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de 2024
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Bonaerenses en riesgo: crisis total de la gestión Vidal en salud, educación y administración pública I Informe especial (parte 3)

17. 10. 2018

Tercera entrega. Dependencias estatales: la odisea de trabajar en edificios que se caen a pedazos.

La infraestructura de las dependencias provinciales deja mucho que desear. En el último año ATE reiteró sus reclamos de mayor mantenimiento, pero la situación no cambia. Techos que se caen, baños clausurados, falta de ventilación, ascensores obsoletos, todas cuestiones que los estatales deben soportar mientras hacen sus tareas. Los departamentos judiciales, un ejemplo de la desidia en la materia.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

El Centro Administrativo Gubernamental está ubicado en la Plaza Moreno, en el corazón de la Ciudad de La Plata. Allí, se concentra buena parte del gobierno de la provincia de Buenos Aires, divididos en dos grandes torres, bautizadas “Doctor Alejandro Korn” e “Ingeniero Luis Monteverde”. Pensado como un complejo moderno, que centralice oficinas y dependencias estatales, se terminó a fines de los 80, y hoy esos viejos anhelos –como el helipuerto en la azotea de la torre II –se chocan con una realidad muy distinta. Problemas en los ascensores, falta de mantenimiento, instalaciones defectuosas, obstáculos que los trabajadores deben afrontar todos los días, ante la falta de respuesta de las autoridades. En los últimos dos años, el gremio ATE denunció una serie de hechos graves, tanto en las torres del centro como en otras dependencias gubernamentales, que sufren la falta de mantenimiento en un contexto de ajuste del Estado.

Esta misma semana, en el Ministerio de Salud provincial, la caída de un ascensor generó pánico entre los empleados, donde según los testimonios no hubo heridos “de milagro”.

Lo mismo sucede en los departamentos judiciales de toda la Provincia, cuyas instalaciones parecen salidas de un cuento de Frank Kafka: expedientes apilados en cada rincón, falta de ventilación, pasillos oscuros y empleados peleando contra un sistema que los obliga a trabajar en condiciones indignas.

Como sucede en hospitales y comedores escolares, las dependencias estatales en las que funcionan ministerios y secretarías son una “bomba de tiempo” en materia de infraestructura. La caída del ascensor en el edificio de la cartera sanitaria no es una excepción. En agosto de este año dos trabajadores estatales resultaron heridos cuando explotó un caño de la caldera del edificio administrativo que funciona en la esquina de 12 y 51, en La Plata, donde funciona el departamento de Personas Jurídicas. En ese incidente, dos empleados resultaron con quemaduras, cuando el caño se soltó en el piso 15, derramando agua hirviendo.

Desde hacía tiempo el gremio ATE denunció “las pésimas condiciones laborales en el lugar”. Además, en la gran mayoría de las dependencias en invierno la calefacción es insuficiente, y en verano no hay refrigeración. La falta de ventilación es una constante en los 18 departamentos judiciales bonaerenses, otro ejemplo de los problemas edilicios que no resuelve la gestión de María Eugenia Vidal. Los problemas en las fiscalías, las UFI y oficinas descentralizadas son comunes en cada rincón de la Provincia. Hace unos días, en una dependencia de Florencio Varela, a los empleados se les cayó el techo en la cabeza, lo que generó un nuevo reclamo de la Asociación Judicial Bonaerense (AJB).

Los ejemplos sobran, y hay casos extremos, como las fiscalías de Lomas de Zamora que los empleados llaman “Cromañón”. Toda una postal de lo que puede pasar cuando se entra a una dependencia estatal en estos días.

Incidentes y reclamos

En mayo de este año, los delegados de ATE del Ministerio de Agroindustria provincial realizaron una protesta contra las condiciones laborales de la Torre I, donde funcionan las dependencias. En esos días, por las roturas de caños y las filtraciones, el lugar era una verdadera trampa. Incluso no funcionaban los baños del subsuelo hasta el quinto piso. La falta de mantenimiento en ese edificio llega a puntos insólitos: si en alguna oficina se enchufa una computadora de más, se sobrecarga la instalación eléctrica y se corta la luz.

