La CTA de los Trabajadores quiere un paro nacional, pero “con el consenso” de la CGT
Así lo dijo su secretario Adjunto, Pedro Wasiejko, quien analizó el impacto de la Marcha Federal, que cerró el viernes con un multitudinario acto en Plaza de Mayo. “No le podemos regalar al gobierno que diga que hay un sector que no nos acompañan”, afirmó. Ya se plantean encuentros con el resto de la dirigencia para analizar los pasos a seguir. “Hay condiciones para una protesta”, remarcó el dirigente.
La anunciada “cuenta regresiva” para un paro nacional, que comenzó según Hugo Yasky el viernes pasado al finalizar la Marcha Federal, ya tiene a la dirigencia sindical trabajando, de cara a la que puede ser la primera protesta de gran alcance contra el gobierno de Mauricio Macri. Las 200 mil personas que colmaron Plaza de Mayo el viernes pasado clamaron por la medida de fuerza, y tanto el dirigente docente como Pablo Micheli adelantaron que comenzarán a construir consenso con el resto de los sectores para concretar la medida, que todavía no cuenta con el apoyo explícito de la CGT, pero si con gremios que la conforman. En este sentido, desde la CTA de los Trabajadores aseguran que se debe lograr “el mayor consenso” para llegar a una “unidad en la acción concreta”. “Estamos con expectativas para seguir hablando con otros sectores sindicales para construir el paro nacional”, remarcan desde la central que organizó la marcha de tres días de la semana pasada.
“La movilización fue contundente, estamos recibiendo mucho entusiasmo, y da más fuerza y decisión para la etapa que viene, que sabemos no va a ser suficiente para mover las decisiones del gobierno”, afirmó Pedro Wasiejko, secretario Adjunto de la CTA de los Trabajadores. En diálogo con Gestión Sindical, el dirigente adelantó que una muestra de esta “unidad en la acción” lograda el viernes pasado se verá a mediados de septiembre, cuando movilicen en el marco de las audiencias públicas para fijar los precios de las tarifas de servicios públicos. “Estamos con expectativas para seguir hablando con otros sectores sindicales para construir el paro nacional, lo que nos preocupa es que si hacemos una medida de fuerza no le podemos regalar al gobierno que diga que hay un sector que no nos acompaña”, remarcó. Además, criticó a los sectores “radicalizados, que piden alegremente cosas que si se hacen mal terminan debilitando esta movida de resistencia generada por la sociedad”.
Durante el discurso del viernes, tanto Yasky como Micheli hablaron varias veces de la unidad, y la importancia que se sumen todos los sectores posibles. En este camino, Wasiejko dijo estar convencido “de la importancia de tener una herramienta para la unidad en la acción”, y que para ellos es necesario que la CGT “tenga una respuesta de consenso”. “Esto no quiere decir que nos vamos a quedar de brazos cruzados esperando que eso suceda, pero sería muy importante encaminarnos en esa dirección, después hay discusiones sobre la unidad orgánica, estamos con expectativas, la situación social y económica del país lo amerita”. “El paro tiene esa condición: el consenso con los sectores que faltan acompañar y en la sociedad, más allá de que se pidió en la plaza. Este paro tiene que ser contundente, no se tiene que mover nada”, agregó el dirigente.
Luego del multitudinario acto, al que adhirieron sectores de la CGT como la Corriente Federal o el gremio de camioneros, la idea de un paro nacional cobró mayor fuerza. Durante los tres días de marcha, se habló de una medida “irreversible”, y de la necesidad de articular con todos los sectores. En tanto, el gobierno nacional decidió bajarle el tono a la pelea, y el propio presidente Mauricio Macri dijo desde China que confía en el diálogo para evitar una protesta. Además, como su ministro de Trabajo Jorge Triaca descartó reabrir paritarias, y decidió recibir a las dos CTA, para intentar calmar las aguas.
“La respuesta del gobierno me parece errónea”, subrayó Wasiejko, y explicó que “si la posición del gobierno es no reabrir la paritaria es no ver la realidad, y eso va a llevar a que haya más protesta social, si no hay una decisión política en ese sentido, vamos a tener un verano con una conflictividad social alta”.
En tanto, en la CGT mantienen la cautela, aunque las pocas cosas que se llevó el triunvirato de conducción de la reunión con tres ministros podrían acelerar los tiempos. “fue una reunión neutra, sin mayores avances”, sintetizó Juan Carlos Schmid, lo que marca el descontento de la dirigencia. “Acá hay necesidad de las bases para que se interpreten sus reclamos, y los intereses de los dirigentes que no quieren quedarse afuera de una decisión así, y además del tema político, porque pasan los meses y se acerca el proceso electoral”, analizó Wasiejko, que consideró que “están dadas las condiciones” para la protesta.
Durante el cierre de la Marcha Federal, Yasky anunció que las dos CTA y la CGT movilizarán a las audiencias públicas donde se discutan los valores de los servicios públicos, y realizó el anuncio que más se esperaba: “empezó la cuenta regresiva de ese gran paro nacional convocado por todas las centrales, para decirle al gobierno hasta acá llegó el ajuste, a partir de acá discutimos la agenda de los trabajadores. Orgullo tenemos que sentir de ser trabajadores”. Según la organización, unas 200 mil personas e movilizaron el viernes, luego de que cinco columnas marcharan desde distintos puntos del país por tres días.
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