Dividida, la CTA Autónoma resiste la reforma laboral y define su futuro
El sector que responde a Pablo Micheli apuesta a la unidad con los espacios más radicales, y los empuja a romper con el triunvirato de la CGT. En tanto, el sector Perón negocia en el Vaticano una estrategia común. La unidad con la CTA de Hugo Yasky, otro punto de conflicto.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
La “rosca” sindical argentina se mudó en estos días al Vaticano, donde el Papa Francisco organiza un encuentro sobre el mundo del trabajo donde participan 300 delegados de todo el planeta. Allí, entre charla y charla, la dirigencia criolla discute posturas en referencia a la reforma laboral que impulsa el gobierno de Mauricio Macri. Si bien por el momento el proyecto parece estar en un impasse –en el Senado el peronismo esperará a que la CGT tenga una postura conjunta para tratarlo –las negociaciones siguen su curso vertiginoso. Allí, en el viejo continente, las dos fracciones de la CTA Autónoma coincidieron, por lo menos físicamente. Es que la postura de ambas centrales, que desde hace más de un año trabajan de manera separada, no se acercan, ni siquiera coyunturalmente. Si bien tanto el espacio que responde a Pablo Micheli como la denominada CTA Perón rechazan la iniciativo, tienen miradas estratégicas distintas. Mientras que la primera quiere aislar a la conducción dialoguista de la CGT y crear un propio espacio, desde el segundo sector dicen que se necesita la participación de todos los actores, y formar un gran frente ante el avance neoliberal, incluyendo a “las viejas estructuras”. Miradas diversas que tampoco coinciden en el camino a la unidad con Hugo Yasky.
Las dos fracciones de la CTA Autónoma siguen por caminos distintos desde hace tiempo, y la postura por la reforma laboral los volvió a enfrentar. Si bien están en contra del proyecto, incluso el negociado por la CGT, tienen miradas divergentes respecto a cómo posicionarse. En el entorno de Micheli quieren “resistir” con todos los sectores, y dijeron presentes en el cónclave de Luján, donde la Corriente Federal organizó una jornada para mostrar a todo el arco de dirigentes, gremios y organizaciones que saldrán a la calle a decirle no al gobierno y sus intenciones de reforma. “Hay que estar en la calle y pelear con los que se oponen al proyecto. No podemos permitir que nos usen para negociar, hay que ser muy claros y decirle a la CGT que no vamos a aceptar esta propuesta”, le dijo a Gestión Sindical una fuente del michelismo, que de alguna manera propone una fractura con la central obrera y la formación de un espacio intersindical que se diferencie del triunvirato. En este punto se sumarán a todas las expresiones, incluso a la CTA de los Trabajadores, con quien se enfrentaron durante el kirchnerismo. “Podemos tener diferencias políticas, pero no gremiales. Este es un tema central para los trabajadores y no podemos tener medias tintas”, agregaron.
En cambio, la CTA perón quiere negociar con la CGT, y pide que no se arma un espacio sectario o excluyente. “Tenemos que estar todos peleando por esto, las viejas estructuras y las nuevas. No alcanza con juntarnos entre nosotros, necesitamos a todos, incluso a los bloques políticos que puedan votar contra la reforma”, dijeron desde este espacio, que lidera Ricardo Peidro –del gremio de los visitadores médicos y ex secretario Adjunto de Micheli –y el titular de ATE nacional, Hugo “cachorro” Godoy. Ambos están en el seminario organizado por el Vaticano, y según se supo tienden puentes con los integrantes del triunvirato que están allí. “La confluencia entre las tradicionales y nuevas organizaciones de trabajadores es fundamental para ir constituyendo un nuevo modelo sindical que permita que la unidad de los trabajadores sea efectiva desde la base y no sólo un acuerdo de dirigentes”, dijo Godoy, según un comunicado de su gremio, remarcando el camino a seguir.
Las diferencias entre ambos espacios se mantienen desde la ruptura forma a mediados de año, y son claves para entender la agenda futura de esta central. Mientras Micheli tiene conversaciones avanzadas con Hugo Yasky para en 2018 realizar elecciones y unificar la CTA, el espacio Perón no ir a una unidad y pretende sostener su autonomía. Esto quedó marcado en las últimas elecciones, cuando ambos sectores presentaron frentes por su parte, muy lejos de una construcción que les permita pasar las PASO. Las miradas diversas hicieron que incluso dentro de los gremios que forman la CTA Autónoma haya quiebres. El de ATE es el más notable, ya que está partida en varios pedazos. Pero en el propio gremio de Peidro hay diferencias. Algunos dirigentes consideran que el secretario general “se cortó solo” y no consultó su movida. Por eso, no acompañan la fractura. “En estos tiempos necesitamos más unidad, no menos. No hay razón para seguir fracturando el espacio, parece que fuera una idea organizada desde la Casa Rosada”, se quejó ante Gestión Sindical un dirigente que se alejó de la conducción de Godoy y Peidro. Algo similar hizo la CICOP, el gremio médico bonaerense, que desde la fractura no se identifica claramente con ninguna fracción y reclama unidad.
En tanto, en el cierre del encuentro en el Vaticano se espera que toda la delegación argentina comparta una foto con el Papa Francisco, una señal que tendrá repercusiones en el país. Como sucedió apenas con la visita de Pablo Moyano –que se vio con el Sumo Pontífice en medio de su escalada discursiva contra la reforma y un posible acuerdo de la CGT –esta imagen puede ser el puntapié inicial de la escalada del sector resistente. Muchos trabajan para que finalmente se dé, mientras en el gobierno nacional hacen su jugada para evitar cualquier guiño. Una pulseada que será la antesala de lo que suceda la semana que viene, cuando se den las primeras actividades contra la reforma, a la espera de una gran marcha el 6 de diciembre. Si hay tratamiento en el Congreso, la “inter sindical” movilizará, y comenzará un juego de ajedrez cuyo tablero será la calle, los despachos y las oficinas de funcionarios y dirigentes sindicales.
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