Aseguran que la Universidad de Córdoba despidió a dirigente gremial que denunció violencia institucional

Se trata de Oscar Atienza, secretario general de la Unión de Docentes Universitarios y Preuniversitarios de Córdoba (UDUPCOR). En octubre pasado fue separado de su cargo, y el marzo dejará de pertenecer a la casa de estudios. “Venimos defendiendo a los docentes en el tema de la persecución, por eso el despido”, remarcó. Fuerte repudió de la FEDUN. En ese lugar, alumnas difundieron conversaciones sexistas de docentes. Apuntan al decano de Ciencias Médicas.

Diego Lanese / Especial para Gestión Sindical

Por estas horas, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) es el centro de un escándalo que involucra a algunos docentes, luego que se conocieran conversaciones de un chat donde se hacen comentarios sexistas, misóginos y violentos contra alumnas. El grupo apuntado pertenece a la Facultad de Ciencias Médicas, y generó un fuerte repudio por parte de la comunidad educativa. Pero esta situación parece no ser aislada. Desde la Unión de Docentes Universitarios y Preuniversitarios de Córdoba (UDUPCOR) vienen denunciando este tipo de episodios, y acusando a las autoridades universitarias de ejercer una clara “violencia institucional”. A partir de esto, comenzó una persecución a la entidad, que culminó en octubre pasado con la cesantía del secretario general del gremio. “Sin duda esto tiene que ver con las denuncias que venimos haciendo”, se quejó Oscar Atienza, quien desde ese momento fue alejado de su cargo docente, y en marzo será desvinculado definitivamente de la universidad.

El dirigente apuntó a varias situaciones de abuso que se viven en el lugar, que se vienen repitiendo hace un tiempo, y que perjudican a docentes, alumnos y trabajadores de la UNC. Atienza le apuntó al decano de la facultad, que además tiene una cátedra donde se viven irregularidades de distinto tipo. Desde la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN), respaldaron al dirigente –que es miembro de la comisión directiva de la entidad –y repudiaron la actitud de las autoridades.

Atienza fue despedido en octubre pasado, cuando la Facultad de Ciencias Médicas le retira el cargo que tenía hasta ese momento, por medio de la resolución. Lo curioso es que días antes la propia casa de estudios le había renovado el contrato, cosa que se hace en octubre y marzo de cada año. “Sin mediar ninguna notificación me dejaron cesante, me enteré cuando vi que en la cuenta del banco no me había depositado el salario”, sostuvo.

Atienza le relató a Gestión Sindical que “las autoridades no me dieron ningún tipo de explicación, 10 días me habías renovado el cargo, pero después me dieron de baja, a los empujones”. Por esa renovación, el titular de la UDUPCOR sigue activo como docente de la casa de estudios, pero el 31 de marzo de este año será dejado de baja definitivamente.

“Esto está vinculado sin duda a la actividad sindical, nosotros venimos denunciando la violencia institucional que se ejerce en especial la Facultad de Ciencias Médicas”, agregó. Para el dirigente, “la violencia que ejercen las autoridades es inaudita, un docente que no está de acuerdo con lo que se hace se lo aleja de su cargo. Nosotros venimos defendiendo a los docentes en el tema de la persecución ideológica, por eso esta respuesta”.

El despido de Atienza se dio luego que se expusieran varios hechos graves que se dieron en la facultad. “En el posgrado de psiquiatría, que hacen profesionales, se vienen haciendo denuncias hace cuatro años, con presentaciones administrativas como marca el proceso de la universidad. Allí se denuncia que algunos docentes realizan acoso sexual y acuso laboral, sin que haya respuesta”, sostuvo el dirigente cesanteado.

Incluso, el gremio confirmó que uno de los docentes cuestionados fue nombrado en una secretaría que se generó en el Hospital de Clínicas que es sobre violencia institucional. “Ponen al lobo a cuidar a las ovejas, y una facultad que premia a los abusadores”, se quejó Atienza. Además, en este tiempo se dieron “nombramientos arbitrarios” en el marco del Convenio colectivo de Trabajo, donde docentes con más de 10 años de antigüedad quedaron afuera.

