La CTA de los Trabajadores advierte que la tasa de desempleo de inicios del 2017 es la más alta en 10 años
Según datos de su Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), en la provincia de Buenos Aires a tasa de desocupación alcanza el 11,3 por ciento, la más alta desde 2007. Además, en el primer trimestre del año hubo “nula creación de empleo” en el sector privado. “La desocupación es el tema más preocupante para los trabajadores argentinos”, aseguró Hugo Durán, dirigente de la central obrera.
Diego Lanese / Especial Gestión Sindical
Con una carpa, los trabajadores de Pepsico resisten el cierre de la planta de florida, en el partido de Vicente López. Con cortes, los empleados de Cresta Roja buscan evitar los 50 nuevos despidos, y recuerdan que cerca de 800 trabajadores todavía no fueron reincorporados como prometieron los nuevos dueños de la avícola. Lo mismo los casi 150 cesanteados de de Carboclor, en la localidad bonaerense de Campana, o los de Atanor, en Río Tercero, Córdoba. Todos tienen como objetivo mantener sus fuentes laborales, y no sumarse a ese sector, cada vez más grande, de desocupados, que deben emprender la difícil tarea de reinsertarse en el mercado laboral. El temor no es para menos: según datos de la CTA de los Trabajadores, en el primer trimestre del 2017 se dio la tasa más alta de desempleo de los últimos diez años. La cifra, que casi alcanza al 12 por ciento en los sectores urbanos de la provincia de Buenos Aires, su suma a otros indicadores negativas, como la falta de creación privada de empleo, que impacta fuerte en la realidad diario de los asalariados.
Los datos de la CTA de los Trabajadores surgen del último informe del Centro de Información y Formación de la República Argentina (CIFRA), que periódicamente genera trabajos sobre la situación económica, social y laboral. En este caso, su informe de coyuntura número 24 analiza la tasa de desempleo, y asegura que es “la más alta en los últimos 10 años”, ubicándose en el 11,3 por ciento para los grandes conglomerados de la provincia de Buenos Aires. “La tasa de desocupación del primer trimestre de 2017 registró un salto hacia arriba por efecto del aumento de la tasa de actividad (es decir, más personas buscan empleo y no lo encuentran) y, en menor medida, por la caída del empleo”, explicó el trabajo de la CTA, al que tuvo acceso Gestión Sindical. En el conjunto de los aglomerados urbanos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), analiza CIFRA, la tasa de desocupación “alcanzó el 9,2 por ciento de la población económicamente activa, guarismo que salta al 11,3 por ciento en los aglomerados correspondientes a la provincia de Buenos Aires”.
“Si bien no hay datos correspondientes al primer trimestre de 2016 para efectuar la comparación interanual, hay que remontarse al primer trimestre de 2007 para advertir una tasa de desocupación más elevada que la que se registró en el primer trimestre de 2017”, destacó el centro de investigación. Cabe destacar que los conglomerados medidos por CIFRA en la Provincia son los distritos del gran Buenos Aires, el gran La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca-Cerri, San Nicolás-Villa Constitución, Viedma-Carmen de Patagones.
“La desocupación es el tema más preocupante para los trabajadores argentinos”, aseguró Hurgo Durán, titular de la CTA de los Trabajadores del distrito de Lanús, en el sur del conurbano bonaerense, donde los datos sobre desempleo golpean con mayor fuerza. En diálogo con Gestión Sindical, Duran remarcó que esta realidad “está condicionando todo la situación laboral”. “Veníamos de paritarias funcionando por encima de la inflación, recuperando derechos laborales, pero ahora el hecho de garantizar un puesto de trabajo cuando se están cerrando fábricas y comercios hace que muchos compañeros acepten condiciones indignas, porque la disyuntiva es aceptar eso o quedarse en la calle”, destacó.
“Estamos en un marco de una política económica que no favorece la producción nacional, que no sólo afecta a los trabajadores sino además al empresario local, que produce para un mercado interno que se achica”, analizó Durán. En este contexto, la CTA de los Trabajadores detectó varios focos de despidos, como sucede en el conurbano con las Pymes o las pequeñas empresas industriales. Pero además, hay muchos casos donde los despidos suceden como parte de un plan para disciplinar a los trabajadores y los gremios, y formar el famoso “ejército de reserva”. “Muchas patronales no necesitan despedir, como pasa en Walmart en Avellaneda, que echaron a 50 trabajadores y los reincorporarían pero por contrato y en condiciones inferiores”, criticó el dirigente sindical.
El panorama sombrío se completa con otro indicador muy negativo para el inicio del 2017: la “nula creación de empleo asalariado en el sector privado”. Según el informe de CIFRA, más allá de la leve recuperación económica “no se observa en los primeros meses de 2017 que exista creación de empleo asalariado registrado en el sector privado. Entre abril de 2016 y el mismo mes de 2017 se crearon sólo 5 mil puestos, es decir, un incremento de 0,1 por ciento”, agregó el trabajo. El aumento de casi 49 mil puestos asalariados registrados totales obedece a la suma de 32.700 puestos en el sector público (+1,1 por ciento) y 11 mil0 en el servicio doméstico registrado (+2,4 por ciento). En el mismo período se observa, en cambio, un incremento en el número de trabajadores independientes registrados en AFIP como monotributistas y monotributistas sociales, que en conjunto superan los 90 mil trabajadores adicionales, según los datos de CIFRA. Este panorama marca para la dirigencia la suba de la precarización laboral.
Para los gremios, estos indicadores y las medidas tomadas por el gobierno apuntan a un objetivo final: cambiar las condiciones laborales en el país, la temida flexibilización laboral. “Ya tienen en la gatera una nueva ley de flexibilización laboral, como la que aprobó Brasil, que en los hechos se empezó a dar con estas situaciones que se vienen dando”. Un trabajadores que lo van a echar, que tiene que mantener su familia, acepta situaciones que antes no aceptaría, cuando había consumo interno y producción. Pero la baja de salarios y la entrada de importados, sumado a la devaluación hace un coctel bastante complicado. Este es proyecto económico para un modelo de país”, concluyó Durán.
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