Gremio rural pone en duda plan de grandes productores agropecuarios presentado al gobierno
El Sindicato Argentino de Trabajadores Horticultores y Agrícolas (SATHA) fue cauto sobre el programa entregado al Ministerio de Agricultura por CONINAGRO para la creación de 700 mil puestos de trabajo. Aseguran que por los avances tecnológicos la producción de granos “no está generando mano de obra”. Piden que la apuesta sea a fortalecer las economías regionales en todo el país.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
La intención del gobierno nacional de intervenir y expropiar la cerealera Vicentín generó un clima de tensión con las organizaciones del campo, que rechazaron la medida, y algunos incluso recordaron los tiempos de la resolución 125, que generó un quiebre en todo el país. Ante este contexto, a fines de junio el presidente Alberto Fernández recibió a una comitiva de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), donde se analizó el tema de la empresa de Santa Fe, y la actualidad del sector en medio de la pandemia. El titular de la entidad Carlos Iannizzotto sostuvo que el diálogo fue “fructífero”, y se habló de planes para mejorar al sector.
Este paso se comenzó a dar hace unos días, cuando la entidad presentó ante funcionarios un plan de recuperación para el campo, que promete nada menos que 700 mil nuevos puestos de trabajo, una cifra que genera mucha expectativa. La iniciativa fue tomada con cautela entre los trabajadores rurales, que aseguran que parecen “exageradas” las cifras presentadas por CONINAGRO. Además, afirman que el plan apuntala “a los grandes productores”, y no trae beneficios para el resto de los integrantes del sector agropecuario.
El denominado “Plan CONINAGRO” es una iniciativa de la entidad junto a otros sectores, y apunta a la “reconstrucción socioproductiva y económica” del campo. El objetivo, según la presentación, realizada esta semana ante funcionarios del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, es “la reconstrucción y crecimiento del país y busca frenar la caída del PBI y rescatar a la pequeña y mediana empresa”.
También plantean “rediscutir la estructura demográfica rural”, entre otros ejes de índole tanto sociales como económicos. Con su puesta en marcha, afirman, se podrían “producir 150 millones de toneladas de granos, llegar a 100 mil millones de exportaciones y crear 700 mil puestos de trabajo”. La propuesta fue presentada en una cumbre donde había integrantes de la CGT y la Unión Industrial Argentina (UIA), además de otras cámaras empresariales.
Si bien no se conocieron todos los detalles de la propuesta, los trabajadores rurales pusieron en dudas las cifras tan optimistas en cuento a generación de empleo, sobre todo porque el programa parece tener como eje exclusivamente las grandes exportadoras de granos. “Lo que ellos plantean esos 700 mil puestos de trabajo alrededor de la producción de granos, y lo que eso va a de alguna manera derramar en forma indirecta, con el tema insumos y demás, porque lo que es grano en sí es difícil crear esa cifra”, sostuvo Gustavo Arreseygor, titular del Sindicato Argentino de Trabajadores Horticultores y Agrícolas (SATHA).
En diálogo con Gestión Sindical, el dirigente aclaró que “la tecnificación del sector y el avance tecnológico hace que el campo tenga menos mano de obra, por eso decimos que esa cifra de 700 mil parece demasiado grande”. Para Arreseygor, “si logran sumar un 10 por ciento de esa cantidad es para festejar”.
Para el SATHA, una alternativa a esta propuesta es apuntar a los sectores productivos en las provincias. “Para llegar a un volumen de mano de obra como el que platean, es necesario una gran inversión en todo lo que es economías regionales, con mano de obra intensiva como la que hay en la producción agrícola y hortícola, todo lo que es campo extendido, lo que hoy es soja o granos como trigo y maíz se maneja con una máquina a distancia. No sé de dónde sacan esa cifra”, analizó Arreseygor.
Además, el dirigente aseguro que el plan de CONINAGRO se basa en la actividad exportadora, que fortalece la concentración de la tierra y del agronegocio. En cuanto a la realidad del sector, en la provincia de Buenos Aires se está en la “temporada baja”, pero debería haber producción de morrón y tomate, algo que no está sucediendo. “Sólo se cosecha hoja, está dura la situación por la caída de las ventas”, destacó Arreseygor sobre el impacto de la pandemia en el sector.
En el inicio de la pandemia, el SATHA alertó que en la provincia de Buenos Aires hay “4 mil puestos de trabajo en peligro” por las restricciones, en especial en el sector de la floricultura, y la caída del consumo. “En la Provincia son alrededor de 4 mil los empleados del sector, pero si sumamos a todo el país llegan a 30 mil, si contamos además de los trabajadores toda la industria que está alrededor, como los parquistas, los viveristas, los que hacen masetas, todo lo que se mueve alrededor”, le explicó Arreseygor en su momento.
El impacto de la inactividad que se inició con el decreto de aislamiento social obligatorio golpeó de manera especial a la industria de flores y derivados, por lo que se llevó el recamo a las autoridades bonaerense.
Respecto al plan de CONINAGRO, Iannizzotto afirmo luego de presentar la propuesta “apuntamos a un crecimiento del PBI del 3 por ciento con la captación del 5 por ciento de los ahorros ociosos de los argentinos. Por eso hablamos de confianza y de señales que incentiven a invertir”.
Para el dirigente, “hoy los principales frentes de la Argentina son la cuarentena y la renegociación de la deuda, y sean cuales fueran los resultados, las consecuencias serán de largo plazo y tenemos la oportunidad y obligación de prepararnos”. Los ejes de la propuesta apuntan por un lado a federalizar la economía y regionalizar las políticas productivas e impositivas, y además en segundo lugar lograr un aumento del mercado interno y de exportaciones.
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