“Sin ir más lejos yo quedé afuera, con 11 años de antigüedad cando e convenio marca que con 5 años es suficiente para la incorporación. De hecho se incorporaron docentes que tienen menos de ese tiempo trabajando, marcando la discrecionalidad del tema”, dijo el dirigente.

El repudio de la FEDUN

En tanto la FEDUN repudió el despido y persecución de Atienza, quien es subsecretario Gremial de la Comisión Directiva nacional de la entidad. “Desde la FEDUN repudiamos estas acciones ilegales y pre-reformistas instigadas por el decano de la Facultad de Medicina de dicha universidad, que no respetan al gremio que defiende los derechos de los trabajadores, ni la debida pluralidad sindical que su existencia representa”, sostuvo la entidad mediante un comunicado.

Para el gremio que comanda Daniel Ricci, este tipo de acciones “constituyen un acto digno de políticas antidemocráticas, similares a las llevadas a cabo por una dictadura militar”. “Resulta lamentable que estos hechos ocurran en la universidad que fue cuna de la Reforma Universitaria de 1918, acontecimiento político que tuvo entre sus principales objetivos salvaguardar los derechos de los miembros de la comunidad universitaria de actitudes despóticas como esta a que hoy se repite”, finalizó FEDUN.

Una universidad envuelta en escándalos de violencia y acosos

La Faculta de Ciencias Médicas de la UNC quedó envuelta en un escándalo de dimensiones nacionales cuando diversos medios difundieron los chat entre un grupo de profesores donde se hacían comentarios sexistas, misóginos y violentos contra alumnas.

Las capturas de pantalla de estas conversaciones generaron una fuerte controversia en la universidad, que prometió investigar el caso y sancionar a quienes hayan participado de alguna situación de abuso.

“Hay que separar estos docentes que participaron de esta cuestión puntual de la cátedra de Anatomía con los docentes que hacemos carrera académica, hace sus doctorados o investigación y dedica su vida a la docencia, y que son manchados por gente que su interés es otro”, remarcó Atienza.

En este punto, le reclamó a la facultad “mecanismos para determinar el ingreso y permanencia en las cátedras”, que eviten esta tipo de situaciones. “Me pongo lugar de un padre, que manda a estudiar a su hijo medicina, y que es víctima de este tipo de situación, uno empieza a preocuparse”, subrayó el dirigente. La gravedad del clima que se vive en esa facultad se confirma con una cifra: según la UDUPCOR, el 60 por ciento de los alumnos afirma que se enfrento a una situación de violencia de género, de acoso, o de violencia institucional.

Por eso, ayer jueves hubo una reunión de alumnos en la Escuela de prácticos en la Maternidad Nacional para analizar los pasos a seguir. En la universidad cordobesa, el 35 por ciento de la matrícula está concentrada en medicina.

La respuesta no convincente de la UNC

Una vez difundido el tema, desde la Facultad de Ciencias Médicas trataron de tranquilizar a la comunidad. Su decano Rogelio Pizzi aseguró en declaraciones periodísticas que “no existen denuncias formales” sobre casos de acoso contra alumnas, más allá de los chat que se conocieron.

Pizzi precisó que aún así se encomendó a la Dirección de Asuntos Legales iniciar una investigación de oficio en la que se espera llegar “al fondo de la causa”. Sin embargo, Atienza desconfía de estas palabras, ya que el propio Pizzi es objetado por el gremio por su actuación como titular de la cátedra de Parasitología.

“Es la cátedra con más violencia hacia el estudiante, algunos alumnos deben rendirla hasta 10 veces, lo que genera crisis de pánico, genera situaciones indebidas que todos lo saben en la facultad. Nosotros estaos pidiendo que cambie esta situación, remarcó el dirigente. “debe haber un cambio de actitud de la facultad y la universidad, respetando a los ciudadanos, a las organizaciones sindicales. Lo deben entender, y a partir de lo podremos progresar hacia el diálogo y el consenso, que hoy está roto”, concluyó Atienza.