Interventora del SOMU denunció amenazas de dirigente cercano a Omar Suárez
La diputada nacional Gladys González le apuntó a Nicolás Fuentes, quien le habría dicho “yo no estoy para cuidar a terceros, acá en cualquier momento se escapa un tiro”. El bloque del PRO de Avellaneda expresó su repudio mediante un comunicado. La intervención, dispuestas en febrero, había difundido gastos irregulares en la entidad sindical y su obra social.
A mediados de febrero, la justicia decidió la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), desplazando de la conducción al histórico Omar “Caballo” Suárez. Para manejar el gremio, se dispuso un tridente de interventores, que ahora están a cargo del manejo de las cuentas de la entidad. Con el correr de los meses, la intervención comenzó a descubrir manejos irregulares, como el uso de autos de lujo por parte de dirigentes ajenos al sindicato. Esto generó enfrentamientos con sectores que todavía le son leales a Suárez, que esta semana derivaron en una grave denuncia de una de la sintervnetoras, la dirigente del PRO Gladys González. Según se supo, la la ex candidata a intendenta de Avellaneda la amenazó uno de los referentes del ez secretario general dentro del gremio, quien habló de que “acá en cualquier momento se escapa un tiro”. Repudio del macrismo que conduce González.
Según la información que surgió en estos días, a González –que comparte la intervención del SOMU con Juan Carlos Alonso y Santiago Viola –la amenazó Nicolás Fuentes, dirigente que responde a la conducción de Suárez. Según dijeron desde el bloque de concejales del PRO en Avellaneda, a González este dirigente le dijo: “te advierto que yo no estoy para cuidar a terceros, acá en cualquier momento se escapa un tiro”. Los dichos fueron el correlato de una serie d e intimidaciones a la intervención, que comenzó con sospechosas fotografías tomadas a los movimientos de la dirigente, y de actitudes de persecución.
La intervención del SOMU fue dispuesta por el juez Rodolfo Canicoba Corral, que investiga la causa contra Suárez por entorpecer rutas marítimas y por extorsión. En este contexto, ya el año pasado se suspendieron las elecciones en el gremio, lo que generó un estado de acefalia que terminó en la intervención tripartita. En los primeros meses de trabajo, los funcionarios judiciales encontraron una serie de irregularidades, que salieron a la luz y que generaron el enfrentamiento con los dirigentes que todavía se mantienen leales al ex secretario general. “Repudiamos todo tipo de amenazas. Ponemos a disposición todo nuestro apoyo a la diputada, apelamos a que otras fuerzas también lo hagan entendiendo que la sociedad argentina no puede soportar más este tipo de reacciones que corresponden a la vieja política”, destacaron desde el bloque del PRO de Avellaneda respecto de las amenazas recibidas por González.
En este sentido, el titular del bloque Sebastián Vinagre señaló que “es una barbaridad que en este tiempo aun existan gremios, políticos y dirigentes que crean que mediante la violencia se puedan solucionar las cosas. Mas aberrante es conocer que su forma de construcción política siempre ha sido mediante el apriete”. “Estamos en otra época, se acabaron las metodologías de la vieja política. La política ha cambiado, la democracia se sostiene con el respeto a las instituciones”, concluyó.
Durante su intervención, González junto a Viola y Alonso denuncio el manejo de manera irregular de fondos del SOMU. Algunos de estos hechos fueron el uso de autos de lujo comprados por el gremio por parte del matrimonio Kunkel. La Comisión Interventora encontró una autorización firmada por Juan Manuel Medina, presidente de la Obra Social, en representación del gremio ante escribano público, para “comprar y mantener los autos del matrimonio” de legisladores del kirchnerismo. En la expedición de célula firmada por Medina el sindicato acepta hacerse cargo de “la responsabilidad civil por los daños y perjuicios que se produzcan con el automotor” y “la circulación dentro del país como el egreso temporario del mismo” a favor de Carlos Kunkel y su esposa Cristina Fioramonti, además de otras tres personas.
Suárez llegó a la titularidad del SOMU en 1989, lugar que nunca más dejó hasta la semana pasada. Con una trayectoria zigzagueante, durante el kirchnerismo fue uno de los gremialistas más cercanos al gobierno. Incluso se lo nombró varias veces como “el preferido de Cristina” Fernández de Kirchner. Luego de la intervención, el dirigente vinculó la medida judicial con ese posicionamiento político.
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