Desde ATE Capital acusan al gobierno de “instalar campaña de estigmatización del empleado público”

Ante una posible nueva ola de asaltos, el gremio advirtió que “profundizaremos las medidas cada vez que haya despidos arbitrarios”. Además, el secretario Adjunto de la seccional porteña de ATE Juan Manuel Sueiro advirtió que se están desarticulando varios organismos: “están tomando el Estado por asalto”.

Con el decreto 254/2015, el gobierno nacional permitió a todos los ministerios y dependencias del Estado Nacional revisar nombramientos y concursos de personal, con hasta tres años de antigüedad. Además, estableció que los contratos realizados en el 2013, 2014 y 2015 y finalizaban este año, se prorrogaran por tres meses. Luego estos trabajadores podrían correr la suerte de los más de 24 mil cesanteados en todos los niveles de la administración pública. Ante esta nueva ola de despidos –que comenzaría a efectivizarse en marzo, cuando venzan esos tres meses de prórroga –desde ATE Capital Federal advierten que profundizarán las medidas de protesta contra los despidos, y acusan al macrismo de “instalar una campaña de estigmatización del empleado público”. Además, afirman que buscan desarticular varios organismos de control: “están tomando el estado por asalto”.

En marzo se vencerán los tres meses que establece el decreto 254, y como adelantó el Ministro de Modernización Andrés Ibarra, la posibilidad de nuevos despidos es concreta. Según las cifras que manejan los gremios, existen unos 40 mil trabajadores que están dentro de esta extensión de contrato, que deberán esperar hasta marzo para saber si continúan trabajando o no. “Lo que estamos viendo es que el decreto que firmó Mauricio Macri establece el mecanismo de revisión en la modalidad contratación y del proceso de selección de cargos concursados, y son dos mecanismos totalmente distintos”, explicó Juan Manuel Sueiro, secretario Adjunto de ATE Capital Federal. Para el dirigente, cuando el gobierno emite ese decreto “habla de un proceso de revisión que no es posible, porque el día 4 o 5 de enero se producen masas masivas en distintas dependencias del Estado. Por lo cual es un eufemismo el proceso de revisión”.

En diálogo con Gestión Sindical, Sueiro advirtió que “profundizaremos las medidas cada vez que haya despidos arbitrarios”, porque según su criterio “están haciendo lo que ya se hizo en la Ciudad de Buenos Aires, instalar una campaña de estigmatización del empleado público”. Junto con esto, la dirigencia gremial encuentra una idea de “desarticular funciones del Estado”, de la mano de los despidos. “Lo que hay además es un espíritu de desarticular organismos estatales, como sucede en el ENRE, que tiene que garantizar la regulación de los servicios energéticos y su funcionamiento, y de golpe pasan a conducir este organismo gente de Edenor y Edesur”, agregó Sueiro. “Están tomando el Estado por asalto, nosotros tenemos derechos y obligaciones, y las vamos a cumplir”, sostuvo.

Hasta el momento, según la plataforma virtual El Despidómetro –que chequea las cesantías en todo el ámbito estatal del país –los despidos alcanzan a 24.411 personas. A nivel nacional, los mayores problemas se dieron en el Senado (2045 empleados despedidos), el Centro Cultural Néstor Kirchner (600), Ministerio de Justicia (489), Ministerio de Seguridad (215), Secretaría de Comercio (200), Jefatura de Gabinete (130), Diputados (100), Ministerio de Trabajo (100), AFSCA (135), entre otros.

La posibilidad que en marzo una buena parte de los 40 mil contratos extendidos no se renueven desvela a los gremios estatales. Además, a estos se podrían sumar concursos y nombramientos que se revisen y se anulen, facultad que da el decreto presidencial. Aunque Sueiro asegura que este proceso es más complejo. “Todos saben que los procesos de concurso en el Estado son largos, con participación gremial para evitar arbitrariedades. Es difícil una revisión en tan poco tiempo. Mientras que el gobierno designa por el mismo decreto personal de planta permanente. Hay un grado de incoherencia en las medidas muy grande”, concluyó el dirigente.