Es tan complejo el escenario general, que los empleados de las distintas dependencias consideran “una odisea ir a trabajar”. En esa torre sucedió la explosión de la cañería en las oficinas de Personas Jurídicas, que generó las quemaduras de dos trabajadores. Eran los días que los estatales estaban conmocionados por la muerte de los docentes en Moreno, producto de la explosión en la escuela 49, y un incidente con un cable de electricidad en La Plata. “Hemos estado con el director de Personas Jurídicas y nos planteó que el año que viene se mudan de este lugar, pero no nos dieron una respuesta acorde a la grave situación que atravesaron los trabajadores”, explicó César Baliña, secretario gremial de ATE provincia de Buenos Aires. Pocos días después de este incidente, en la Torre II se cayó un ascensor, dejando tres empleados heridos.

En muchas dependencias del Estado la falta de mantenimiento hace muy difícil cumplir las tareas. Incluso llegar al lugar de trabajo es complejo. En el Ministerio de Salud provincial la caída de un ascensor fue el último de los incidentes que se produjeron. Si bien no hubo heridos, los empleados reiteraron su malestar por el estado de las oficinas y dependencias, que no son muy distintas el resto de la administración pública provincial. “Pudo haber sido una tragedia”, dijo un trabajador del lugar, ante la consulta de Gestión Sindical.

En estricto off, este empleado dijo que muchas veces las quejas no logran difundirse, porque las autoridades y funcionarios presionan para que “nadie hable”. “El mal clima por los problemas de los edificios tenés que sumarle la persecución”, se quejó. En la cartera sanitaria se vive una fuente disputa interna entre funcionarios de la primera gestión del ministerio, encabezado por la epidemióloga Zulma Ortiz, y la actual de Andrés Scarsi. Los tironeaos dejan a los empleados en el medio, que además debe cuidarse con quién hablan.

Fuera de La Plata, en los municipios, las dependencias que pertenecen al Estado provincial no están muy distinto a los que se ve en la capital provincial. “Sucede como en los hospitales o las escuelas, lo que se rompe no se arregla”, sostienen empleados del Centro de Recepción, Educación y Ubicación (CREU) de Lomas de Zamora, uno de los emblemas en materia de desidia. En este establecimiento, que depende de la Secretaría de Niñez y Adolescencia bonaerense, se alojan a menores en conflicto con la ley, y en reiteradas oportunidades sus trabajadores denunciaron las malas condiciones del lugar. Desde ATE Sur, seccional local del gremio estatal, remarcan que “los chicos deben convivir con cucarachas”. Por el tema, hubo un juicio por apremios ilegales, y la declaración de los menores no dejó dudas: dormían con trapos en los oídos para evitar que los insectos se les metieran. Estas condiciones fueron también denunciadas en los CREU de Virrey del Pino, Azul y Punta Indio.

Desde ATE Sur remarcaron ante Gestión Sindical que las malas condiciones edilicias se suman al vaciamiento del sector, que incluye traslado de personal y falta de recursos para atender las necesidades de los chicos detenidos. Hubo momentos que en el centro de Lomas se cortó el gas, y los empleados tuvieron que improvisar una cocina a leña afuera del establecimiento, para calentar la comida. En invierno, no hay calefacción, lo que hace que detenidos y celadores tengan que pasar la noche tapados con frazadas.

La justicia en peligro

En su libro El Proceso, el escritor checo Frank Kafka imaginó un tribunal de justicia inacabable, lleno de burocracia, que lentamente realiza sus tareas rutinarias en una atmósfera angustiante. Pero ni a los personajes de este clásico de la literatura el techo se les venía encima, por más penurias que pasaran. A los que sí les sucede eso fue a los empleados las Fiscalías y Defensorías Penales de Florencio Varela, que forman parte del departamento judicial de Quilmes, que hace unos días se vieron sorprendidos por este accidente.

Al parecer, según denunció la seccional local de la Asociación Judicial Bonaerense (AJB), el primer fin de semana del mes, se filtró agua en los cielorrasos del edificio ubicados en Presidente Perón al 485, y a los pocos días cedió la mampostería. El resultado: destrozos, un lugar no apto para trabajar y un reclamo gremial. El caso no es aislado en Florencio Varela, ya que pocos días antes en el mismo edificio se encontraron ratas, y dejó de funcionar una fase de la electricidad, o que hizo que se trabaje varias jornadas sin agua. “Este es el común denominador de los 18 departamentos judiciales, una situación muy compleja”, sostuvo Roberto Cristófano, dirigente del gremio judicial AJB.

