Crece la tensión en varias dependencias públicas entre nuevas autoridades y sus empleados
En algunos ministerios, los estatales aseguran que se vive un clima de persecución por la llegada de los funcionarios del gobierno. El caso de Seguridad, donde se investiga la filiación política de los trabajadores. En el SENASA aseguran que el futuro interventor llega “a cortar cabezas”. Mil despidos en la ex ESMA.
“El Estado no puede ser un aguantadero de La Cámpora”. Con esas palabras, dichas durante la campaña, Mauricio Macri anticipó que una vez llegado al gobierno buscará sacar de la administración pública a muchos empleados que considera militantes o ñoquis. Está tan decidido en su tarea, que creó un ministerio –el de gestión Modernización –y puso a Andrés Ibarra al frente de la misión. A menos de una semana en el gobierno, las consecuencias de esta actitud se comenzaron a hacer sentir. En varios ministerios y dependencias, trabajadores denuncian que la llegada de los nuevos funcionarios vino de la mano de hostigamientos y cierto grado de persecución. El ejemplo más claro se dio en Seguridad, donde un funcionario pidió a los trabajadores que especifiquen sus ideas políticas y sindicales. ATE asegura que hay casos en muchos lugares de la administración pública y advierte que no permitirá estas actitudes.
La llegada de los nuevos funcionarios generó un clima de tensión, que con el correr de los días aumentó y llego a picos preocupantes. En el Ministerio de seguridad, la justa interna de ATE denunció públicamente que un funcionario se comenzó a reunir con los empleados y les pidió “la filiación política, sindical e ideológica”. En un documento, le reclamaron a la flamante titular de la cartera Patricia Bullrich que “haga cesar la arbitraria y persecutoria actitud llevada adelante para con los trabajadores y se abstenga de llevar maniobras que afecten derechos fundamentales de los mismos”.
El caso de seguridad no es el primero, ni el único, remarcan desde ATE. “Estamos detectando procedimientos similares en el Ministerio de Educación, en el Ministerio de Justicia, incluso esta semana un grupo de personas llegaron a la Comisión nacional de Tierras, y fueron citando a los trabajadores en un bar, en la esquina del organismo, solicitando que informen si tienen militancia y demás”, le dijo a Gestión Sindical un dirigente estatal. El mismo admitió que “nosotros preveíamos situaciones ‘raras’ con el cambio de autoridades, como problemas con contratos y demás, pero no esto”.
Las fricciones entre las autoridades no sólo suceden en los ministerios. En el SENASA, esta semana los trabajadores insistieron con resistir el nombramiento de Jorge Dillon, quien ya fue director de Sanidad Animal del organismo y que sería confirmado en breve para conducir el ente descentralizado. Desde ATE subrayaron que su llegada abriría “una cacería de brujas” por “viejos revanchismos políticos”. “Dillon es nefasto”, se sinceró un dirigente gremial ante Gestión Sindical, y adelantó que las versiones que hace circular el propio posible funcionario “se cortarán cabezas en el organismo”. Por esto, la seccional SENASA de ATE se declaró “en alerta y movilización”, a la espera que se confirme el arribo de Dillon y sus posibles consecuencias.
Para la dirigencia sindical, el gobierno de Macri “quiere camporisar todo la administración pública”, por la pelea que lleva adelante el frente Cambiemos contra la agrupación kirchnerista. “Quieren mostrar que son un batallón de militantes que andan por los organismos, cuando en realidad hablamos de trabajadores que certifican idoneidad y con años de trabajo”, remarcaron desde varios ministerios.
Los casos de tensión llegan a puntos extremos, como en la Ex ESMA, donde ayer hubo una protesta sobre la Avenida Libertador por parte de cooperativistas del plan Argentina Trabaja no seguirán prestando servicio para el estado Nacional, que fueron cesanteados de su cargo. En total, unos mil trabajadores dejarán sus cargos el 18 de diciembre, según afirman, una medida resistida.
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