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Dos años de macrismo: para los gremios no hay duda, el balance de este gobierno “es muy negativo”

12. 12. 2017

Distintos sectores del movimiento obrero organizado coincidieron en la mala opinión que tiene la gestión Macri entre los trabajadores. La reforma laboral y previsional terminó por enfrentarlos. En el sector público se quejan de los despidos y la precarización que impuso el oficialismo. Además, algunos números de cómo se movió el mundo de trabajo en esta primera mitad del período presidencial.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

El presidente Mauricio Macri cumplió dos años en el poder con luces y sombras. El triunfo de octubre consolidó su espacio político, que logró ganar en casi todo el país, llevando a la oposición a una verdadera crisis de representatividad. A esto se contrapone la economía, que no termina de arrancar, y se muestra como una de las principales preocupaciones del oficialismo y de la población en general. Desde que asumió en 2015, la relación que tiene esta gestión con los trabajadores y los gremios fue variando, pero nunca terminó de consolidarse. Si bien la CGT se mantiene como interlocutor válido, el proyecto de reforma laboral y previsional genera tensión entre las partes, y el gobierno cierra el año con dos marchas masivas en su contra. En líneas generales, la dirigencia sindical reprueba la gestión de Cambiemos, incluso quienes mantienen puentes de diálogo, como la CGT. Los números no acompañan esta relación: para la central obrera, la inflación este año será del 26 por ciento, por encima de la gran mayoría de las paritarias.

El segundo año de gestión del presidente Macri cierra con los gremios como principal referencia opositora. Así lo marcan las dos marchas que realizaron un importante número de entidades, contra las reformas que impulsa el oficialismo. La más importante fue la que copo el Congreso, con Pablo Moyano y la Corriente Federal a la cabeza, que además sumó a las dos CTA y los movimientos sociales. El rechazo a los cambios planteados en materia laboral y previsional mantienen movilizados a los gremios, que con sus matices alertan sobre el impacto de las medidas en la realidad de los trabajadores. “Estos dos años del gobierno de Macri fueron un gran retroceso para la clase trabajadora y para los sectores más necesitados”, sostuvo desde la CGT el dirigente canillita Omar Plaini. Consultado por Gestión Sindical, el dirigente –que forma parte del consejo directivo de la central obrera –remarcó que “los jubilados y pensionados, los informales, los trabajadores en general hemos sufrido un gran retroceso en estos años”.

La mirada de la central por el momento es la más benevolente con el gobierno, más allá de las opiniones que dirigentes en minoría tienen. Según adelantaron desde la sede de Azopardo, esta semana habrá una solicitada sentando posición final respecto de la reforma laboral, apoyando los cambios introducidos. Esto genera enfrentamientos en el seno de la CGT. Dirigentes como Plaini critican el proyecto, pero sostienen que fue la dirigencia sindical “la que logró esmerilar los aspectos más perjudiciales”, en especial en materia de ley de contratos laborales. Por el momento, esta solicitada puede generar el quiebre definitivo con el sector rebelde de los Moyano y Sergio Palazzo, que tienen una mirada negativa del gobierno. Incluso, en el aniversario de los dos años, la Corriente Federal publicó una carta abierta a la central que conduce el triunvirato, y le pidió convocar a un plenario para discutir las reformas macristas. “Para nosotros, las tres Reformas perjudican los intereses de nuestros representados, los de los jubilados y pensionados y los del pueblo argentino en su conjunto”, sostuvieron desde este espacio.

En tanto, los estatales también hacen un balance negativo de la gestión Macri. Los despidos masivos –que volverían a final de este mes –además de la mayor precarización y falta de estabilidad son algunos de los puntos que más preocupan a los gremios, tanto a nivel nacional como en la provincia de Buenos Aires y los municipios. “Estos dos años fueron un tránsito implacable hacia una transferencia de la riqueza de todos los argentinos a los grupos más concentrados”, denunció Oscar de Isasi, titular de ATE bonaerense. En diálogo con Gestión Sindical, el dirigente agregó que “precarización laboral, mayor desocupación, mayor desempleo, mayor pobreza estructural, es todo un combo que en estos dos años confirman que el gobierno está haciendo las cosas para los grupos concentrados y en detrimento de las mayorías populares”. Ante esto, Isasi pidió “juntarnos no solo para evitar lo que no queremos, sino empezar a debatir en el seno de la clase trabajadora un programa de salida a la crisis, que no puede ser ajuste gradual o ajuste feroz, sino que tienen que ver con más y mejor distribución de la riqueza, y desde ahí ir a disputar un nuevo modelo organizativo sindical, que haga participar a los trabajadores”.

