El Gobierno busca retomar el diálogo con la CGT pero le falta letra y no tiene quién la diga
Mientras un Julio Cordero con poco espacio intenta convocar a los principales dirigentes de la CGT, Sandra Pettovello los chicanea.
La idea en la Casa Rosada es intentar un nuevo acercamiento con la CGT. Por eso es que el secretario de Trabajo, Julio Cordero, invitará nuevamente a los dirigentes de la central obrera a una instancia de diálogo. Pero en la calle Azopardo prefieren otro interlocutor con más peso. Y el sector duro ya analiza la posibilidad de lanzar el tercer paro general. Mientras tanto, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, va en sentido contrario y usa a Pablo Moyano para chicanear al reto.
Ante una situación que sigue siendo muy tirante, en el Gobierno nacional resolvieron buscar un nuevo acercamiento, tras el rechazo cegetista a sumarse a la mesa técnica que analizará la reglamentación de la reforma laboral.
Incluso se piensa en que los sindicalistas sean recibidos por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, como una forma de tratar de recomponer una relación que se tensó mucho más en las últimas semanas, a medida que el sector dialoguista de la CGT fue quedando atrapado en un rol testimonial, con un gobierno que escuchó todos sus pedidos y sugerencias pero no analizó ninguna.
En Trabajo esperarán que pase la movilización del 7 de agosto, día de San Cayetano, de Liniers a Plaza de Mayo, organizada por movimientos sociales y apoyada por la CGT, antes de reanudar los contactos con la dirigencia gremial para buscar que se incorporen a una mesa de diálogo sobre formación y empleo.
Pettovello aumentó la bronca en la CGT
La expectativa de Cordero es ofrecer un ámbito técnico para que el Gobierno, los empresarios y los sindicalistas hagan sus aportes, discutan y traten de consensuar propuestas sobre esos temas: una meta difícil y, dicen en la CGT, termina siempre decantando en un «consenso» idéntico a lo que pretenden las grandes empresas.
El sector dialoguista de la CGT de todos modos mantiene contacto con Cordero y otros funcionarios del Gobierno, con la expectativa de forzar algún acuerdo con el Ejecutivo a cambio de gobernabilidad, mientras que la corriente dura liderada por Pablo Moyano y con importantes sectores del peronismo bajo su ala, quiere tomar distancia de cualquier negociación, para reforzar su postura opositora y concretar otro paro general.
Entre tanto, en las filas de Javier Milei ni siquiera consideran que la tensión con la CGT tenga que ver con su prpoío accionar y se la endilgan a la postura intransigente del hijo mayor de Hugo Moyano.
Quien lo dejó abiertamente en claro fue la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, que tras la primera reunión del diálogo social al que no concurrieron los sindicalistas se mostró curiosamente desafiante en las redes sociales si fuese cierto que el Gobierno busca limar asperezas.
“La mesa de Diálogo Social está abierta. Invitamos a todos los sectores del mundo del trabajo, pero se ve que la CGT le tiene miedo a Moyano”, publicó a través de la cuenta oficial de su cartera en X.
Esa publicación de Capital Humano causó indignación en la CGT, que ya había considerado una provocación de Pettovello que haya llevado a la reunión del diálogo social a un viejo enemigo del poder sindical como el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.
Con Cordero no hay nada que hacer
Los dirigentes gremiales no le perdonan a Sturzenegger haber sido quien introdujo en el DNU 70/23 la limitación a las cuotas solidarias, el recurso para el financiamiento de los gremios a través de los descuentos compulsivos de una suma pactada en los convenios colectivos de trabajo.
También rechazan al flamante ministro porque es quien estaría trabajando en un proyecto de «democratización sindical» que, aun contra los principios fundacionales de La Libertad Avanza, buscaría intervenir en la forma en que se realizan las elecciones en los sindicatos.
Formosa, con cifras catastróficas de empleo en el sector privado
En tanto, y si bien muchos dirigentes gremiales tienen una buena relación personal con Cordero, consideran que él no tiene demasiado interés y mucho menos el respaldo suficiente en el Gabinete para alcanzar una solución a sus demandas. Es por eso que en la CGT analizan pedir una audiencia con Francos, Pettovello (?) o inclusive con el propio y huidizo Sturzenegger.
Luego de la marcha de mañana, la CGT deberá ponerle fecha a los plenarios de secretarios generales y de delegaciones regionales para debatir cómo seguirá el plan de lucha. El sector duro tiene previsto promover el tercer paro general contra Milei, con una idea inicial de que sea de 36 horas y con una movilización como cierre.
Los próximos días serán clave para saber si Cordero logra que los dialoguistas pongan la cara o, al menos, envíen a sus abogados a la mesa de formación y empleo. Si eso no sucede significará que la CGT empieza a encaminarse hacia otro paro.
Hacé tu comentario