Avanza el proyecto para hacer de Cresta Roja una cooperativa controlada por sus trabajadores
Esta semana hubo una nueva reunión para rescatar a la empresa avícola, que en 2016 fue elegida por el gobierno como “emblema de la recuperación económica”, pero rápidamente cayó nuevamente en una profunda crisis. “el objetivo es mantener los puestos de trabajo y sumar a los 2 mil despedidos en este proceso. Afirman que la gestión Macri quiso “regalar” la firma a la actual gerenciadora.
Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical
En 2016, el gobierno de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal encabezaron un acto frente a la planta de Cresta Roja, la empresa avícola que supe ser emblema del sector en el país, y que entro en una crisis sin freno que terminó con despidos masivos y peligro de cierre. Ese día, el entonces presidente eligió la firma –que ese día de abril volvía a trabajar –como emblema de la “reactivación económica”. La esperanza duró poco, en octubre de ese año la empresa no sólo no reincorporó a los cesanteados, sino que cambió de manos, pasando a ser gerenciada por el grupo Proteinsa, pero nunca recuperó su producción. Hoy, más de cuatro años después, apenas mantiene una pequeña actividad comercial, y el fantasma del cierre vuelve a asomarse en el horizonte. Por eso, desde febrero del 2020, se trabaja en un proyecto para transformar a la firma en una cooperativa, bajo control de los empleados y con apoyo de quienes manejaron la firma antes del 2015, cuando tuvo una exitosa realidad. Esta semana hubo una nueva reunión donde se analizó esta posibilidad, y se espera que en los próximos días haya novedades concretas.
Este lunes, trabajadores de Cresta Roja, representantes de Tres Arroyos –los actuales gerenciadores de la avícola –y funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social nacional, que analizaron el proyecto para rescatar a la firma. Las negociaciones las viene llevando adelante el director acional de Empresas Recuperadas, Eduardo Murúa, quien viene analizando desde que inició el año la propuesta con funcionarios de la provincia de Buenos Aires.
“Desde febrero venimos elaborando una propuesta que consideramos inteligente y superadora, hacer una cooperativa administrada por los trabajadores”, sostuvo Carlos Stasiuk, representante de los cerca de 2 mil despedidos que busca recuperar sus puestos de trabajo.
En diálogo con Gestión Sindical, el delegado el proyecto busca “garantizar los puestos de trabajo para los compañeros que hoy están en actividad, y sumar a los casi 2 mil compañeros que estamos en la calle”. En este esquema, entra Melenko Rasic, uno de los dueños la empresa hasta 2015, y que el proyecto de los empleados busca nombrar como CEO de la futura cooperativa.
De la reunión realizada esta semana, los trabajadores se fueron con cierto entusiasmo, ya que hay un compromiso de las partes de avanzar en este plan, que puede recuperar definitivamente a la firma. Fuimos recibidos por funcionarios de Nación y provincia de Buenos Aires para avanzar en la propuesta que tenemos para resolver nuestra situación, esperamos tener pronto novedades”, destacó Stasiuk. Según el vocero de los despedidos, los funcionarios presentes “se comprometieron a trabajar lo más rápido posible para encontrar juntos una salida”.
Estado actual y plan
En la actualidad, una minoría de trabajadores mantienen la actividad en las dos plantas de la empresa, ubicadas en Ezeiza y esteban Echeverría, en el sur del gran Buenos Aires. Se realizan algunas ventas, pero se abandonó la cría intensiva de pollos, y hay poca faena, según cuentan los trabajadores en actividad.
En este proceso es clave la figura de Murúa, que además de apoyar el proyecto de los trabajadores y sacar del medio a Tres Arroyos, la firma que actualmente maneja la empresa. En este sentido, antes de la reunión el funcionario dijo que “estamos trabajando con todos los documentos para demostrar como en el año 2015 el gobierno de Macri, igual que durante la dictadura, se quedaba con empresas. Esta es la situación planteada hoy con Tres Arroyos”.
Murúa dijo que todo el proceso “tiene todo un entramado de corrupción entre el gobierno anterior y la empresa actual”. “Estamos evaluando todas las figuras, también la propuesta de una cooperativa que elevamos tanto a las autoridades de la provincia de Buenos Aires como al gobierno nacional”, agregó.
Falsas promesas del pasado y presente esperanzador
En estos cuatro años, los despedidos de Cresta Roja sufrieron la desidia de las empresas que se fueron haciendo cargo de la empresa, que no lograron reactivar el proyecto. Desde octubre de 2016, la compañía fue puesta bajo control de Proteinsa, un grupo integrado por tres firmas: Ovoprot, Tanacorsa y Grupo Laclau. La firma prometió desembolsar 121 millones de dólares para salvar la operación y volver a poner en marcha a la empresa.
Pero rápidamente la firma incumplió el grueso de las promesas elevadas al momento de hacerse cargo formalmente de Cresta Roja, una de las firmas entró el concurso de acreedores, se acumularon los cheques rechazados por cerca de 450 millones de pesos, según datos del Banco Central (BCRA).
En 2018, Tres Arroyos se hizo temporariamente cargo de la conducción, pero nunca pago el canon. La promesa de reactivar las plantas fue la carta de presentación, y a fines de noviembre de ese año se anunció el reinicio de la faena, pero con una dotación mínima de trabajadores, lo que generó una protesta y acampe, que en al menos tres oportunidades terminó en represión.
La historia de Cresta Roja es, según sus trabajadores, la de una estafa. De las promesas de reactivación a este presente de acampes, balas de goma y trabajadores durmiendo en el piso tapados por cartón no pasaron ni tres años.
Las palabras de Macri en su segunda visita al lugar tuvo como condimento el anuncio del veto de la ley “anti despidos” de esos días, aprobada por el Congreso. “El gobierno de Macri nos dejó en la calle beneficiando a sus amigos empresarios. Lo que queremos es tener nuestro trabajo y tener una vida digna junto a nuestras familias”, concluyó Stasiuk.
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