La dirigencia sindical alerta por una escalada represiva: “Quieren disciplinar a la clase obrera”
El ataque a los docentes encendió la alarma en los gremios, que acusan al gobierno de endurecer su postura ante los reclamos. “Este modelo cierra con represión” alertó el titular de la CTA Autónoma de Capital Federa, José Peralta. Ante esto, se plantean nuevas formas de protesta, para preservar la integridad de los trabajadores.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
Las imágenes del último domingo, cuando los docentes fueron ferozmente reprimidos en Capital Federal al intentar instalar una carpa frente al Congreso, fueron el punto final de una serie de eventos donde las fuerzas de seguridad actuaron con suma violencia, una situación que preocupa a los gremios. Desde que sumió Mauricio Macri se vieron acciones contra protestas laborales, desde los duros enfrentamientos entre trabajadores de Cresta Roja y la Gendarmería, pasando por el desalojo de los manifestantes de Panamericana el último paro nacional. La “escalada represiva”, como la denomina la dirigencia sindical, se da en medio del intento del gobierno de imponer su protocolo “anti piquete”, y un endurecimiento de la política de seguridad. En tanto, todo el arco sindical rechazó lo que sucedió con los maestros, y condenó el accionar el accionar policial y el aval del gobierno. “Quieren demostrar con ello que sucederá lo mismo con quien se oponga a sus objetivos”, dijo la CGT.
“Este modelo cierra con represión”, alertó José “Pepe” Peralta, secretario general de la CTA Autónoma de Capital Federal. En dialogo con Gestión Sindical, el dirigente advirtió que “nosotros venimos diciendo que este modelo es de derecha, capitalista y muy concentrado. Viejos caminos no pueden llevar a viejos destinos”. El caso de los docentes, cuyas imágenes recorrieron el mundo, se suma a otros que sucedieron en los últimos días. La escalada violenta en este tipo de manifestaciones no es exclusiva contra el sector laboral. En Lanús la policía ingresó a un comedor comunitario en un confuso hecho, que terminó con el ataque policial a los presentes. Algo similar sucedió al principio del mandato de Mauricio Macri en una murga en Capital Federal.
El aumento de los casos donde la policía o las fuerzas de seguridad resuelven por la fuerza las situaciones conflictivas va de la mano de un intento del gobierno de recuperar la calle, a través de su protocolo “anti piquetes”. “La capacidad organizativa del movimiento obrero es distinta que en otros momentos, creemos que hay condiciones para sentarnos a dialogar en principio, o resistir organizadamente, cuidando a los compañeros, aseguró Peralta. Pese a esto el dirigente de la CTA porteña agregó que “para el gobierno, en este esquema y en este modelo, no hay otra alternativa que la represión”.
Dos días antes del ataque a los maestros, se vivió un momento de tensión en el desalojo de Artes Gráficas Rioplatenses (AGR), la empresa del grupo Clarín que estaba tomada por sus trabajadores ante un lock-out patronal. Por orden de la justicia, el viernes se ordenó el desalojo, y hasta el lugar llegó un verdadero batallón de policías y gendarmes. Ante la posibilidad de que se produjeran enfrentamientos, se decidió dejar el lugar sin resistir. Según le confirmó a Gestión Sindical el secretario Adjunto de la Comisión Interna Marcelo Quintero, la policía venía decidida a usar la fuerza, incluyendo armas de fuego. “Se escuchó a policías hablando entre ellos que decían que tenían órdenes de sacar a los que estaba afuera, y después meternos adentro y ‘cagarmos a palos’. Textual de la policía, incluso decían que tenían marcada a la gente que había que pegarla”, agregó el delegado, consultado por Gestión Sindical. En este sentido, Quinteros coincidió con Peralta sobre este modo de actuar del Estado, que consideró “parte de lo que pasó en Panamericana, o lo que paso en el Congreso con los docentes, es una bajada de línea del Estado, que está queriendo disciplinar a la clase obrera, el que protesta o se manifiesta, palos”.
En tanto, la gran mayoría del arco sindical repudió la represión a los docentes en particular y los trabajadores en general. Desde la CGT, por ejemplo, expresaron que “hoy somos todos docentes”. En un comunicado firmado por Jorge Alberto Sola, el vocero oficial de la central de trabajadores, la central obrera se solidariza “en forma univoca con los docentes de CTERA ante la represión policial de la que fuera objeto”. “El ataque a la pacifica protesta social que se encarnaría con la instalación de una escuela pública itinerante en la zona del Congreso nacional deja en evidencia hacia donde dirige la política de control de la protesta social en la Argentina”, se quejó la dirigencia. “Repudiamos con el mayor énfasis posible este gesto de intolerancia hacia un sector importantísimo de los trabajadores en Argentina. Un Gobierno Nacional que debiera enfocar sus energías en cumplir con el fallo de la Justicia Laboral que obliga al Ministro de Educación a llamar a paritarias nacional utiliza la coacción para tratar de sofocar el grito de los trabajadores de la educación. Quieren demostrar con ello que sucederá lo mismo con quien se oponga a sus objetivos”, remarcó la central obrera.
Esta tendencia puede aumentar si se tiene en cuenta que antes del paro nacional el mensaje del oficialismo fue claro: no hay plan B. Esto significa que la profundización de la actual política económica generará nuevas protestas, y nuevos enfrentamientos. Por eso los gremios comenzaron a pensar en tomar las medidas del caso. “Estamos evaluando nuevas instancias y nuevas medidas para preservar la seguridad de nuestros compañeros, porque no vemos que el gobierno esté con la iniciativa del diálogo sino de la represión”, concluyó Peralta.
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