En agosto hubo 6233 despidos, principalmente en industrias. El casi el doble de lo registrado en el mismo período que el año anterior, ya son dos meses seguidos con un salto similar. De acuerdo al informe elaborado por el CEPA, en lo que va de 2018 ya se contabilizan 39.027 despidos y cesantías.
La crisis que atraviesa el país recrudeció las tasas de desempleo y marcó un nuevo pico en agosto, cuando se registraron 6.233 nuevos despidos y suspensiones. Los datos representan casi el doble de las mediciones en el mismo período del año pasado.
Las cifras se desprenden del último informe sobre despidos y suspensiones que elaboró el Centro de Economía Política (Cepa), que además revela que en lo que va de 2018 se contabilizan 39.027 nuevas desvinculaciones y cesantías. Es decir, hubo un promedio de 4.878 personas expulsadas mensualmente del mercado de trabajo durante los primeros ocho meses del año.
Las principales razones de la pérdida del empleo fueron las políticas de achicamiento del Estado y la crisis de la industria: sumados, estos dos sectores concentraron el 91 por ciento de los problemas de empleo.
Del informe se desprende que 32.838 trabajadores fueron despedidos (de ese total, 4.907 fueron despidos por cierre de empresas o plantas), 720 firmaron retiros voluntarios, 60 fueron renuncias con indemnización, 4.679 sufrieron suspensiones y 800 adelanto de vacaciones.
Si los 39.027 casos se desglosan por sector, lo que puede verse es que en lo que va del año 23.727 despidos o suspensiones correspondieron al empleo privado, mientras que las pérdidas de empleo público estuvieron en el orden de las 15 mil.
El conteo del Cepa es corroborado por los datos oficiales del Sistema Integrado Previsional Argentino (Sipa), en el sentido que el registro del estado computa 88.552 trabajadores industriales menos de noviembre de 2015 a junio de 2018, mientras que el CEPA tiene 82.282 despidos para el período noviembre 2015-agosto de 2018.
Detrás de la industria, el ajuste de Cambiemos en la administración pública fue el otro gran motor de las expulsiones, ya que las desvinculaciones en las reparticiones y empresas del estado suman el 39 por ciento del total de los casos.
Los autores del informe describen que «en los primeros dos meses del año los despidos del sector público resultaron más significativos, en los siguientes cinco meses, tomaron ‘la posta’ los despidos del sector privado, para finalmente, en agosto, converger en despidos del sector público y privado casi por igual».
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