierno, pero seguiremos institucionalmente por caminos separados”, le confirmó a Gestión Sindical un dirigente de la estructura del docente. El mismo sostuvo que en septiembre esa central votará la renovación de autoridades, sin importar lo que sucede con las otras dos fracciones. “Vamos a fomentar la unidad en la acción, pero también fortalecer nuestro recorrido”, destacó. Sobra la fracción Perón, dijo que “no se sabe muy bien que rumbo van a tomar”, y le apuntó a la figurea de Godoy como el responsable de esta incertidumbre. “Un día dice una cosa, otro día hace otra, no puede manejar ATE, que es un caos. La verdad que no tenemos relación con Godoy porque no tiene una línea clara. Con Micheli coincidimos en muchas cosas. Por eso vamos a esperar, nuestro rumbo está claro”, concluyó. Como ejemplo de esto recordó que ATE llamó a parar y movilizarse el 21 de febrero, pero luego hubo una contraorden, y le “sacó el cuerpo” a la jornada.
Desde que se fundó la CTA a principios de los 90 en el llamado “grito de Burzaco”, la central se mostró como una alternativa a la tradicional CGT, y se apoyó en los grandes columnas: los estatales de ATE y los docentes de SUTEBA y CTERA. Pero los últimos ocho años la crisis de conducción hizo explotar la estructura. Primero se fracturó por la pelea entre Yasky y Micheli, que no lograron hacer transparentes las elecciones del 2010. La relación de ambos tuvo idas y vueltas. Cuando el docente se postuló, se lo comparaba con Hugo Moyano, ambos cerca del gobierno kirchnerista. Pero luego de la división, Micheli se acercó al camionero, enfrentado con el oficialismo. Hoy los tres forman el núcleo del posible MTA, que se podría general luego de la salida de los Moyano de la CGT. La fracción Perón, que en lo político se apoya en el proyecto de De Gennaro, y hoy está más cerca de espacios clasistas y de izquierda.
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