Por la pandemia, unos 4000 gimnasios están al borde de la quiebra. El sector emplea a 80.000 personas directas y 180.000 profesores que son monotributistas. Los complejos barriales no pueden pagar sueldos ni alquileres.
La pandemia no perdona a nadie y el sector de los gimnasios, en su mayoría compuestos por empresas Pymes, no es la excepción. La cuarentena ha obligado a los 8.000 centros deportivos que hay en el país a bajar sus persianas y sus propietarios temen por el futuro cercano. El impacto puede ser mayúsculo: se calcula que en el rubro trabajan unas 80.000 personas en relación de dependencia, más unos 180.000 profesores de educación física que son monotributistas. El negocio mueve alrededor de USD1.000 millones anuales.
Una encuesta realizada por el grupo Mercado Fitness entre 248 empresarios, da muestra de la gravedad de la situación. El 45% de la consultados (111) respondió que sólo puede subsistir una semana más sin ingresos. Incluso, algunos ya han tenido que cerrar definitivamente.
«En Argentina hay dos grandes cadenas, Megatlon y SportClub, que entre ambas tienen 200 complejos. Ellos no tienen problemas porque cobran por débito automático en forma anual. El verdadero inconveniente lo tiene el gimnasio de barrio o del interior que tuvo que cerrar y que no puede afrontar el costo del alquiler del lugar», le explica a BAE Negocios, Hernán Covos, titular de Buena Vida Gym, un centro deportivo que está ubicado en el límite de Palermo y Belgrano.
Con respecto a las ayudas que el Gobierno ha propuesto para la Pymes, Covos teme que ese salvavidas no llegue a tiempo. «El dinero para pagar sueldos me lo darían recién en mayo y yo lo necesito para afrontar mis compromisos ahora. Además, sería para cubrir los salarios del personal de planta. Los profes, que son monotributistas, no están incluidos en esta ayuda». Por estos días, muchos entrenadores independientes han optado por dar sus rutinas por teleconferencias para no ver resentidos sus ingresos.
«Los gimnasios en su gran mayoría son micropymes que no podrán sostenerse mucho tiempo más si siguen cerrados. Además, el rol que cumplen, desde el punto de vista sanitario, es muy importante y no es tenido en cuenta por las autoridades. No son sólo lugares de entretenimiento y ocio, sino de salud. La gente activa tiene un sistema inmune fuerte y eso es lo que necesitamos en esta época de pandemia», indica Guillermo Vélez, fundador de Mercado Fitness.
No obstante, todavía hay algunos dueños de gimnasios que tienen un poco más de margen para esperar. Unos 45 consultados aseguran que pueden soportar hasta un mes sin ir a la quiebra y 65 ejecutivos indicaron que tienen espalda financiera para aguantar hasta que pase la pandemia.
Sin embargo, a criterio de Covos, la situación de los gimnasios que aseguran que aún pueden subsistir irá cambiando a medida que se estiren los plazos. «Este rubro es uno de los últimos que va a volver. En China, por ejemplo, tardaron 90 días para reabrir. Además, una vez que podamos volver a operar va a pasar otro período en donde la gente no va a asistir a lugares cerrados por miedo a contagiarse, sumado a que muchos van a tener que cubrir otras deudas prioritarias y que no van a poder pagar un gimnasio».
Guido Miguez, Director de la cadena On Fit, coincide con su colega. «Necesitamos apoyo del Estado. Esto no se puede mantener en el tiempo. Ya la previa a los cierres de los gimnasios, estaba siendo dramática en cuanto a la afluencia de clientes y generación de ingresos ya que la gente estaba tratando de estar lo menos posible fuera de su casa. Y posiblemente sea lo mismo cuando se decida la reapertura. Sabemos que vamos a trabajar a pérdida durante muchos meses».
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