Intervención en el SOMU: se inicia la normalización con la disputa por la fecha de las elecciones
El febrero el Ministerio de Trabaja deberá nombrar un normalizador, encargado de hacer el llamado a elecciones. Según la cartera laboral, una vez que se regularicen los padrones, se hará la convocatoria y a los 90 días se votará, como dicta la ley. Pero agrupaciones piden votar “de inmediato”. “El sindicato está acéfalo, necesitamos conducción”, afirman.
La intervención del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) está legando a su fin. El reciente nombramiento de la interventora Gladys González al frente de ACUMAR –la autoridad de la cuenca Matanza Riachuelo –hace pensar que pronto dejará su trabajo al frente del gremio, al que llegó por una orden judicial luego que se detuviera al ex secretario general, Omar “Caballo” Suárez. La promesa de llamar a elecciones parece próxima a cumplirse, pero antes se iniciará un proceso de normalizador. Para ello, el Ministerio de Trabajo nombrará un “normalizador” que reemplace a González, e inicie el camino hacia la votación. En este punto, la discusión está centrada en los tiempos que llevará este trabajo. Mientras que desde la cartera laboral hablan de 90 días desde el llamado, sectores opositores piden que la votación se haga “de inmediato”. Hasta el momento, tres espacios estarían en condiciones de participar de los comicios.
En noviembre del año pasado, el juez Rodolfo Canicoba Corral acortó los tiempos de la intervención, y adelantó que en febrero se podía terminar. Antes, se creía que se podía votar, ya que el SOMU se encuentra sin conducción sindical. Pero hasta el momento no se generó ese proceso. Según pudo saber Gestión Sindical, el mes que viene, cuando se retire González y su gente, “se nombrará un normalizador”, cuya principal tarea será “preparar las elecciones”. Para eso, se deberá ordenar el padrón, que podría estar entre los 9 mil y 10 mil afiliados. Una vez que se realice esta tarea, se puede convocar a la presentación de las listas, y luego se fijará la fecha del acto electoral.
En este punto, dentro del SOMU comenzó una fuerte discusión. En estos momentos, tanto la intervención como el Ministerio de Trabajo aseguran que una vez que se acomoden los padrones y se llame a elecciones, por ley deben pasar 90 días hasta que se vote. Esa es la versión oficial, que la propia González le dijo a dirigentes con pretensiones de ser candidatos. Pero hay algunos que piensan que esto es demasiado tiempo. “Hay que llamar a elecciones inmediatamente, una vez que estén los padrones. La ley es para situaciones normales, pero el gremio está acéfalo, necesitamos una conducción cuanto antes”, le dijo a Gestión Sindical un integrante de una de las agrupaciones que buscan presentarse.
Con esta disputa se encontrará el dirigente que asuma la normalización. Otro de los temas a discutir el estatuto, que aseguran Suárez reformó “a su medida”. En este sentido, la dirigencia admite que hay que votar “con las reglas que existen”, y recién cambiarlo cuando haya nuevo secretario general. Uno de los puntos más polémicos es la cantidad de avales necesarios para presentar una lista. Para tener candidatos a nivel nacional, el SOMU exige cerca de 1.300 avales, más del 15 por ciento del padrón, algo que es considerado “demasiado”.
En la actualidad, tres grandes sectores podrían estar en condiciones de votar. Por un lado los dirigentes que todavía responden a la figura de Suárez, que están nucleados en la agrupación “2 de abril”, los ex suaristas que se alejaron del dirigente (aunque muchos están denunciados e investigados en las causas que mantienen a Suárez preso), identificados con el grupo “Juan Ocampo”, y una serie de agrupaciones que vienen oponiéndose al viejo oficialismo, y que hoy son señalados como “aliados de la intervención”. De estos tres agrupamientos se cree que saldrá la nueva conducción del SOMU.
En cuanto al futuro de González, su llegada al ACUMAR mediante el decreto 28, publicado esta semana en el Boletín Oficial con las firmas del presidente Mauricio Macri y el ministro de Ambiente, Sergio Bergman, parece cerrar el trabajo en el SOMU. Además, renunció a su banca de diputados, y muchas versiones indican que sería la encargada de reemplazar al actual ministro de Medio Ambiente en un futuro no muy lejano. La idea de nombrar a un normalizador es la vuelta legal que encontró el gobierno para mantener la intervención. Si bien todavía no está ese nombre, se espera que sea alguien sugerido por Jorge Triaca, y deberá acomodar un gremio colapsado por dentro.
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