La secretaria de Gestión y Empleo Público de la Nación, Ana Castellani, sostuvo que “explorar semanas laborales más cortas está en la agenda de discusión que se viene”.
Ana Castellani, secretaria de Gestión y Empleo Público de la Nación, habló tras las nuevas medidas que el Gobierno Nacional tomó con el objetivo de restringir la circulación y evitar la propagación de las nuevas cepas de Covid-19 en el país.
«Creo que la pandemia nos está poniendo a prueba en muchas cosas vinculadas en cómo concebir el trabajo en el futuro y esta es una más. El trabajo remoto y la posibilidad de explorar semanas laborales más cortas está en la agenda de lo que se viene y de la discusión respecto a los incrementos de la productividad que pueden generarse con medidas de esa naturaleza», seguró la funcionaria, responsable de las negociaciones de los salarios y de las condiciones de trabajo de los empleados públicos, al canal de noticias IP.
En ese contexto, España se convirtió la semana pasada en noticia mundial al convertirse en uno de los primeros países en probar la semana laboral de cuatro días, luego que el gobierno acordara lanzar un modesto proyecto piloto para empresas interesadas en la idea.
Se trata de una iniciativa innovadora que apunta a eficientizar el tiempo y que, se cree, puede traer beneficios para la productividad de los trabajadores.
Las posibles ventajas
Los defensores de la medida creen que se trata de un medio para aumentar la productividad, mejorar la salud mental de los trabajadores y luchar contra el cambio climático. Pero es obvio que la propuesta ha adquirido una nueva importancia a medida que la pandemia agudiza los problemas en torno al bienestar, las complicaciones para el traslado, el agotamiento y el equilibrio entre la vida laboral y personal.
Para finalizar, Castellani puso algunos reparos sobre el teletrabajo, pero ponderó el contexto en el que se masificó en la administración pública: “No creemos que el trabajo remoto sea una panacea, pero en este momento estamos obligados a hacerlo”.
España lo puso a prueba
Cerca de 200 empresas españolas llevarán adelante una prueba piloto de una semana laboral de cuatro días. Los empleados del país europeo pasarían, entonces, 32 horas semanales en la oficina o en la fábrica.
Fue una propuesta que creció durante la pandemia y, a inicios de este año, el Gobierno aceptó poner en práctica la idea.
Es una utopía que se escucha mucho en los últimos años, a medida que avanza la convivencia de los empleados con inteligencia artificial y otras herramientas tecnológicas que agilizan muchas tareas. Se considera que también mejora la salud física y mental de los trabajadores, especialmente afectados por “burnout” o agotamiento durante la pandemia.
Uno de los principales impulsores del cambio en la semana laboral es Íñigo Errejón, diputado del partido Más País. Según el legislador, los fundamentos del proyecto tienen que ver con que en España es uno de los países donde los empleados trabajan más horas, y que eso no redunda en una mayor productividad, según declaró a The Guardian.
Más País propuso un plan de tres años, con un costo de u$s59 millones, para incentivar a las compañías a que prueben la jornada reducida sin temor a que eso impacte demasiado en sus resultados mientras todo se acomoda. La intención es cubrir el “precio” de incorporar la semana laboral de cuatro días al 100% un año, al 50% otro año y al 33% en el tercero, detalló el medio.
Cómo lo llevan adelante en España
El plan hará uso del fondo de recuperación de la Unión Europea por el coronavirus para compensar a unas 200 medianas empresas mientras reajustan su fuerza laboral o reorganizan los procesos de trabajo para adaptarse a esta semana laboral reducida, señaló la Agencia AP.
La única condición es que el reajuste lleve a una reducción neta real de las horas de trabajo mientras se mantienen los salarios determinados en los contratos de tiempo completo, explicó Héctor Tejero, un legislador perteneciente a Más País en la asamblea regional de Madrid, a la agencia.
En España estiman que el “fin de semana largo” generará mayor gasto en esparcimiento, en turismo y en gastronomía. Asimismo, en 2017, España redujo las horas de trabajo de 40 a 35 por semana, y verificó un crecimiento de su producto interno bruto (PIB) de 1,5% y la generación de 560.000 nuevos empleos, según concluyó un estudio publicado este año por la revista Cambridge Journal of Economics.
Fue una medida que benefició especialmente a las mujeres, quienes buscan más trabajos de tiempo parcial, de acuerdo con el informe.
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