Argüello: «Lo que plantea el Gobierno no es una modernización, es quitar derechos»
Octavio Argüello, secretario general de la CGT.
Octavio Argüello anticipó que la CGT atacará el proyecto de reforma laboral en la Justicia, el Congreso y la calle.
El dirigente camionero Octavio Argüello, único secretario general que conservó su cargo en la CGT y mano derecha de Hugo Moyano, se sumó a las críticas que ya le habían hecho sus flamantes pares, Jorge Sola y Cristian Jerónimo, a la reforma laboral flexibilizadora que prepara el Gobierno.
Del mismo modo que Sola y Jerónimo, Argüello anticipó que la central obrera intentará frenar el proyecto por tres vías: en el ámbito judicial, convenciendo a legisladores y, si es necesario, con movilizaciones en las calles.
«La CGT no aceptará ninguna flexibilización laboral. Lo que plantea el gobierno no es ni una modernización ni una reforma. Esto es una flexibilización que le quita derechos adquiridos a los trabajadores argentinos», dijo el camionero en referencia a ideas tales como la jornada laboral de 12 horas -que voceros del Gobierno desmintieron pero está en el borrador que circula- o el no pago de horas extra.
Para Argüello, las propuestas oficiales no buscan generar empleo, sino precarizar las condiciones actuales. «Ninguna reforma laboral que venga a quitar derechos viene a dar trabajo», subrayó. A su vez, delineó la estrategia que la CGT adoptará para hacer frente a la iniciativa.
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«Vamos a enfrentar esta situación en todos los frentes: el judicial, el legislativo y, si hace falta, también en la calle«, aseguró.
Argüello: «Son un desastre»
La estrategia que Argüello denominó de «triple vía», confirmó que el movimiento obrero ya se asesoró en materia judicial para plantear la inconstitucionalidad de la iniciativa, cuya versión final todavía no se conoce, y presionará a los legisladores para que rechacen la normativa.

En ese punto, en el contacto con diputados y senadores, ya trabajan Héctor Daer, actual secretario de Interior de la central, y Gerardo Martínez, uno de los principales articuladores de la calle Azopardo.
Más allá del ámbito laboral, Argüello calificó la gestión de la administración libertaria como «un desastre». Las críticas apuntaron a las áreas sociales y de bienestar, mencionando recortes y ajustes. «Están atacando la salud, a los discapacitados y a los jubilados», denunció, y avisó que este diagnóstico de la situación social es compartido por toda la CGT.
Los principales puntos de la reforma laboral
Hasta el momento, el borrador que se está discutiendo en el ámbito de la Secretaría de Trabajo y el Consejo de Mayo se enfocaría en tres grandes ejes: habilitar acuerdos por empresa y por fuera de los convenios colectivos de trabajo, establecer un mecanismo de «salario dinámico» mediante el cual, de acuerdo con la productividad, se podrían pagar sueldos por debajo de los acordados en paritarias, y ponerle fin a la ultraactividad, es decir, hacer que caigan los convenios colectivos por el solo hecho de que la parte empresaria no los quiera mantener.
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En relación con la ultraactividad, justamente, de acuerdo con fuentes oficiales, se pretende ponerle punto final al mecanismo por el cual un convenio colectivo sigue vigente aunque haya vencido su plazo, hasta que se firme uno nuevo. Esto haría que si una de las partes -empresas o trabajadores- quiere ponerle punto final a un convenio, lo podrá hacer sin la necesidad de que haya acuerdo con la otra, simplemente negándose a firmar su continuidad.
Además, tal como se lee en el articulado del proyecto de la diputada libertaria Romina Diez -en el que estaría basada la reforma laboral-, estaría previsto el regreso de un sistema de pago de los años 90: los tickets canasta.
Actualmente, si se paga con tickets canasta o vales de comida, se los considera parte del salario por lo cual generan aportes a la seguridad social. La idea oficial sería que dejaran de ser tomados así -como era en los 90-, dándoles la posibilidad a los empleadores de ahorrarse parte del sueldo al pagar una fracción a través de estos mecanismos.




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