“Nosotros hacemos constantes denuncias, reclamos, con respecto a estos problemas, en la justicia bonaerense se trabaja de esta manera, miles de ciudadanos que van a los tribunales y se encuentran con problemas edilicios de todo tipo, falta de personal y escasos recursos”, explicó Cristófano en diálogo con Gestión Sindical. En este panorama, la AJB realizó varios informes elevados a la Corte Suprema de Justicia y la Procuración de la provincia de Buenos Aires, a cargo del mantenimiento de los edificios. “Pero no hay respuesta, hoy el Poder Judicial se sostiene en gran medida por la vocación de los trabajadores judiciales, que muchas veces resuelven situaciones como pueden”, agregó.

Las condiciones de la justicia bonaerense no dejan de sorprender. Los empleados del departamento de Lomas de Zamora, que abarca el distrito homónimo y Almirante Brown, Ezeiza, Esteban Echeverría, Lanús y Avellaneda, llaman a una de las fiscalías, a tres cuadras del departamento central ubicado en Camino Negro, con un nombre que no deja dudas sobre sus condiciones: Cromañón. “Este lugar es de los peores de la departamental, hay falta de ventilación, filtraciones, ausencia de calefacción o refrigeración, expedientes hasta el techo de las dependencias”, relató Cristófano, quien es secretario gremial de la seccional lomense de la AJB. Además, en ese departamento, uno de los más grandes de la Provincia, la cuestión edilicia “esta con un fuerte deterioro, como la media de los departamentos de la Provincia, con cuatro o cinco problemas testigos, lugares donde tenemos un deterioro permanente, que no se mejora, y se va involucionando”.

“Las UFI, donde se trabaja con un grado de hacinamiento muy grande, acumulación de papeles y expedientes que hacen muy difícil la labor cotidiana. Lo mismo ocurre en los juzgados civiles, los que están en el distrito”, destacó Cristófano. Por su tamaño, Lomas de Zamora tiene muchas dependencias descentralizadas. En una de ella, en Lanús, los pasillos son para una sola persona. Es que las paredes están rodeadas por pilas de expedientes y cajas. “Ahí encontrás problemas de humedad, de falta de ventilación”, remarcó el dirigente.

Las malas condiciones de la justicia incluye el interior del país, que no es ajena a esta realidad. En este sentido, la AJB denunció esta semana que en los tribunales de Paz de Salto se produjo una pérdida de gas que obligó a realizar tareas en las instalaciones, y al otro día una pérdida de agua que inutilizó los baños. Por el estado del lugar –una casona antigua de más de 80 años, los trabajadores piden que se alquile un nuevo inmueble. Todos estos pedidos fueron parte de la frustrada paritaria que llevan adelante los judiciales y el gobierno de Vidal, que mantiene la oferta del 15 por ciento y cerró el diálogo con el gremio.

“Esto es un tema de decisión política, el gobierno quiere achicar el gasto público, y para ellos la inversión en justicia, mejorar las condiciones de trabajo, es un gasto. Por eso año a año se deteriora el presupuesto del Poder Judicial, y eso trae estas consecuencias, el deterioro general de la justicia bonaerense”, concluyó Cristófano.

Trabajar con miedo

Dependencias, ministerios, tribunales, oficinas descentralizadas. Todas sufren del mismo problema: el ajuste que lleva adelante el gobierno provincial impacta hasta en los edificios. Son años de falta de inversión, que la llegada de María Eugenia Vidal no hizo más que profundizar. Tanto ATE como la AJB y otros gremios llevaron estos pedidos a la mesa de paritaria, cada año, sin mayores respuestas. En 2018, el tema casi ni se discutió, ya que las reuniones fueron cada vez más esporádicas y se centraron en lo salarial. Pero los problemas en general empeoran, sin que se consigan respuestas. Hay casos que no dejan de asombrar.

En la Morgue Judicial de Lomas de Zamora, los empleados deben trabajar entre cadáveres apilados. “Las condiciones edilicias son paupérrimas. La AJB planteó reclamos varios veces sobre este tema, y las mejoras fueron a cuenta gota o nulas. Ahí se trabaja con materiales muy sensibles, falta heladeras, es muy grave, insostenible”, sostuvo Roberto Cristófano, de la AJB lomense. Este caso extremo se suma a miles y miles de cuestiones que se dan cada día. Durante los despidos masivos, ATE lanzó una campaña “Mi trabajo, tus derechos”, remarcando que la labor de los empleados sostiene el Estado. En la provincia de Buenos Aires, por recortes y ajustes y el abandono general, los derechos se están cayendo, literalmente, sobre la cabeza de empleados y ciudadanos.

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