Desde la izquierda también criticaron al gobierno, y participaron de las dos marchas masivas que rechazaron los proyectos del oficialismo. “Los trabajadores y todos los sectores populares tal cual se preveía estamos pagando lo que otros gastaron o robaron”, criticó Víctor Grosi, titular del SITRAIC, el gremio alternativa de la construcción. El dirigente, cercano al Partido Obrero, aseguró en diálogo con Gestión Sindical que este cuadro se agrava “con una situación de endeudamiento en el país que vemos con mucha preocupación, porque cada vez que sucedió esto los sectores populares y los trabajadores pasaríamos por momentos muy difíciles”.

Algunos números

Además, coincidiendo con los dos años de gestión de Macri, la CGT informó que la inflación que mide está muy cerca del 26 por ciento anual y dejó en evidencia la incipiente pérdida de poder adquisitivo que tendrían este año la mayoría de los sindicatos que se encolumnaron detrás del techo paritario que impuso el Gobierno nacional del 24 por ciento. Según el último informe del Observatorio de Datos Estadísticos (ODE) de la central obrera, la inflación de noviembre fue de 2,18 por ciento, lo que revela un incremento de precios anualizado de 25,92 por ciento.

La CGT informó que el mes pasado las canastas básicas alimentaria y total se encarecieron 1,71 por ciento. «Un adulto para no ser indigente necesita un ingreso por mes de 2.325,15 pesos (76,44 por día)», resaltó el estudio, mientras que el mismo adulto para no ser pobre necesita 5.376,13 pesos, o 176,74 por día.
Estos datos dejaron en offside a los gremialistas que a fines de 2016 o principios del 2017 sellaron acuerdos salariales en línea con la meta oficialista del 22 por ciento al 24 por ciento, por debajo del 26 por ciento que en noviembre estimó la CGT. Previsibles, algunos, para evitar un retroceso en los bolsillos de los trabajadores incluyeron cláusulas gatillo o firmaron paritarias semestrales o por tres meses. Con un diciembre que promete más aumentos por otra oleada de tarifazos en los servicios públicos, la mayoría de los sindicatos podrían verse afectados y resignar la ansiada recompensación salarial.

En este punto coincide el Observatorio del derecho Social, la entidad que reporta a la CTA Autónoma. En su último informe de coyuntura, alertó sobre los problemas en materia de negociación salarial que viven los trabajadores. El informe de la entidad, al que tuvo acceso Gestión Sindical, recordó que “la ronda de negociaciones salariales del año 2017 se inició con el intento por parte del gobierno nacional de establecer un ‘techo’ salarial en torno al 17 por ciento anual”. La mayoría de los convenios, agregó el observatorio, “se ubican entre el 20 y el 25 por ciento”. “La introducción de cláusulas gatillo solo se registró en los acuerdos correspondientes a sanidad y a bancarios, mientras que en otras actividades solo se incluyeron cláusulas de revisión mediante las cuales las partes sólo se comprometieron a ‘revisar’ el aumento en caso de futuras variaciones económicas (comercio, construcción, estaciones de servicio). Sobre este mecanismo volveremos a continuación”, concluyó el trabajo.

Por último, el observatorio destacó que en el tercer trimestre de 2017 “continuó profundizándose el deterioro en términos relativos de la participación de los asalariados registrados del sector privado en el conjunto de los ocupados registrados”. En tal sentido, “luego de la fuerte caída del año 2016 se inició un proceso de creación de puestos de trabajo que aún no ha permitido recuperar los valores del tercer trimestre de 2015, ni mucho menos acompañar el crecimiento vegetativo de la población experimentado desde entonces (aproximadamente 1,1 por ciento anual)”. Por el contrario, concluyó, la inserción ocupacional más dinámica “continúa siendo a través del monotributo y en particular del monotributo social, que siguen presentando altas tasas de crecimiento interanual. A tal punto es así que estas categorías explican casi el 70 por ciento del aumento de la ocupación registrada entre el tercer trimestre de 2015 y el mismo período del año en curso”.

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