Explotó la interna de la CGT: Héctor Daer resiste las críticas de un Pablo Moyano casi en campaña
Esta semana las diferencias en la central obrera quedaron a la vista, y comprometen el camino de la unidad que todos pregonan. El acercamiento de las cámaras empresariales fue la excusa del sector más combativo para arremeter contra el dirigente. Pero la mesa chica cegetista respaldó la estrategia dialoguista. “El pacto social es idea del presidente”, afirman.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
Hace unos días, el bloqueo del gremio Camioneros a los depósitos de Mercado Libre generó un impensado cruce entre el secretario Adjunto del sindicato, Pablo Moyano, y el conductor de la CGT, Héctor Daer. Las críticas a la estrategia de la central obrera, en especial en el gobierno de Mauricio Macri, hicieron que el dirigente camionero se alejara de la conducción, y formara con otros grupos el Frente Sindical para el Modelo Nacional, principal polo opositor a los grupos que sostienen el liderazgo de Daer y Carlos Acuña. Esta semana, esa “mesa chica” se reunió, y buscó por un lado respaldar al dirigente de la Sanidad.
Además, la movida buscó aislar el avanza de Pablo Moyano, ya que invitó al dirigente con quien disputa gremialmente en la plataforma de compra y venta. La interna quedó expuesta, y el camionero no retrocedió: en un encuentro con la Juventud Sindical renovó los cuestionamientos, y pidió por la CTA dentro de la futura CGT. Dudas respecto a la opinión de la Casa Rosada respecto de la apuesta al pacto social que hace la dirigencia cegetista.
Los nuevos cruces entre Daer y Pablo Moyano dejaron al descubierto la interna que se comenzó a gestar en abril del 2016, cuando las bases sindicales le arrebataron el atril al entonces triunvirato conductor, y terminó alejando con el tiempo a los sectores combativos. Hoy, Daer y Acuña se sostienen con el apoyo de los grupos dialoguistas, como los “gordos” y los “independientes”, y se apoya en la relación con el presidente de la Nación, amigo personal del dirigente de la Sanidad. En noviembre del 2019, como contó en su momento Gestión Sindical, la Casa Rosada dio el visto bueno para que la nueva CGT sea conducida por Daer, pero la pandemia y la crisis económica cambio el escenario.
Hoy, el moyanismo quiere dar pelea en esa disputa, que se trasladó al año próximo por el aislamiento social. En esta disputa, las conversaciones de la CGT con los industriales y empresarios del “grupo de los seis” fueron ele je de los ataques. En Azopardo aseguran que nada de lo que se habla en ese ámbito “es ajeno a la Casa Rosada”. “Antes de asumir, el propio presidente lanzó la idea de un pacto de este tipo, ahora es más necesario que nunca”, le dijo a Gestión Sindical una fuente cercana de la CGT. La idea de un aval presidencial a las conversaciones fue insinuado en el entorno de Daer cuando comenzaron las críticas, buscando el paraguas protector del peronismo.
La reunión de esta semana de la mesa chica en la UOCRA marcó que más allá de los enojos, hoy la conducción tiene un armado sólido para sostenerse en el poder, e incluso quedarse con la futura dirección. Pero Pablo Moyano mantiene sus ataques, y en los últimos tiempos se mostró con distintos sectores, buscando consolidar su posición.
Este jueves, el dirigente participó de una charla virtual con la dirigencia de la Juventud Sindical Nacional, donde afirmo que “mucha de la dirigencia no estuvo a la altura de las circunstancias”, y volvió a rechazar el pacto de la CGT con la UIA para la rebaja de salarios. Moyano recibió el respaldo del espacio que lidera Cristian Jerónimo (trabajadores del vidrio), donde marcó como muchos dirigentes jóvenes no se sienten representados por las viejas estructuras y abandonan los gremios.
En la charla, en la que estuvo presente Gestión Sindical, Moyano trató temas que son puntos débiles” para la central obrera actual, como la participación de las mujeres. “Hay que contar con más gremios, sería muy buena que la CTA vuelva y sea parte de la futura conducción, el diálogo con empresarios que tanto mal le hicieron al país y a los trabajadores no es el camino”, dijo el dirigente camionero. Como respuesta, el sector pidió “recomponer la CGT, a partir de lo que Pablo y Hugo Moyano hicieron en su gremio”. En este acto casi de campaña, se destacó la presidencia de Néstor Kirchner, como parte del “legado peronista”.
La interna de la CGT tiene un componente político, que muchos creen será el que incline la balanza cuando a partir de febrero del 2021 se inicie el proceso de renovación de autoridades, que debía ocurrir este mes pero se postergó por la pandemia.
En este sentido, los cruces entre el diputado Máximo Kirchner y Acuña por el documento conjunto, que de alguna manera ninguneó los gobiernos de sus padres, abre una grieta que el moyanismo puede aprovechar para intentar romper con la hegemonía que muestran ahora los co-conductores de la central. También serpa clave lo que haba Sergio Palazzo, líder bancario y de la Corriente Federal. Si bien su tono es similar al de Moyano, no rompió lanzas con la dirigencia, e incluso mandó emisarios a la reunión de esta semana. Muchos lo ven como un hombre para conducir la futura CGT, aunque corre con una desventaja: su origen radical. Aunque muchos creen que es “un detalle”, para una organización tan marcada por el peronismo, esa situación es impensada.
Por último, una salida en el corto tiempo es convocar a un confederal para intentar acercar posturas. La dirigencia cegetista no se reúne desde hace dos años, ya que la última reunión fue en agosto de 2018. La pandemia pone en duda esta posibilidad, pero las posibilidades de encuentros virtuales podrían solucionar esto.
Uno de los espacios que pidió esto es la Corriente Federal, que no quiere que la CGT se quede en exclusiva con la representación del movimiento obrero en un posible “consejo económico y social”, una de las ideas del gobierno para la post pandemia. Este consejo es una continuidad del pacto social inicial, del que habló el presidente Alberto Fernández desde que fue electo hasta que el coronavirus cambio la agenda. La pregunta que todos se hacen es si las críticas al dialoguismo de Daer y compañía también llegan a la Casa Rosada, y no son un tiro por elevación al presidente. La respuesta sólo se conocerá con el correr de los días y los acontecimientos.
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