Ajuste: el Gobierno pretende que las paritarias 2017 no superen el 17% de aumento anual
El equipo económico de Macri adelantó en la presentación del Presupuesto que quiere subordinar la negociación paritaria del año próximo a la estimación de inflación del 17 por ciento. De ese modo, no habría recuperación del salario.
El gobierno nacional pretende consolidar el año próximo el ajuste de salarios que llevó a cabo desde diciembre pasado. El equipo económico macrista buscará en 2017 volver a subordinar la paritaria a la estimación de inflación de entre 17 y 18 por ciento prevista como techo en el proyecto de ley de Presupuesto. De no lograrse una reapertura de la discusión salarial este año, el poder adquisitivo de los trabajadores formales habrá de cerrar con una pérdida de 8 a 12 puntos, la cual no habrá oportunidad de recuperar en el próximo ejercicio. La situación incluso puede ser aún más compleja si, como varios analistas prevén, el gobierno no logra cumplir con esa pauta inflacionaria.
“Lo que se esconde detrás en el Presupuesto es su idea de que los salarios reales son muy altos, y que son éstos los que frenan el incremento en la productividad”, señaló el diputado nacional por el Partido Solidario, Carlos Heller. El proyecto de Presupuesto estima como uno de los puntales para crecimiento del año próximo será una recuperación del consumo del 3,5 por ciento, sendero poco probable debido a la pérdida de poder adquisitivo.
Un aumento de la presión fiscal, con un alivio impositivo para sectores concentrados de la economía, un fuerte sesgo de primarización de las exportaciones y un incremento en las partidas vinculadas con el endeudamiento público por sobre la producción manufacturera son algunos de los ejes que caracterizan el proyecto de ley de Presupuesto para el año próximo. Según un relevamiento realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el incremento de la partida para el año próximo respecto a éste para afrontar vencimientos de deuda pública será de 32,3 por ciento, mientras que entre 2015 y 2016 sólo se había destinado un 8 por ciento. En contraposición, el presupuesto para Industria se había incrementado el año pasado en un 32,3 por ciento, en tanto el Presupuesto de 2017 se dispuso que las partidas para Producción y Agroindustria –que incorporan actividades de Industria– aumentarán apenas 0,8 y 2,8 por ciento, respectivamente.
Estas cifras dan cuenta de que la apuesta del Gobierno es la inversión extranjera y el endeudamiento y no la industrialización de la economía. Por el contrario, lo que se ve en el proyecto es un desfinanciamiento de los programas productivos. En esa estrategia, los salarios se mantendrán como la variable de ajuste también el año próximo. Según dejó trascender el equipo económico se buscará establecer una pauta salarial para 2017 de entre 15 y 17 por ciento en línea con la inflación prevista en el presupuesto, según había manifestado el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, en un encuentro con popes de la Unión Industrial. Pero consultoras privadas coinciden en que los gremios intentarán recuperar el año próximo algo del terreno perdido en 2016, aunque ninguna apunta a una mejora mayor a tres o cuatro puntos por encima de sus cálculos de inflación, que se ubican entre 20 y 25 por ciento. La imposibilidad que tendrá el gobierno de cumplir con la pauta inflacionaria sería entonces un nuevo golpe al bolsillo.
La proyección de inflación se presenta como optimistas si se analiza el resto de los indicadores contemplados en el Presupuesto. El proyecto estima una devaluación del tipo de cambio de 19,5 por ciento para 2017, al pasar de 15 a 17,9 pesos. Esta apreciación estaría en línea con el aumento de los precios que arroja el deflactor del PIB, de 19,4 por ciento, por encima del techo del 17. Nuevamente subyace en esto la idea de que la devaluación de la moneda no tendrá efecto directo en los precios internos. Es lo que el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, había señalado antes de que asuma el gobierno, pero que la realidad se encargó de contrastar no bien se devaluó la moneda.
El proyecto también subestima el impacto del tarifazo. Las tarifas residenciales de gas van a aumentar (en promedio) un 203 por ciento en octubre de este año, lo que impactará en la medición de los meses subsiguientes repercutiendo en el arrastre para el 2017. A esto se suma la quita de subsidios que continuará para todos los servicios y el incremento del gasto público en torno al 22 por ciento. “En este último punto se destaca el incremento del 26,2 por ciento en los gastos de consumo, donde se encuentran los salarios del sector público”, explicaron asesores de legisladores de la oposición.
Otro punto donde se evidencia las flaquezas de las estimaciones se encuentra en la previsión de los recursos tributarios. Si bien se espera el proyecto oficial de reforma de Ganancias, que debería favorecer a los trabajadores, se prevé que la recaudación por este impuesto va a crecer 27,9 por ciento anual, más de diez puntos por encima de la inflación.
“El proyecto de presupuesto consolida así las bases del modelo macrista de represión salarial y endeudamiento. Los aumentos previstos no logran recuperar la caída del poder adquisitivo de los salarios ocurrida este año y las proyecciones excesivamente optimistas de crecimiento, precios, tipo de cambio, recaudación, exportaciones e inversión implican que, cualquier desajuste llevará a requisitos de créditos públicos mayores a los autorizados”, concluyó Heller.
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