Es porque la empresa despidió a 10 trabajadores y suspendió a otros 20 que habían protagonizado disturbios tras la muerte de un operario ocurrida el año pasado.
El conflicto generado en la Línea 60 de colectivos tendió hoy a agravarse, luego de que los choferes de la compañía resolvieran, en asamblea, extender el paro hasta mañana a la medianoche en rechazo a 10 despidos y 20 suspensiones concretadas por parte de la empresa.
Los empleados de la empresa MONSA pusieron en marcha la medida de fuerza este jueves a la mañana luego de que la firma despidiera a 10 empleados y suspendiera a otros 20 acusados de atacar a personal administrativo y provocar destrozos en la terminal de Barracas en 2016.
En diálogo, el delegado gremial, Esteban Simonetta, indicó que luego de una asamblea, los trabajadores decidieron «extender por 24 horas más la huelga».
Aclaró, de ese modo, que «hasta el viernes a las 24» continuará el cese de actividades.
En ese sentido, argumentó que «el conflicto está enmarcado en una crisis en el transporte ya que las cámaras empresarias no están recibiendo el subsidio que creen necesario y por eso empiezan los despidos y la flexibilización laboral».
De ese modo, aseguró que «en el Ministerio de Transporte, la empresa había dicho explícitamente que si no contaban con el dinero necesario iban a empezar a despedir empleados y es lo que está ocurriendo».
El presidente de Monsa, Marcelo Pasciuto, argumentó que «para encuadrar el funcionamiento de la empresa en defensa de la fuente de trabajo de 950 familias, luego de los sumarios administrativos correspondientes, MONSA decidió suspensiones y despidos a los partícipes de los hechos violentos».
El conflicto en la empresa empezó en 2016, con la muerte de un operario, David Ramallo, quien se encontraba arreglando una unidad en la terminal de la empresa.
A partir de ese hecho, los empleados comenzaron a pedir medidas de seguridad, hecho que, según argumentan los trabajadores, generó los despidos y suspensiones.
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