El gobierno suaviza sus críticas a los gremios y apunta a acuerdos sectoriales
El oficialismo no iría a fondo con las reformas planteadas semanas atrás, para evitar romper relaciones con el sector. “Las recomendaciones no buscan un cambio de fondo”, afirman. Además, pese a la tensión con la CGT, se plantean encuentros individuales, para cerrar alianzas por sector.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
En la previa del primer paro nacional lanzado a la gestión de Mauricio Macri, una resolución del Ministerio de Trabajo nacional realizó una serie de recomendaciones a los gremios, para mejor según sus argumentos la “democracia interna” del sector. Las mismas, que incluían el uso de voto electrónico y el respeto al cupo femenino, fueron interpretadas por la dirigencia como una especie de “apriete”, que apuntaba a una reforma sindical que terminara con el modelo argentino, conocido como “unicato”. Esto, sumado a la presentación de nuevos proyectos legislativos para limitar la reelección de los sindicalistas, generó alarma en la CGT, donde comenzaron a pensar que el oficialismo “va por los gremios”. Con el correr de los días, esta reacción se suavizó, y hoy se volvieron a tender puentes para evitar cualquier fractura entra las partes. Reuniones individuales para realizar acuerdos sectoriales.
La preocupación de los gremios por la avanzada del gobierno hoy parece superada. Es que en varios encuentros informales, se relativizó el peso de las reformas que lanzó Trabajo en la previa al paro nacional. “Son apenas unas recomendaciones que hizo una dirección, no hay mucho misterio en esto. Son cuestiones hasta de sentido común, de fácil aplicación. No hay ninguna ofensiva atrás”, le dijo a Gestión Sindical una fuente de la cartera laboral, en estricto off. Estos “consejos” dados por la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales buscaban, según la resolución, “transparentar” y mejorar la “calidad institucional” de los gremios, y hablaba de respetar el cupo femenino, utilizar el voto electrónicos en las elecciones internas y evitar que dirigentes procesados o en conflicto con la ley sean candidatos.
“Son cuestiones básicas, el tema del cupo se puede cumplir, y si hay gremios que no tienen la base de mujeres en sus padrones, se deja asentado y listo, no hay mucho misterio”, agregó la misma fuente, que admitió que el tema más cuestionable es el del voto electrónico. “Es una pavada, pero se incluyó por cuestiones de normativa”, remarcó. Además, la fuentes consultada destacó que las propuestas “son recomendaciones”, y recordó que las hizo una dirección: “institucionalmente primer está la voz del ministro, luego los secretarios, subsecretarios y reciñen las direcciones. Tiene un peso relativo la resolución”.
El mes pasado cuando se preparaba el paro nacional, la tensión entre la CGT y el gobierno aumentó, y estas cuestiones sumaron a las sospechas. “Todos los gobiernos trataron de meterse de alguna manera en las organizaciones, pero es una cuestión de forma. El fondo es que quieren cambiar el modelo sindical argentino”, alertaron desde Azopardo. Una de las cuestiones que molestó fue que el oficialismo a través del bloque de la UCR intentó reavivar dos proyectos que buscan limitar las reelecciones de los secretarios generales de los sindicatos. Este paquete pareció ser una especia de “ley Mucci” del macrismo, en referencia al proyecto lanzado durante el gobierno de Raúl Alfonsín de una reforma integral de los gremios, capitaneada por el por entonces Ministro de trabajo Antonio Mucci.
Para bajarle el tono a la disputa, Trabajo inició una serie de encuentros con dirigentes de forma individual, de acuerdo a los temas en cuestión. El acto del 1º de mayo de Ferro, que armó Gerónimo “momo” Venegas para el presidente Macri, terminó de consolidar el “bloquee propio” representado por las 62 Organizaciones Peronistas, y ahora la tarea parece centrada en evitar la ruptura con la CGT, pero sin hablar directamente con el triunvirato. Así, ya hubo encuentros con dirigentes del sector de los “independientes”, donde entre otras cuestiones se trataron los fondos de las obras sociales. Allí, el encargado de sentarse a la mesa de negociación es Juan Carlos Lingeri, de obras sanitarias, el experto en seguridad social de la central obrera.
En Azopardo la relación con el gobierno comenzó a dividir aguas. Una fuente admitió a Gestión Sindical que hubo dirigentes que están en la CGT que fueron al acto de Ferro de Macri, pero no piensan que esto genere una ruptura. “Hay discusiones, sobre todo políticas, pero no vemos una fractura posible. Sería muy malo para el movimiento obrero”, subrayó. Las diversas miradas sobre el gobierno y el futuro es parte de las diferencias que existen. Algunos festejaron el lanzamiento del plan Empalme, que busca crear de planes sociales puestos laborales genuinos, ayudando desde el Estado a los empresarios. Si bien la mayoría de la dirigencia es crítica, mantienen el diálogo, en especial con el ministro Jorge Triaca, que cada vez que convocó a la dirigencia –en forma conjunta o de manera particular –asistieron.
Los acuerdos sectoriales son los que permiten entre otras cuestiones que se mejorara la llegada de fondos a las obras sociales, una prioridad para la dirigencia que el gobierno usó para generar lazos de confianza. Según una nota publicada por el diario La Nación el fin de semana, los gremios más beneficiados fueron Comercio, la UOCRA y UPCN. No por casualidad estos forman los dos sectores más dialoguistas con la gestión: los “gordos” de servicio y los llamados “independientes”.
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